238 B

12 3 5
                                    

Cuando llegamos al apartamento, no pude evitar esbozar una sonrisa al ver cómo todos se giraban hacia nosotros como si fuéramos héroes que volvían de una misión. El hambre que tenían era palpable. Nada más entrar, Vega fue la primera en levantar la mano y gritar:

—¡Por fin! Creía que os habíais perdido o algo.

—Que no eres tú quien lleva dos horas escuchando cómo retumba mi estómago —añadió Hank, poniéndose en pie y acercándose hacia nosotros.

—Sí, sí, ya estamos aquí. —Dije mientras dejaba las bolsas sobre la mesa—. Pero antes de que os pongáis como locos... —Me giré hacia Brook, que ya había soltado su bolso y se había quitado los tacones, porque sí, ella es de esas que apenas cruza la puerta y ya está descalza—. ¿Violeta sigue encerrada?

—Sí, sigue encerrada —contestó Mara, rodando los ojos—. Y no ha parado de dar golpes a la puerta. Debe de estar medio afónica a estas alturas.

Brook suspiró, negando con la cabeza.

—Pues que siga ahí. Ahora comemos, y luego ya nos ocuparemos de ella —dijo mientras se estiraba, como si todo el asunto de Violetta fuera una molestia insignificante en su vida.

—Yo le llevaré un plato y una botella de agua —intervino Lynx, abriendo una de las bolsas y sacando un tupper de pasta—. No vaya a ser que se nos muera de hambre antes de que podamos sacarle algo más de información.

—Voy contigo —dijo Gael—. Por si a la princesita le da por hacer alguna tontería.

Lynx le dedicó una sonrisa y, juntos, se dirigieron hacia la habitación donde estaba Violetta.

—Bueno, ¿y qué hay para comer? —preguntó Jasper, acercándose a la mesa con los ojos brillando de anticipación.

—Pasta, pollo al limón, y varias cosas más que Brook ha querido coger en el último momento. Así que espero que estéis agradecidos —respondí, mientras sacaba más comida de las bolsas.

—¡Ares! ¡Qué gusto tienes, tío! —exclamó Blaze, dándome una palmada en la espalda—. Tenía antojo de pollo al limón.

Todos nos reímos y empezamos a repartir la comida. La mesa se llenó de platos y vasos, y en poco tiempo estábamos sentados, disfrutando del festín.

—Esto está buenísimo —comentó Raven, llevándose un tenedor lleno de pasta a la boca—. No sé cómo lo haces, pero siempre sabes lo que va a gustar.

—Lo que tiene ser un hombre de mundo —respondí con una sonrisa, guiñándole un ojo.

Brook me lanzó una mirada y arqueó una ceja.

—¿De mundo? Por favor, no te hagas el interesante ahora.

—Cariño, si no soy interesante, ¿por qué estás conmigo? —La picardía en mi tono hizo que las chicas resoplaran y que los chicos se rieran.

—Porque soy demasiado buena persona, y por que estás bueno —replicó, antes de seguir comiendo su pollo al limón.

—No me jodas Brook, estás con Ares porque te folla bien. —dijo Hank.

Continuamos comiendo en paz, haciendo comentarios rídiculos, y riéndonos de cualquier tontería. Era curioso cómo, a pesar de todo lo que estaba pasando, esos momentos nos permitían desconectar, aunque fuera solo un rato. Al menos, hasta que Lynx y Gael volvieron del "reparto de comida".

—Bueno, Violetta sigue viva —anunció Gael, sentándose en su sitio—. Aunque se ha quejado de que no le habíamos llevado vino.

—Sí, claro, ¿y qué más quiere? ¿Que le hagamos una cena a la luz de las velas? —Brook resopló, claramente irritada.

DARK ELITEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora