TENDRIA QUE HABERTE VUELTO A ESPOSAR

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-Me gustan tus castigos -dije, con una sonrisa traviesa.

-¿Ah, sí? ¿Y qué es lo que quieres ahora? -respondió, arqueando una ceja, mirándome como si ya supiera la respuesta.

Lo miré a los ojos, desafiándolo como siempre, y me incorporé un poco. Me encantaba cómo nuestras pequeñas batallas de poder siempre terminaban en algo interesante, pero esta vez tenía otra cosa en mente.

-Quiero bajar a la piscina. Por tu culpa no me he podido bañar aún -dije, con un tono de falsa acusación.

Él soltó una risa baja, sin dejar de mirarme.

-Vale, bajamos -dijo, divertido-. Pero nada de bikinis con tanga. Sólo yo puedo ver ese culito.

Rodé los ojos, pero no pude evitar sonreír. Sabía que le encantaba marcar su territorio, y aunque lo desafiaba de vez en cuando, me gustaba cómo me cuidaba.

Cuando bajamos a la piscina, la noche ya había caído y casi todas las luces estaban apagadas, lo que le daba al lugar un ambiente tranquilo y relajado. Sin embargo, al salir al área de la piscina, una escena inesperada nos recibió.

-¿Pero qué...? -Ares se detuvo de golpe al ver a Blaze y Mara juntos en una posición más que comprometedora-. ¡No me jodas! ¿Estáis follando?

Blaze y Mara se separaron al momento, como si los hubieran pillado en plena travesura, con las caras rojas de vergüenza.

-¡Eh! No es lo que parece... -empezó a decir Blaze, tratando de arreglarlo, pero Ares no le dejó continuar.

-Menos mal que no estáis follando dentro del agua, si no, Blaze la hubiera llenado de "pececitos del amor" recién salidos de sus huevos -dijo Ares, soltando una carcajada.

No pude evitarlo, me rompí de la risa también. La cara de Blaze era un poema, y Mara intentaba cubrirse con lo que podía, entre avergonzada y divertida.

-¡No somos tan brutos, tío! -dijo Blaze, con una mezcla de indignación y diversión en su voz.

-Ya, ya... seguro -dijo Ares, guiñándole un ojo-. Solo digo que el agua de esta piscina no necesita "nuevos habitantes", ¿vale?

Mara, aún riendo, añadió:

-¡Tú siempre con tus comentarios científicos, Ares!

-¡Claro! -dijo Ares con una sonrisa maliciosa-, ¡Blaze, el creador de especies acuáticas!

La situación era tan absurda que nos echamos todos a reír. Definitivamente, aquella piscina iba a ser recordada por algo más que un baño nocturno. Aunque Mara y Blaze se habían ido dentro de casa, los comentarios entre Ares y yo no paraban.

-Voy a ir a las carreras y después al Dark Wells -dije mientras flotaba en el agua, sintiendo cómo Ares me miraba desde el borde de la piscina.

-No vas a ir sola -respondió él inmediatamente, tajante-. Voy contigo.

Sonreí de lado, sabiendo que esa respuesta era la esperada. No es que me molestara, la verdad, pero me encantaba provocarlo un poco.

-Sabes que puedo cuidarme sola, ¿no? -dije, pero en el fondo, me encantaba que quisiera ir conmigo. Era parte del juego entre nosotros.

-No lo dudo, fiera, pero voy igual -contestó Ares mientras se levantaba del agua con una sonrisa desafiante.

Nos dirigimos al salón, charlando tranquilamente sobre los detalles de la carrera. Al pasar, Blaze y Mara estaban sentados en el sofá, aún recuperándose del momento anterior en la piscina.

-¿A dónde vais? -preguntó Blaze, alzando una ceja al vernos salir con esa actitud de "cotilla".

-Vamos a salir y más tarde iremos al Dark Wells -respondió Ares, sin darle mucha importancia.

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