Otra historia con un Izuku OP (como me gusta escribirlas)
En esta historia, la magia, las razas extrahumanas, los extraterrestres y los mundos o planos existenciales son una realidad aquí.
Múltiples obras de ficción están mezcladas dentro de esta hi...
Acciones/estados ##comentarios## Diálogos (personajes): Buenas **Pensamientos personajes** =================================== Ambos jinetes y el peliverde mantenían su mirada los unos sobre los otros.
Fury: Puede que hayas sido capaz de vencer a nuestro hermano. (Se pone en guardia) Pero no debes subestimar nuestro poder, 'Abyss Bearer'.
Strife: (Apunta con ambas armas al peliverde) Además, somos dos contra uno, las tornas no están a tu favor.
Izuku: (Pone su mano en su barbilla y la rasca) Tenéis razón, es un poco injusto. (Una sonrisa aparece en su rostro) Pero eso podemos solucionarlo fácilmente.
Esto confundió a los jinetes; sin embargo, el peliverde alzó su espada al cielo y la colocó frente a él de manera perpendicular al suelo.
Izuku: Podéis darle las gracias a vuestro hermano Death. Al fin y al cabo, él nos recordó que existía esta técnica.
Tras decir eso, el peliverde bajó su espada y la clavó en el suelo, provocando una enorme nube de polvo. Pero dos grandes columnas de energía, una de maná blanco y otra de energía del Abismo, disiparon todo el polvo y dejaron a la vista de ambos jinetes algo inesperado.
Frente a ellos, una imponente estatua del peliverde en su armadura con su espada clavada en el suelo había ocupado el lugar de este y a ambos lados de esta se encontraban dos hombres: uno que portaba la armadura y pistolas del peliverde y otro que llevaba puesto la armadura y cargaba su espada en la forma abismal de estas.
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Fury: Esa técnica es el "Parte almas". (Asombrada)
Strife: ¿Cómo conseguisteis que el viejo esqueleto os enseñara esa técnica?
Abyss: (Ríe ante lo dicho por el jinete) Ese saco de huesos no es el único ser que sabe manipular las almas.
Fury: (Chasquea la lengua) ¿Cómo no? El estúpido demonio y la zorra suprema tenían que estar metidos en esto.
Nada más terminó de decir esas palabras, el chasquido de un revolver sonó en toda la sala y una bala rozó el rostro de la jinete, sorprendiéndola y haciendo que su mirada se pose sobre el peliverde que sostenía las pistolas.
Izuku: Ni se te ocurra insultarlos, bruja.
Tras eso, el silencio se hizo presente en la sala. Tanta era la tensión en el lugar que un simple cuchillo sería capaz de cortarla.
A su vez, en la superficie, los héroes se encontraban mirando a través del agujero que había en la calle la situación en el campo de batalla. Todos se encontraban atentos a lo que estaba a punto de desencadenarse, pero también quedaron asombrados con la nueva técnica del peliverde; sin embargo, ninguno deseaba que la batalla venidera llegase a la cantidad de destrozos que hubo en Akihabara.
