PAPA BLAZE

16 4 5
                                    


Ares se levantó de repente, y antes de que pudiera reaccionar, me cogió como si fuera un saco de patatas y me echó sobre su hombro. Los demás se quedaron mirándonos, entre risas y bromas, cuando Ares, con esa voz grave y segura, soltó:

-Si me disculpáis, me voy a follarme a mi mujer.

Noté cómo me subían los colores a la cara mientras todos se echaban a reír. Empecé a golpear su espalda, intentando que me soltara, aunque no pude evitar sonreír.

-¡Ares, bájame ahora mismo! -protesté, aunque en el fondo, el tono mandón me salió más divertido que enfadado.

-Lo siento, fiera, pero no puedo esperar más -respondió él, sin dejar de caminar hacia la salida del salón.

Jasper fue el primero en soltar una carcajada.

-¡Eso sí que es saber marcharse a lo grande!

-¡No hagas que tengamos que pedirle a Santa un nuevo sofá! -gritó Gael, riendo.

-Espero que ese vibrador venga con pilas de repuesto -añadió Blaze, con su típica sonrisa maliciosa.

Mientras me llevaba por el pasillo, oí a las chicas susurrar algo sobre lo morboso que les parecía todo el asunto del vibrador. Me mordí el labio, intentando no pensar en lo que venía a continuación, pero Ares ya había hecho su jugada.

-Ares, ¿en serio tienes que ser tan... así? -le susurré, intentando mantener la compostura.

-¿Así cómo? -preguntó, divertido, mientras me acariciaba la pierna que tenía colgando sobre su hombro.

-Tan jodidamente tú -respondí, sin poder evitar reírme.

-Es parte de mi encanto, fiera -replicó, abriendo la puerta de nuestra habitación.

Cuando finalmente me soltó, me puse de pie, intentando no perder el equilibrio tras la repentina intensidad de la situación. Ares me miró con esos ojos oscuros llenos de deseo, y supe que no había vuelta atrás. Este era el hombre del que me había enamorado, con todas sus locuras incluidas. Y joder, me encantaba.

Ares entra conmigo todavía a cuestas y cierra la puerta con llave. Me deja en el suelo y me besa profundamente.

-Ese vestido me está volviendo loco, pero lo que más me pone es pensar en lo que llevas debajo de él... y entre tus piernas -dice Ares, con una voz cargada de deseo.- ¿Te ha gustado tener el vibrador dentro de ti fiera? -me pregunta Ares, mientras sigo atacando su cuello con besos.

-Sí -respondo, sintiendo cómo mi respiración se acelera. Justo entonces, Ares saca su móvil y pone el vibrador a la máxima potencia.

Un gemido fuerte se escapa de mis labios, incapaz de contenerlo.

Mis piernas tiemblan al sentir la vibración intensa, y mis manos se aferran a los hombros de Ares como si fueran mi única ancla a la realidad. Su sonrisa pícara me dice que está disfrutando cada segundo de mi reacción.

-¿Qué te pasa, fiera? ¿No puedes aguantarlo? -susurra, acercando su rostro al mío, sus labios rozando los míos apenas, provocándome.

-Eres un cabrón -consigo decir entre gemidos, mientras mi cuerpo se arquea involuntariamente hacia él.

Ares ríe suavemente, su mano deslizándose hasta mi cintura, atrayéndome más cerca de él. Sin dejar de mirarme a los ojos, baja una mano hasta mi entrepierna, acariciando suavemente sobre la tela del vestido, justo donde el vibrador está haciendo su trabajo.

-Me encanta verte así, completamente a mi merced -dice con voz ronca, presionando un poco más su mano contra mí, lo que hace que la vibración se sienta aún más intensa.

DARK ELITEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora