Capitulo 24. Ejecución (Im)Perfecta

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*Esta primer parte es como un plus, ya que lo de Lando ocurrirá en la segunda parte*

EJECUCIÓN (IM)PERFECTA

La noche había caído y el cielo se había teñido de un color oscuro penetrante, las nubes grises habían aproximado una lluvia potente. Y apenas el reloj marcó las doce la lluvia proliferó sobre Linston.

El frío calaba por todo el lugar a pesar de que la calefacción del coche estaba intentando mantenernos en calor. Eso y el silencio sepulcral que reinaba dentro del coche dejaba entre ver como cada uno a su manera estaba inmerso en su mundo, en sus pensamientos, en ese sentir de lo que estábamos a punto de hacer.

Georgf apenas y había dicho una palabra desde que los tres nos habíamos subido al carro para dirigirnos al hospital. Y con Max no había diferencia.

Ninguno decía nada.

Aunque antes de todo, hicimos una parada en mi casa, bueno, ellos me dejaron a unas cuantas calles lejos de ella para no arriesgarnos y nada; y yo a pie fui ahí, estos dos últimos días, me había vestido con la cambia de ropa que tenía puesta y una que había traído como repuesto, no me causaba problema, use una distinta por día y como el frío era tan grande, apenas y sudaba un poco, pero si me iba a quedar con ellos después en la cabaña para ayudarlos, debía traer más ropa. Así que cargué una mochila con todo lo que iba a ocupar estos días, al parecer ellos tenían su ropa en la cabaña desde hace días.

Pero después de eso, venimos al hospital y yo parecía un pequeño ser a punto de perder el color y calor del cuerpo mientras el coche avanzaba. Sentía como mis manos debajo de la tela del jersey apenas y podían moverse. Mis mejillas se sentían casi rígidas por el frío. La punta de mis dedos cosquilleaban en desespero.

Aferré ambas manos sobre el borde del jersey cuando el carro se detuvo. Era como si el tic tac se hubiera detenido.

Miré hacia enfrente, esperando que alguno actuará. Sentía los nervios esparciéndose como un líquido caliente por mi cuerpo.

—Puedes salir un momento, George —Max fue el primero en romper el silencio.

Y George se limitó a asentir como respuesta, apagando el motor del coche y saliendo.

Tragué saliva nervioso y desvié mi mirada a Max. Supongo que por los nervios ninguno había podido hacer o decir nada desde la mañana.

Desde ayer en la noche apenas y habíamos hablado. Él se había ido por la noche junto a George, a hacer quién sabe qué. Y yo me había quedado solo en la cabaña.

Ni siquiera fui capaz de dormir bien, por los nervios o por el hecho de que sentía que algo me faltaba.

—Ven —me pidió Max, tomándome de las rodillas y tirando suavemente de mí.

No puse mucha resistencia cuando me acercó a él. Últimamente no le ponía mucha resistencia a su cercanía.

—Gírate.

—Pero...—le fruncí el entrecejo sin entender su petición.

¿Para qué quería que me gi...

Di un respingo cuando enlazó una mano en mi cintura y con sutileza me acercó a él, elevándome para subirme a su regazo.

Su acción fue tan esporádica que por un momento me quedé quieto. Había aferrado ambas manos a su rodilla.

Estaba sentada sobre él, y mi cabeza solo procesó el hecho de que tenía su mano en mi cintura. Quise decir algo, pero noté que su mano se había tensado por un momento, para después suavizarse al instante.

Cicatrices || ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora