Capitulo 14. Ultimátum

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ULTIMÁTUM

Mi cabeza estaba hecha un desastre. No podía razonar. Toda la situación en esos momentos me era demasiado. Solo necesitaba respirar, descansar, estar tranquilo con mis sentimientos. Sentía que ellos mismos me estaban asfixiando.

Entré a casa por la puerta trasera y como ya era de costumbre estaba vacía. Ya ni siquiera me afectaba.

Max era un estúpido, no había otra manera de llamarlo. Toda su mierda de venir a pedirme un jodido favor con su maldita cara arrogante, conseguirlo y simplemente después mandarme a la mierda, me estaba empezando a escocer. Estaba harto de esa mierda suya, de cambios de humor, de no poder mantenerse en un estado. Es como si simplemente se empeñara en ser un imbécil por placer.

Y no entendía por qué me molestaba tanto, porque me entristecía el no poder comprender sus malditas emociones; sus cambios de humor, su necesidad de simplemente poner distancia.

Entré sin reparo directo a mi habitación y di un pequeño respingo al ver que había dos personas sentadas en mi cama. Mi ceño fruncido, mis ojos de par en par delataron mi sorpresa.

—Charles, Carlos ¿Qué hacen aquí?

—Estábamos llamándote, nos preocupaste —dijo rápidamente Charles, poniéndose de pie y acercándose a mí.

Su rostro demostraba preocupación. Realmente estaba afligido. Probablemente, tenía motivos, ni siquiera había cogido sus llamadas o las de Carlos.

—Lo siento, mi celular se quedó sin carga y se apagó —mentí.

—Es la segunda vez que pasa. Primero en el campamento y ahora de nuevo.

—Sí, solo —vacilé—, estaba dando un paseo.

No tenía ganas de hablar en esos momentos. Únicamente quería que se fueran. Que me dejaran solo con mis pensamientos que me estaban martillando la mente.

—Te ves pálido y agitado, ¿Estás bien? —habló por primera vez Carlos. Se acercó a mí y puso su mano en mi hombro—. Sabes que puedes confiar en nosotros.

Realmente no estaba consciente de mi estado. Probablemente, me había agitado en el simple transcurso del coche a la puerta de mi casa, había salido muy de prisa, o puede que simplemente estaba demostrando en mi exterior lo que mi mente estaba sufriendo.

—Sí, solo quiero estar solo

Me alejé del tacto de Carlos. Y caminé hasta el closet para buscar mi pijama.

No podía verlos de frente. No sin sentir más emociones de las que quería sentir. Y yo simplemente ya no quería sentir nada.

—Checo, somos tus amigos y queremos ayudarte —volvió a hablar Charles— ¿Ocurrió algo?

Su nota de voz delataba una preocupación latente.

¿Realmente me veía tan mal?

Sentía que por dentro era un desastre, pero por fuera no había motivo. O bueno, eso es lo que acostumbramos creer nosotros mismos, que no somos capaces de percibir como a veces por fuera reflejamos todo lo que por dentro nos hace pedazos.

Charles se acercó lentamente hasta posicionarse a mi lado. La pude mirar por el rabillo del ojo. Estaba recargada en la pared, con su mirada fija en mí.

—Estoy bien —repetí—. Solo fui a dar un paseo. Corrí de regreso para hacer ejercicio y por eso estoy agitado.

Mi paciencia se estaba agotando, de igual manera intenté hablar lo más calmada posible.

Cicatrices || ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora