4- DOS MESES

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El tiempo en la cabaña parecía estirarse infinitamente. Para Max y Leo, los días se mezclaban en una interminable sensación de aislamiento y monotonía. Aunque para el mundo exterior solo habían pasado dos meses, para ellos se había sentido como un año. La relación entre los dos amigos había cambiado sutilmente desde el incidente de la noche en que Max intentó imponerse bajo los efectos del porro. Leo, acostumbrado a la oscuridad que a veces acompañaba a Max cuando se drogaba, había aprendido a ignorar ciertos comportamientos. Max, por su parte, parecía cada vez más consumido por su propia sombra. Sus ojeras eran profundas, y pasaba la mayor parte del tiempo ejercitándose para distraerse mientras Leo continuaba inmerso en la escritura de su libro.

Ese día, Max había preparado la comida como todos los anteriores, Sin embargo, habían hecho mal las cuentas de las provisiones, y los alimentos estaban comenzando a escasear. Max se encontraba en la cocina, tratando de preparar algo con lo que quedaba. Al final, decidió hacer fideos con huevos que había sacado del gallinero. Cuando el aroma de la comida llenó la cabaña, Max y Leo se sentaron a la mesa para almorzar.

Mientras comían, Leo miró a Max con una mezcla de preocupación y cansancio. La falta de comida comenzaba a ser un problema serio, y la situación se estaba volviendo más crítica con cada día que pasaba.

-Sabes, Max, no hemos hecho bien las cuentas. La comida se está acabando más rápido de lo que esperábamos dijo Leo, con un tono preocupado.

Max, sin apartar la vista del plato, contestó:

-Sí, lo he notado. Estoy pensando que si seguimos así, tendremos que buscar alternativas. Podríamos pescar y considerar cocinar una de las gallinas.

Leo levantó la vista, sorprendido por la propuesta.

-¿Cocinar una gallina? -preguntó Leo, frunciendo el ceño. Eso suena... algo cruel. No es lo mismo que comprar carne en la carnicería!

Max lo miró, su rostro mostrando una expresión seria.

-No es tan diferente. La carne que compras en la tienda proviene de animales que también han sido sacrificados. La única diferencia es que aquí tendríamos que hacerlo nosotros mismos.

Leo se quedó en silencio por un momento, sopesando la idea. Aunque sabía que Max tenía un punto, no podía evitar sentir que la idea de matar y preparar una gallina era algo mucho más personal y crudo.

-Entiendo tu punto, Max, pero hay algo diferente en tener que matar y desplumar al animal tú mismo. Me resulta difícil de aceptar -dijo Leo, sintiendo un nudo en el estómago.

Max, con una determinación calmada, respondió:

-Yo puedo hacerlo. Es una cuestión de necesidad. Necesitamos encontrar una solución para mantenernos.

Esa misma tarde, Max salió al gallinero con una mirada decidida. Leo, mientras tanto, estaba sentado en la mesa, escribiendo en su cuaderno. El sonido de la gallina se volvía cada vez más tenue mientras Max realizaba su tarea. Leo se levantó y miró por la ventana, viendo a Max desplumando el ave con una habilidad que no había esperado.

Cuando Max entró con la gallina ya preparada para ser cocinada, el olor de la carne cruda llenó la cabaña. Leo sintió un leve asco, pero se esforzó por mantener la compostura mientras Max comenzaba a cocinar. La atmósfera en la cabaña se había vuelto aún más cargada y tensa.

Durante el almuerzo, Max sirvió la gallina cocida junto con los fideos que había preparado. Leo tomó un bocado con cierta reticencia, tratando de ignorar el hecho de que la carne en su plato había sido de un animal al que él había visto vivir. La conversación entre ellos se desvió hacia temas más neutrales, pero la sensación de malestar seguía presente.

-Supongo que esto es parte de la experiencia, ¿no? -dijo Leo, intentando sonar animado mientras comía.

Max asintió, aunque su expresión era más grave de lo habitual.

-Sí, así es. A veces, para sobrevivir, tenemos que hacer cosas que no nos gustan. Es una realidad dura.

Mientras comían en silencio, el sentimiento de desasosiego se instalaba cada vez más en el aire. El aislamiento y la falta de recursos comenzaban a mostrar sus efectos en la relación entre Max y Leo, y el ambiente en la cabaña reflejaba una creciente tensión y desgaste emocional.

TENTACION FORZADA [+18] BLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora