Matrimonio Concertado (kokonoi Hajime x Inui Seishu)

Romero.

"Lleva perfume de muertos en la piel."

Ella jadea y baja de la pared. Recoge una bala y la guarda en su bolsillo. Kokonoi y ella se comunican fácil, basta una mirada y de inmediato están llevando a los hermanos Inui a la casa, no sin antes comprarle algunas cosas a Seishu. Hajime conduce con rapidez, pero sin sobrepasar los límites. La pelinegra va detrás en su moto. Al llegar a la casa el peliblanco se despide de su prometido y cuñada rápidamente con la excusa de solucionar algunas cosas para el siguiente día. Luego los miembros más jóvenes del clan terminan en el cobertizo al lado de las pesebreras.

— Mira, es un francotirador, si no me mató fue por la sencilla razón de que no quiso —.

— Eso es obvio, estabas en bandeja de plata —.

— Me dijo "libélula" — Ella dice mientras revisa los mapas de la propiedad y gira el radio con los dedos sobre la madera.

Hajime la mira fijamente. Los ojos brillan. Inclina la cabeza y su mente comienza a correr con rapidez. Las libélulas no eran un clan reconocido y mucho menos recordado, no hay muchas personas que lo conozcan y que sepan el anexo de Kalypso a este o la línea de sangre directa con el clan Kokonoi — hay que hablar con Tomiko —.

— Mañana, a esta hora está relacionándose con Yuka — El gesto de asco es inmediato, juntos recogen la nariz igual y olisquean antes de relajar el rostro.

— Bien, asegúrate de que la casa esté segura, no podemos tener inconvenientes hasta que el lazo de fuego esté forjado — Kokonoi indica y sale del cobertizo.

Kalypso es rápida. Pone el sistema de seguridad en funcionamiento de inmediato. Cada esquina de la casa está protegida, los terrenos tienen cubrimiento de francotiradores y hombres que los recorren cada tantos minutos. Ella juega con la bala en su mano y la revisa. La levanta y la luz de luna la golpea, tiene una pequeña V en dorado en la parte inferior, es difícil de distinguir por lo pequeña que es, la pólvora y el impacto también la afectaron, pero la letra es obvia.  

[...] 

— Takemichi — la preocupación es evidente en la voz del pelinegro mientras el mayor se despierta con un ruido de queja — espera — Naoto toma un vaso de agua y se lo ofrece.

El mayor toma el vaso y bebe un poco jadeando lentamente — ¿Que paso? —.

— Te desmayaste —.

— Perdón —.

— Está bien — Naoto espera hasta que Takemichi termine el vaso de agua. No quería agobiarlo, pero necesitaba saber los lazos del apellido Valerius para entender porque lo afectó tanto y aún más importante, la conexión con Kalypso. — ¿Quién es Valerius? — no le da vueltas a nada, es mejor preguntar claramente y sin dilataciones.

Takemichi traga. El labio inferior le tiembla. Toma aire y cierra los ojos, los recuerdos son difíciles de procesar, aunque se muevan una y otra vez por su cabeza sin darle tiempo de olvidar — ¿Recuerdas que te dije que algo le pasaba a Seishu y Kokonoi se volvía loco? —.

— Dijiste que no sabías lo que le pasaba —.

— Mentí — el mayor mira la pared — sí sé, no es algo que me gusta recordar —.

— Dime —.

— Valerius es quien forma una guerra contra Kokonoi, no conozco los detalles, era algo sobre unos negocios que Hajime le robo o se negó a hacer. Este tipo decidió meterse con Seishu para dañarlo y debilitarlo, mala idea, se cavó su propia tumba —.

— Sé más claro —.

— Kokonoi simplemente comenzó a matar sin distinción, tenía suficiente dinero, los demás fueron muriendo como forma de represalia por Valerius — Takemichi suspira — después de años de guerra kokonoi lo acorraló, con ayuda de alguien más —.