Secreto

Epílogo: Detener el tiempo

6 meses después

Kagome

Cerré mis ojos, al mismo tiempo en que el agua entraba en contacto con mi rostro un par de veces. Suspiré, apoyando mis manos sobre el lavabo, dejando que las gotas se escurrieran poco a poco.

Ya habían pasado seis meses desde la reunión de aquel lunes, la misma que cambió todo.

Inicio del flashback.

- Tranquila. - le murmuré a Sango, quién parecía no dejar de temblar, a medida que nos acercábamos a la oficina.

- Si recuerdas todo lo que se dice de ellos, ¿verdad?

- Y tú recuerdas que ya hace meses que trabajamos con ellos, ¿verdad?

- Con los idiotas de los hijos, no con el padre.

- Y él parece mucho más amable que Inuyasha y Sesshomaru. - le sonreí. - Tranquila.

Por suerte para mi, ella había accedido a acompañarme a esta reunión, ya que Rin estaba absolutamente negada a volver a tener que ver algo con ellos.

Las puertas del ascensor se abrieron y la figura de Sesshomaru nos recibió. Sus ojos dorados fueron desde Sango, hacía mi, pero se mantuvo en silencio.

- Buenos días. - murmuré.

- Por aquí. - volteó y comenzó a caminar, mientras los seguíamos.

El pasillo parecía eterno y, para nuestra sorpresa, el silencio reinaba por doquier. Miré de reojo a mi amiga, quién no dejaba de observar las paredes blanquecinas, las cuales estaban completamente vacías. Llegamos a la oficina del padre de Inuyasha y, al ingresar, mis ojos se encontraron directamente con los suyos. Contuve mi respiración levemente, sintiéndome nerviosa de estar nuevamente en el mismo espacio. A su lado, su padre nos observaba con una sonrisa.

- Buenos días, señoritas.

- Buenos días, señor. - respondimos al unísono.

Se quedó en silencio, observándonos mientras Sesshomaru se colocaba a su derecha.

- Se que mi memoria no es la más confiable, pero... ¿ustedes no eran tres?

Instintivamente y antes de responder, miré a Sesshomaru, quién parecía reclamar una explicación con la mirada.

- Ella se alejó del proyecto. - respondió Sango, también mirándolo a él. - Sólo seremos nosotras dos, de ahora en adelante.

- Bueno, en ese caso, les agradezco por decidir continuar con nosotros. - nos sonrió, asintiendo. - Seré breve, para no robarles demasiado tiempo, ya que creo que las dos saben las verdaderas razones de este proyecto. - ambas asentimos. - La realidad es que necesitaremos retrasarlo durante el mayor tiempo posible. - suspiró. - Sesshomaru... - le cedió la palabra.

- No reuniremos sólo una vez al mes, los cuatro juntos. - nos señaló a nosotras y a Inuyasha. - No habrá áreas, ni equipos, todos revisaremos todo.

Miré a Inuyasha, preguntándome si quizás aquello era su idea, sin embargo, la manera en la que observaba a su hermano, parecía estar enterándose de todo al igual que nosotras. ¿Fue idea de su padre entonces?

- Las reuniones sólo se llevarán a cabo los días lunes, a las 8 de la mañana, en esta empresa. - miró a Toga Taisho, quién asintió.

- ¿Puedo preguntar por qué? - hablé finalmente, mirando a Toga. - ¿Por qué aquí?