Capitulo 15. Traiciones [Parte 1/2]

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TRAICIONES

Frente a mí estaban Charles y Carlos. Ambos con expresiones serias en sus rostros, sus miradas estaban decaídas, pero intentaron disimularlo con una sonrisa de labios cerrados.

Sabía muy bien a lo que se referían. No esperaba que vinieran tan pronto, aunque me fue un alivio. Yo les pedí la verdad y ellos estaban aquí para hacerlo, para contar su versión de la historia. O bien, acababa bien o podía ser todo lo contrario y salir mal. Una corazonada me decía que probablemente era la segunda, pero qué mejor manera de saberlo que sabiendo la versión completa.

—Pasen —Me hice a un lado y les dejé la puerta abierta para dejarlos adentrarse.

Caminaron por el pasillo en total silencio. La tensión estaba palpante en el aire. El silencio predominaba como si aquello fuera un funeral.

En el momento en que estuvieron dentro, cerré la puerta y caminé hasta las escaleras. Pude sentir sus miradas clavadas en mi nuca. Ese era el momento. Me sentía cual verdugo a punto de ejecutar a sus condenados.

Me detuve frente a las escaleras y giré mi vista hacia ellos. Y maldición, sentí mi corazón latir incluso con más fuerza sobre mi caja torácica. Sus rostros abatidos y tristes me dedicaron una mirada apacible.

—No es necesario hablar si no quieren.

Me sentí obligado a decir esas palabras, tal vez los había presionado de más. En esos momentos estaba demasiado molesto, irritado y con otros tantos sentimientos y pensamientos asfixiando mi mente.

—No. Lo haremos. —habló Charles rápidamente.

Los miré con duda y una sonrisa triste se dibujó en el rostro de Carlos, que caminó hasta colocarse a mi lado.

—Tarde o temprano tenías que enterarte. Solo que, queremos que sea por nosotros —mencionó apuntando con su cabeza hacia las escaleras en una invitación para seguir.

—Lo sé, solo que...—apreté los labios y solté un suspiró—. Ayer no me sentía bien y me sentía muy desorientada en todo y creo que descargué eso con ustedes. Si no quieren hacerlo, creo que puedo entenderlos.

Una parte de mí se sentía tan necesitado de entender, de querer comprender, y no estar en un punto medio en donde únicamente era arrastrado de allá a acá, pero la culpabilidad era algo que no podía quitarme de encima. No quería obligarlos a contar algo que no quería y el darme cuenta de que lo había hecho, en retrospectiva se sentía como un golpe en la boca del estómago.

Carlos negó, desestimando mis palabras, como si lo que dijera no fuera nada.

—¿Recuerdas al chico pelirojo del primer día?

Fruncí el ceño y asentí lentamente al reconocer la característica y relacionarla.

—¿Al chico que me gritó nuevo?

—Sí. Él quería decirte lo que pasó. Muchos lo saben, no es un secreto. Solo era cuestión de tiempo para que lo supieras. Y lo íbamos a hacer, aunque no teníamos el valor.

—Puedo esperar a que lo tengan —les di una media sonrisa—. En serio me siento muy culpable por lo que pasó ayer.

—Lo queremos hacer hoy —Charles intervino con una pequeña sonrisa—. Pero en esta ni en ninguna versión somos los buenos Checo.

—La cagamos —dijo Carlos—. No hay otra forma de decirlo. Nos arrepentimos, pero sabemos que eso no va a solucionar nada.

—Y sabemos que después de esto probablemente no quieras seguir hablándonos. Así que es mejor que lo sepas ahora y tomes tu decisión.

Cicatrices || ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora