Capítulo 18: Sorpresa

130 15 3
                                    

Kagome

Todo pasó demasiado rápido y, antes de darme cuenta, me encontraba con mi taza de café en mano y observándo uno de los planos de un pequeño proyecto personal. Sin embargo mi mente no podía aparatarse de lo vivido esa mañana.

Inicio del flashback.

Mis manos y mis piernas estaban aferradas a su cuerpo mientras ambos tratábamos de regular nuestras respiraciones luego de que aquella corriente eléctrica nos atravesara, liberando todos nuestros más profundos deseos.

- ¿Estas bien? - pronunció con sus labios sobre la piel de mi hombro.

- Mejor que nunca. - escondí mi mirada en el suyo.

Nos quedamos así durante unos momentos, quizás temerosos de que hacer o decir una vez que nos alejáramos. Aún así, él fue el primero en pronunciarse.

- No eres una más. - acomodó uno de los mechones de pelo que cubrían mi rostro y me sonrió.

- Inuyasha... - fue lo único que logré articular.

- Kagome, yo no suelo decir estas cosas... justamente porque jamás las he sentido, bueno... no de esta manera, pero contigo... - y justo en ese momento su celular comenzó a sonar. - Maldición. - suspiró, apoyando su frente sobre la mía. - Lo siento.

- No te preocupes. - sonreí, besándolo rápidamente antes de que regresara a la habitación.

Descendí del mesón y en ese momento me percaté de que debía cubrirme, amén de que tuve que apagar la estufa antes de que el desayuno se quemara.

Supongo que lo mejor será ponerme la pijama.

Pero Inuyasha estaba en la habitación y no deseaba molestarlo. Aunque, por otro lado, era mi casa después de todo, por lo que me dirigí al cuarto y me detuve al escuchar aquellas palabras.

- Kikyo, no puedo ir ahora... puedes pasar por mi departamento a la noche, pero... ¿Qué tan urgente es lo que tienes que decirme? - un pequeño silencio se produjo, probablemente porque ella estaba respondiendo. - ¿Por qué no me lo dices ahora y nos ahorramos todo el drama? - un nuevo silencio. - Bien, te esperaré, adiós.

No podía creer lo que escuchaba. Después de lo que habíamos, ¿realmente iba a reunirse con Kikyo?

¿Y que esperabas? No es como si tu fueras su novia.

Apreté mis puños ante aquel pensamiento, pero en el fondo sabía que la voz en mi mente tenía razón.

No eres una más.

¡¿Entonces por qué jugar de esa manera?! Me recuerda tanto al imbécil de Bankotsu...

Ingresé sin más, pretendiendo demostrar que no había escuchado nada, pero al parecer mi cara dijo todo lo que mis labios eligieron callar.

- No es lo que piensas. - pronunció, colocándose sus pantalones.

- ¿De que hablas? - traté de hacerme la desentendida.

- No es necesario que me mientas. - sonrió. - Se que estabas escuchando. - no respondí, por el contrario sólo me dediqué a buscar mi ropa en el armario. - Puedes estar tranquila, no sucederá nada con Kikyo.

- ¿Acaso te pregunté lo que pretendes hacer con ella?

- No, pero quiero que sepas que, cuando yo digo las cosas, no es en vano.

SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora