Con el ambiente mucho más tranquilo y civilizado a los ojos de Tony, ambos permanecían en la biblioteca. Tony sostenía una taza de té en sus manos, pero estas temblaban con tanta fuerza que parecía estar experimentando un terremoto de escala 7. Strange regresó con otra taza de té y, al observar a Tony, se dio cuenta de que sus manos y piernas temblaban incontrolablemente, y su mirada estaba completamente perdida. Reconoció los síntomas de inmediato: Tony estaba teniendo un ataque de pánico.
Strange se arrodilló frente a él, adoptando un tono calmado y autoritario. —Tony, necesito que me escuches. Respira conmigo, ¿de acuerdo? Inhala... exhala... —dijo, modelando un ritmo lento y controlado mientras lo guiaba a través del ejercicio de respiración.
Tony intentó seguir el ritmo, aunque su respiración era errática. La taza en sus manos seguía temblando, pero el esfuerzo de Strange por tranquilizarlo estaba logrando que al menos se centrara en algo más que en el torbellino de pensamientos que lo había atrapado.
—Vamos a resolverlo, paso a paso. Pero lo primero es que recuperes el control. Todo lo que está pasando es nuevo y aterrador, lo sé, pero puedes manejarlo
Tony cerró los ojos, concentrándose en las palabras de Strange, tratando de estabilizar su respiración. Poco a poco, el temblor en sus manos empezó a disminuir, y aunque el miedo aún lo envolvía, comenzaba a sentir un tenue hilo de control regresar a su mente.
Tony intentaba aferrarse a cualquier fragmento de dignidad que pudiera encontrar, luchando por no sentirse tan vulnerable ante un extraño. En su mente, una y otra vez, murmuraba para sí mismo: *"Un Stark no llora, un Stark no llora."* Era un mantra que había aprendido a repetir en los momentos de mayor debilidad, un intento desesperado por mantener su compostura.
Sin embargo, la realidad era otra. La presión de todo lo que había pasado, desde la destrucción de su reactor hasta los descubrimientos de sus capacidades interdimensionales y las constantes pesadillas, se acumulaba en un peso abrumador. El llanto, una señal de debilidad que había aprendido a reprimir, se estaba filtrando a través de su firme fachada.
Strange, observando la lucha interna de Tony, mantuvo su presencia calmada y comprensiva. —No tienes que ser fuerte todo el tiempo —dijo, suavizando su tono—.
Tony, con la voz entrecortada y los ojos cerrados, intentó contener las lágrimas, pero su esfuerzo solo parecía intensificar la presión que sentía en su pecho. A pesar de sus intentos por mantenerse firme, unas pocas lágrimas finalmente comenzaron a caer, deslizándose por sus mejillas.
—No estás solo en esto, Stark. Vamos a resolverlo juntos. Y no importa cuán fuerte tengas que ser después, por ahora, está bien dejarlo salir.
Tony permitió que las lágrimas fluyeran libremente, aceptando el alivio que traía el reconocimiento de su propio dolor. Mientras las lágrimas se deslizaban, se sintió un poco más ligero, como si por fin estuviera dejando ir una parte del peso que había estado cargando solo.
—No te conozco bien, Stark, pero eso no significa que no pueda entender lo que estás pasando —dijo Strange—. Todos enfrentamos nuestros propios desafíos y, en este caso, lo que te está ocurriendo afecta no solo a ti, sino a algo mucho más grande.
Hizo una pausa. —A veces, cuando alguien está en medio de una crisis, necesitamos poner a un lado nuestras diferencias y ayudarnos mutuamente. Los problemas que enfrentas ahora están conectados con cosas que van más allá de ti mismo. Y si puedo hacer algo para ayudar, aunque sea ofrecer apoyo en un momento difícil, tienes razón no te conozco pero tengo que cuidarte y entender que es lo que te pasa, asi que voy a ayudarte.
Tony asintió lentamente, absorbiendo las palabras de Strange mientras su respiración se calmaba. A pesar de la sorpresa de recibir ayuda de alguien que apenas conocía, comprendía que la compasión y el apoyo podían surgir en los lugares más inesperados. Un rato después Tony estaba mas tranquilo, tomando tranquilamente su te para no exaltarse más.
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¿Por qué volveria a ser Ironman?
Science Fiction-Nadie quiere confiar en un débil.. La frase resonaba en su mente mientras observaba su reflejo en la ventana del hospital. En el cristal, veía una imagen de vulnerabilidad que no podía reconciliar con su identidad. La ciudad de Nueva York se extend...