DARK ELITE ES MAS QUE UN EQUIPO, ES UNA FAMILIA

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Mientras tenía a la pequeña Aria en brazos, no podía evitar sonreír al ver cómo jugueteaba con mis dedos y enredaba sus manitas en mi pelo. Me sorprendió que Ares dijera que solo quería descansar para su cumpleaños, aunque, conociéndolo, lo entendía. A veces, después de tantas misiones y responsabilidades, lo único que uno desea es un poco de paz. Pero lo que no sabía es que yo ya tenía otros planes.

Había hablado con Ethan hace unos días para preparar una pequeña sorpresa para Ares. Nada demasiado grande, pero algo que sé que le va a encantar. Aunque me hiciera la distraída, no podía evitar sentirme emocionada por lo que le tenía preparado. Observé de reojo a Ares mientras se sentaba a mi lado, pasando su brazo por detrás de mi espalda, como si fuera lo más natural del mundo. La pequeña Aria seguía entretenida con mi pelo, y yo, por dentro, no podía esperar a ver su cara cuando descubriera lo que estaba planeando para él.

Había planeado cada detalle de la mañana del cumpleaños de Ares. Quería que empezara el día de la mejor manera posible, así que le preparé su desayuno favorito y lo llevé a la cama. Con una sonrisa traviesa, me acerqué despacio, dejando la bandeja en la mesilla, y me incliné sobre él para felicitarlo.

—Feliz cumpleaños, mi amor —le susurré al oído mientras le daba un beso en el cuello.

Ares, aún medio dormido pero sonriendo con picardía, me miró con esos ojos que siempre me desarman.

—Tú eres mi regalo —dijo, con su voz grave y ronca—, y quiero abrirlo ahora mismo.

Antes de que pudiera responder, me agarró de la cintura y, con un movimiento ágil, me tumbó sobre la cama. Su cuerpo se colocó sobre el mío y empezó a quitarme la ropa, despacio, como si tuviera todo el tiempo del mundo. Mi respiración se aceleraba con cada beso que dejaba en mi piel, y la tensión entre nosotros iba en aumento.

Justo cuando las cosas empezaban a ponerse realmente interesantes, la puerta de la habitación se abrió de golpe. Mis ojos se abrieron de par en par, y Ares, gruñendo entre dientes, se detuvo en seco. No podía creerlo.

—¡Feliz cumpleaños! —gritaron a coro Jasper, que llevaba a la pequeña Aria en brazos, junto con Vega, Hank, Lynx, Gael, Raven, Blaze y Mara, mientras entraban cantando desafinados y con una energía que rozaba lo ridículo.

—Joder... —murmuró Ares, levantándose un poco y cubriéndose con las sábanas, claramente frustrado. Yo no pude evitar reírme, intentando disimular la incomodidad de la situación.

—Cantáis fatal —dije entre risas, mientras todos se unían, sin darse cuenta (o sin querer darse cuenta) de lo que acababan de interrumpir.

Ares solo resopló y me lanzó una mirada que prometía que aquello no iba a quedar así.

Ares, con un gruñido frustrado, agarró el cojín más cercano y se lo puso sobre la cintura, intentando cubrirse lo mejor posible, pero era evidente que la "Aresconda" estaba completamente despierta y en acción. Yo apenas podía contener la risa, mientras el caos se apoderaba de la habitación.

Jasper, con Aria aún en brazos, fue el primero en soltar una carcajada.

—¡Vaya, vaya! Parece que interrumpimos algo importante —dijo, con una sonrisa burlona.

Gael se llevó una mano a la boca, fingiendo estar horrorizado, pero no pudo ocultar su propia risa.

—¡Tío, esa es una bienvenida de cumpleaños a lo grande! —bromeó, guiñándole el ojo a Ares—. La "Aresconda" ha salido a saludar.

Hank no se quedó atrás y, entre risas, añadió:

—¡Cuidado, chicos! Si seguimos molestando, nos ataca a todos.

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