Capitulo 17

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—Oye, Stark, ven un momento conmigo. Necesito hablar contigo sobre algo.

Tony levantó una ceja, pero accedió a seguir a Logan, notando que su tono era serio. Se dirigieron hacia un rincón más apartado del área de la feria, donde la música y las risas de la multitud eran más distantes.

—¿Qué pasa, Logan? —preguntó Tony, tratando de sonar despreocupado mientras seguía con la copa en la mano—. ¿Problemas con las bebidas?

Logan lo miró directamente, su expresión seria y preocupada.

—No se trata de las bebidas, Stark —dijo Logan, señalando la venda en la muñeca de Tony—. ¿Qué te pasó? ¿Desde cuándo tienes eso?

—Ah, eso... no es nada. Me lastimé jugando con una de las armas de retroceso, no es nada —respondió Tony, intentando restarle importancia.

—Mientes... No has pisado la armería en todo el día. Tony, sé sincero —insistió Logan, su mirada fija en los ojos de Tony, buscando la verdad.

Tony estaba a punto de responder cuando Wade se unió a ellos, interrumpiendo la conversación.

—Jefe, te están llamando para empezar... —dijo Wade, notando la venda en la muñeca de Tony—. ¿Qué te ha pasado en la mano?

Tony suspiró, ya cansado de intentar ocultar lo que había pasado.

—Me corté... me dio un ataque y me corté, ¿felices? —

Wade y Logan intercambiaron miradas, ambos preocupados por la confesión de Tony.

—No es que estemos felices, Tony —dijo Logan con un tono más suave—. Estamos preocupados por ti. No tienes que pasar por esto solo.

Wade, con una rara seriedad en su voz, agregó:

—Estamos aquí para ti, jefe. No tienes que ocultar lo que sientes ni lo que te pasa. Puedes contar con nosotros, ¿vale?

—Lo sé... gracias. Supongo que no puedo seguir escondiendo las cosas, ¿verdad? —dijo Tony, con una pequeña sonrisa forzada.

—No, no puedes —respondió Logan, poniendo una mano en el hombro de Tony—. Y no tienes que hacerlo.

—Vamos, jefe, el espectáculo no se va a detener solo porque tú lo hiciste por un momento. Vamos a hacer que esta noche sea mejor, ¿de acuerdo? —añadió Wade con una sonrisa más relajada.

—Pensé que Strange y yo teníamos algo... pero me he dado cuenta de que solo era amable conmigo, y yo soy un imbécil... —confesó Tony —. Y no quiero... no puedo salir ahí... No quiero... no puedo bailar.

—Jefe, no eres un imbécil. Es normal que te sientas así cuando las cosas no salen como esperabas, pero no te castigues por eso. Eres humano, como todos nosotros. Bueno, casi como todos nosotros —añadió Wade con una ligera sonrisa, intentando aligerar el ambiente.

—Oye, si no quieres bailar, entonces no bailes —le aconsejó Logan con suavidad, buscando aliviar un poco la carga que Tony estaba sintiendo.

—No... —respondió Tony, sacudiendo la cabeza—. No soy un cobarde. Me prometí que no me iba a dejar pisotear por nadie... Ese Iron Man murió en Siberia... Voy a presentar.

Sus palabras fueron firmes, aunque su voz aún cargaba el peso del dolor. Logan y Wade lo miraron con una mezcla de admiración y preocupación.

—Bien, entonces —dijo Logan con un pequeño asentimiento—. Si estás decidido, no hay nada que pueda detenerte.

¿Por qué volveria a ser Ironman?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora