VOY HACER QUE OLVIDES TODO LO DEMÁS

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Abrí el sobre con curiosidad, preguntándome qué podían haberme preparado mis abuelos. Al ver su letra en la hoja, una sonrisa me empezó a salir sola. No pude evitar leerlo en voz alta, compartiendo esas palabras que me llenaban de cariño.

—"Querido Ares, feliz cumpleaños. Nos sentimos muy orgullosos del hombre en el que te has convertido y estamos deseando verte. Te esperamos en unas horas aquí, en Italia, para celebrarlo contigo como se merece. Con todo nuestro amor, Nonno y Nonna."

Sentí un nudo en la garganta, de esos que te llenan de emoción, y justo en ese momento, Brook me pasó otro sobre. La curiosidad me pudo, así que lo abrí al instante y, para mi sorpresa, me encontré con un par de billetes de avión. Italia. En tres horas. ¡No me lo podía creer!

Me levanté de golpe, no me salían las palabras. La abracé con toda la fuerza que tenía, levantándola del suelo mientras mi corazón latía con fuerza.

—Te amo, te amo, Brook —le susurré al oído, sin poder contener toda la felicidad que sentía—. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida.

Ella me devolvió el abrazo, como siempre lo hacía, con todo su amor.

—Yo también te amo, bebé —me dijo, acariciándome la espalda—. Te amo y te amaré siempre.

En ese momento, nada más importaba. Era el mejor regalo que podía recibir, no solo el viaje, sino tenerla a ella, a mi lado, para siempre. Este cumpleaños ya era inolvidable, pero Brook lo había hecho perfecto.

—Si el vuelo sale en tres horas, tendremos que ir a casa corriendo a hacer las maletas, ¿no? —le dije a Brook, todavía emocionado por todo.

Pero ella, con esa sonrisa traviesa que tanto me gusta, se echó a reír y me miró con una expresión que ya me decía que lo tenía todo controlado.

—Las maletas ya están listas, cariño —dijo Brook, riéndose—. Solo tenemos que ir a recogerlas.

No pude evitar sonreír, una vez más, me había adelantado. Brook siempre pensaba en todo, y eso solo me hacía admirarla más.

—Eres increíble, fiera —le susurré, todavía abrazándola.

Justo en ese momento, escuchamos la voz de Ethan desde la mesa.

—Yo y tu madre os llevaremos al aeropuerto —dijo con una sonrisa de complicidad—. Así podéis disfrutar un poco más de la cena sin preocuparos por el tiempo.

Miré a Brook y luego a mis padres. Estaba rodeado de las personas que más quería, y no podía pedir nada más.

—Gracias, papá —le respondí, agradecido—. Sois los mejores.

Después de la cena, todos nos dirigimos a casa. Tal y como Brook había dicho, las maletas ya estaban preparadas en la entrada, listas para el viaje. Cuando llegamos, nuestro grupo de amigos comenzó a despedirse.

Raven, Mara, Linx, Vega, Blaze, Gael, Jasper y Hank nos desearon buen viaje, y justo antes de salir, Brook cogió a la pequeña Aria en brazos. Le hizo una de esas voces divertidas que siempre usaba con los niños.

—Adiós, preciosa. Te prometo que te traeré cosas de Italia —dijo Brook, sonriéndole mientras la pequeña le estiraba del pelo.

—Mi hija no quiere que su tía se vaya —bromeó Jasper, riendo mientras observaba la escena.

—A ver quién la callará estos días que Brook no esté en casa —dijo Hank, levantando una ceja y provocando más risas entre todos.

Brook, como siempre, se despidió de Aria con una sonrisa, prometiéndole que volvería pronto, y yo me quedé mirando la escena, sintiéndome afortunado por tener a gente tan increíble a nuestro lado.

DARK ELITEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora