NO ME VOY A CONFORMAR CON SOLO UNO

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A medida que llegamos a la carrera, sentí la adrenalina fluir por mis venas. Miré a Brook, que estaba lista en la línea de salida, luciendo increíblemente atractiva en su ajustado conjunto negro. Sabía que tenía que protegerla, así que decidí colocarme en una posición estratégica, con la vista siempre fija en ella.

El sonido de los motores rugiendo llenaba el aire, y el ambiente estaba cargado de tensión. Era una carrera peligrosa, y la competencia estaba en su punto más alto. Brook se colocó detrás del volante, determinada y enfocada. Mientras la miraba, le hice un gesto con la mano, recordándole el número tres, en referencia a nuestros trillizos. Quería que supiera que siempre estaría a su lado, sin importar lo que sucediera.

La carrera comenzó, y vi cómo los coches despegaban con fuerza. Brook se movía con agilidad, manteniéndose cerca del coche de Malik. Mi corazón latía con fuerza al pensar en el peligro al que se estaba enfrentando. De repente, en una de las curvas, vi cómo Brook tomó la delantera, atrapando a Malik en su intento de adelantarse. En un giro arriesgado, ambos coches terminaron perdiendo el control y se precipitaban hacia el río Hudson.

-¡Brook! -grité, sintiendo la desesperación inundar mi pecho.

Ambos coches se deslizaron por la pendiente, y un momento después, se hundieron en el agua helada del río. Mi mente se nubló. No podía perderla. Sin pensarlo dos veces, me lancé hacia el río, sumergiéndome en la fría oscuridad para encontrarla. Tenía que sacarla de ahí. No podía permitir que Malik se saliera con la suya. Ella era mía, y no iba a dejar que nada ni nadie se interpusiera entre nosotros.

El agua helada me envolvió de inmediato, y la presión del río Hudson me empujaba hacia abajo. Nadé con todas mis fuerzas, buscando entre las burbujas y el caos. La imagen de Brook, atrapada en su coche, se repetía en mi mente como una pesadilla. Sabía que debía actuar rápido.

De repente, la visibilidad mejoró un poco, y vi el destello del coche de Brook unos metros más adelante, sumergido pero todavía intacto. La ventana del lado del conductor estaba rota, y eso me dio un rayo de esperanza. Con un esfuerzo titánico, nadé hacia allí.

Cuando finalmente llegué, vi que Brook estaba dentro, consciente pero asustada. Su mirada se encontró con la mía, y en ese instante sentí que el mundo exterior se desvanecía. No podía dejar que la corriente la arrastrara.

-¡Brook! -grité, intentando que me oyera a pesar del estruendo del agua.

Ella asintió, su determinación brillando en sus ojos. Logré abrir la puerta del coche, y con un tirón, la saqué hacia mí. El frío era penetrante, pero no me importaba. La sujeté con fuerza, asegurándome de que no se deslizara de mis brazos.

Juntos comenzamos a nadar hacia la superficie. Mis músculos ardían por el esfuerzo, pero la necesidad de mantenerla a salvo me daba fuerzas. Finalmente, emergimos del agua, y el aire fresco golpeó nuestros rostros.

-¡Ares! -dijo Brook, entre jadeos, pero su voz era fuerte, llena de vida-. ¿Estás bien?

-Sí, estoy aquí -respondí, sintiendo una mezcla de alivio y pánico al mismo tiempo. La mantuve cerca de mí mientras luchábamos por llegar a la orilla, donde el resto de nuestros amigos ya estaban.

Cuando finalmente llegamos a la orilla, sentí que mis piernas flaqueaban. Brook se tambaleó, y la abracé con fuerza, tratando de calmarla.

-No te preocupes, todo va a estar bien -le dije, acariciándole el cabello-. Nunca voy a dejar que te pase nada.

La miré a los ojos, y en ese instante, supe que nada podía separarnos. A pesar del caos a nuestro alrededor y de la amenaza que Malik representaba, nuestro vínculo era más fuerte que nunca.

DARK ELITEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora