El calor de la tarde envolvía la cabaña, y el aire denso se filtraba por las rendijas de las paredes de madera. Leo había decidido que era hora de tomarse un día libre. Después de semanas inmerso en su libro, había comenzado a notar que Max, su amigo de toda la vida, no estaba lidiando bien con el aislamiento y la rutina. La sombra oscura que Max solía mantener bajo control parecía crecer cada día, y Leo sabía que algo tenía que cambiar.-Oye, Max- dijo Leo, levantándose de la mesa después del desayuno-, ¿qué te parece si salimos a caminar? Nos vendría bien un descanso, y creo que podríamos usar algo de aire fresco.
Max, quien parecía haber perdido parte de su energía habitual, simplemente asintió. Salieron juntos por el camino que llevaba al río, donde todo había comenzado. Mientras caminaban, Leo intentaba tapar el silencio con una conversación, pero Max respondía con monosílabos, absorto en sus pensamientos.
Leo vio el tronco donde Max había cortado la gallina el día anterior. Las plumas todavía estaban esparcidas por el pasto, y un rastro oscuro en el suelo recordaba el acto violento que había tenido lugar. Leo apartó la mirada, intentando no pensar demasiado en ello, y siguió caminando.
Llegaron al río, que corría tranquilo bajo el sol del mediodía. Leo sintió que un baño podría ayudar a aliviar la tensión que sentían ambos. Recordó el primer día que habían llegado y cómo todo parecía tan simple entonces.
-Hace calor. ¿Qué te parece si nos metemos al agua un rato, como la primera vez? -sugirió Leo, comenzando a quitarse la ropa hasta quedarse en ropa interior y se introdujo en el rio.
Max se quedó en la orilla, mirando el agua sin moverse.
-No puedo, Leo. Esta es la única ropa limpia que me queda -dijo Max con un tono de resignación.
Leo frunció el ceño.
-Quitatela como yo, no es gran cosa.
Max miró a su amigo, y confesó, algo avergonzado:
-No llevo ropa interior. Todos mis calzoncillos están sucios al igual que el resto de nuestra ropa que no hemos podido lavar porque este lugar es...
Leo se rió interrumpiendo a max, intentando aliviar la tensión.
-Vamos, bro, no es para tanto - dijo leo dandose la vuelta, quedando de espaldas -te metes al agua. No voy a verte desnudo.
Max negó con la cabeza.
-Desde que llegamos, me has visto mil veces desnudo mientras me cambiaba. En este lugar no hay privacidad.
Leo asintió, reconociendo la verdad en las palabras de Max. Se sintió culpable por no haber prestado más atención a las necesidades de su amigo.
-Tienes razón- dijo Leo, dándose la vuelta mientras Max comenzaba a desvestirse.
Max se desnudó frente a Leo, su cuerpo tenso mientras entraba en el río. El agua fría lo envolvió, pero no logró disipar la pesadez en su mente. Se acercó lentamente a Leo, quien lo miró preocupado.
-No la estás pasando bien, ¿verdad? preguntó Leo, tratando de leer la expresión de su amigo.
Max dejó escapar un suspiro largo y lleno de frustración.
-No. No lo estoy
Leo se sintió culpable, sabiendo que Max solo estaba allí para acompañarlo en su proyecto, y que había sido egoísta al no notar antes lo mal que Max se sentía.
-¿Hay algo que pueda hacer por ti? preguntó Leo, genuinamente preocupado.
Max dudó antes de hablar, sus pensamientos oscuros emergiendo lentamente.
-Desde que llegamos aquí, no hemos tenido privacidad en absoluto. Ni siquiera en el baño. Escucharnos hacer nuestras necesidades, olernos... es desagradable. No soporto oírte orinar, o los gases...
Leo asintió, sintiendo una empatía incómoda.
-Lo sé, a mí tampoco me gusta. Pero somos amigos, hemos pasado por cosas peores.
Max lo miró fijamente, la frustración reflejada en sus ojos.
-Ese no es el problema. Lo que me está volviendo loco es que nunca paso tanto tiempo sin estar con chicas. Tú tienes un propósito aquí, tu libro. Pero yo no. Yo solo estoy aquí para acompañarte, y te soy sincero, no creo que me necesites. Estás siempre ocupado escribiendo, y yo... yo me estoy volviendo loco.
Leo sintió un escalofrío recorriendo su cuerpo. No reconocía al Max que tenía frente a él. Dio un paso atrás, sintiendo por primera vez un temor real hacia su amigo.
-¿Volviendo loco? -preguntó Leo con voz baja, temiendo la respuesta.
Max asintió, dando un paso hacia él.
-Solo quiero algo de placer. Algo para mantenerme cuerdo.
Leo trató de razonar con él.
-Max, yo también tengo mis necesidades, pero somos heteros y somos amigos desde que tenemos 5 años.
Max lo miró intensamente.
-Precisamente por eso. Confío en ti. Sé que no te reirías de mí, que no me juzgarías.
Max siguió avanzando hacia Leo, acortando la distancia entre ellos. Leo sintió un nudo en la garganta.
-Max... no sabes lo que estás diciendo.
Pero Max ya estaba demasiado cerca, su mano se posó en el hombro de Leo, su mirada descendiendo hacia la entrepierna de su amigo.
-Hazlo, por favor. Agáchate.
Leo sintió el pánico apoderarse de él.
-Max, tú no...
Pero Max lo interrumpió, su voz quebrada, casi desesperada.
-¡Agáchate! -gritó, empujándolo ligeramente hacia abajo.
Leo, en un estado de incredulidad, extendió su mano, tocando el abdomen de Max mientras su mano descendía lentamente.
Max lo miró, y de repente, como si un rayo de conciencia lo golpeara, se apartó bruscamente.
-Perdón, no sé qué me está pasando dijo Max, saliendo del agua apresuradamente. Agarró su ropa y se vistio torpemente mientras salió
corriendo, dejando a Leo solo en el río, sin poder creer lo que había estado a punto de suceder.Leo se quedó allí, en el agua, su corazón latiendo con fuerza. Sabía que la situación había cruzado una línea peligrosa. Lo que acababa de pasar no era algo que se pudiera simplemente olvidar o dejar atrás. Max estaba al borde de algo oscuro, y Leo no estaba seguro de cómo manejarlo.
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TENTACION FORZADA [+18] BL
Fiksi UmumHistoria terminada. En busca de inspiración, Leo, un escritor, arrastra a su amigo Max, un fotógrafo aficionado, a una cabaña remota para un retiro de seis meses. Lo que comienza como un experimento de desconexión pronto se convierte en una lucha po...