XXXII

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Harry sostenía en su mano la pequeña botella dorada de Felix Felicis, observándola con una mezcla de nerviosismo y determinación mientras Hermione repasaba el plan una vez más, sus ojos brillaban con una mezcla de emoción y preocupación.

—Bien, Harry —dijo ella. — Recuerda. Slughorn come temprano, da un paseo y luego regresa a su oficina. — El moreno asintió, dio un último vistazo a sus amigos y bebió la poción.

 Inmediatamente, una cálida sensación lo envolvió, como si estuviera sumergido en un sueño placentero. El mundo a su alrededor parecía más brillante, más vívido, con más color. Draco, sentado a su lado, soltó una risita. —Pareces un poco ebrio —bromeó, sus ojos se achinaron por la sonrisa tan grande que tenía.

— ¿Cómo te sientes? — preguntó Ron.

— Estupendo. — dijo — Francamente estupendo. — Harry sintió un tirón en su interior, como si algo lo llamara con urgencia, era como una intuición repentina y poderosa. — Bueno, me voy a la cabaña de Hagrid —  sus ojos ampliándose con la certeza de su intuición.

— ¿Qué? — dijo Hermione perpleja.

—¿Hagrid? —preguntó Ron, confundido—. Pero, Harry, el plan....

— Harry. — llamó el rubio y tomó al moreno por las mejillas mirándolo a los ojos. — Es Slughorn a quien debes ir a ver. ¿No te acuerdas?

— Lo sé, pero tengo el presentimiento de que debo ir con Hagrid está noche. — miro a sus amigos — ¿Comprenden?

— No — respondieron al unísono.

— La poción sabe lo que hace. Confíen en mí. — respondió Harry, levantándose de un salto.

Hermione, Ron y Draco intercambiaron miradas, pero la certeza en la voz de Harry era innegable. Sin más preguntas, se dedicaron a esperar, confiando en la suerte que el Gryffindor acababa de beber.

Los tres observaban el Mapa del Merodeador con atención. El nombre de Harry se movía con determinación hacia la salida del castillo, mientras que el nombre del profesor Slughorn aparecía no muy lejos de allí.

—Miren, ahí está Slughorn — Hermione señaló el mapa—. Parece que va hacia el mismo lugar que Harry.

—Espero que todo salga bien —murmuró Ron, aunque había una nota de ansiedad en su voz.

A medida que seguían observando, vieron cómo los nombres de Harry y Slughorn se acercaban más y más, hasta que finalmente se encontraron. Los tres amigos intercambiaron miradas de alivio y curiosidad mientras veían que los dos nombres se movían juntos hacia la cabaña de Hagrid.

—¡Está funcionando! —dijo Hermione con una sonrisa de satisfacción.

Durante horas los tres vigilaron el mapa, viendo cómo Harry, Slughorn y Hagrid permanecían juntos en la cabaña. Finalmente, Hermione y Ron decidieron que era hora de irse a dormir, dejando al joven Slytherin en el salón.

—Avísanos si pasa algo importante —dijo Hermione antes de salir del salón con Ron.

Draco asintió con los ojos fijos en el mapa. A medida que las horas pasaban, el cansancio comenzó a apoderarse de él, y sin darse cuenta, se quedó dormido. Despertó de repente y, al mirar el mapa, vio que el nombre de Harry se acercaba rápidamente a la entrada del castillo. Despabilándose se envolvió en la capa de invisibilidad y corrió para encontrarse con Harry.

Mientras caminaba apresuradamente en dirección al castillo, Harry notaba cómo se le iba pasando el efecto del Felix Felicis. Sentía como la sensación de calidez abandonaba su cuerpo dejándolo con una brisa fría recorriéndole la espina dorsal. La puerta de la entrada había permanecido abierta para él y cuando entró al castillo notó a Draco corriendo hacia él.

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⏰ Última actualización: Sep 13 ⏰

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The Tear In My Heart - |DRARRY|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora