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En cuanto las vacaciones llegaron a su fin, Draco comenzó a prestar más atención en la brigada inquisitorial ya que, por algún motivo, ya se sospechaba el lugar en donde Harry daba las clases, al parecer el conserje los había estado observando detenidamente.

— Tengan más cuidado...— susurró Draco. — Ya saben dónde se juntan. — Aquella era la primera clase de pociones después de las vacaciones.

— Gracias. — respondió Harry y le guiño el ojo. Draco se sonrojo y miro su libreta, odiaba que Harry hiciera eso, porque cada vez que lo hacía tenía unas ganas irrevocables de besarlo.

—Deberías besarlo... Pagaría por ver su cara. — había dicho Blaise cuando Draco le había confesado aquel sentimiento.

— Idiota. — había respondido Draco. — ¿Recuerdas que tengo una reputación?

— ¡Amigo serias un jodido héroe! — dijo Blaise. — Mira que besar al mismísimo Niño que vivió no es cosa que haga cualquiera.

Draco rio al recordar eso y enseguida sintió la mirada de Harry sobre él.

— ¿Que miras Potter? — pregunto el rubio.

— Te reíste solo.

— Obviamente, soy muy divertido.

—Ja, ja, ja. — respondió el moreno sarcástico.

— ¿Cómo han ido las Navidades? — le preguntó el rubio echando algo a su caldero.

— Bueno, no han estado mal. — respondió el chico de lentes. — Gracias por los guantes.

— Gracias por la bufanda. — respondió Draco y sonrió. — Baja el fuego. — dijo mirando el caldero de Harry.

— Claro. — respondió el moreno haciendo lo que Draco le había dicho. — Gracias. — el rubio asintió.

— Aquí esta lo que me pediste, Harry. — dijo Hermione llegando a la mesa y entregando un platito con acónito.

Los días pasaban tan fríos como deben de ser en invierno, pero la nieve comenzaba a derretirse. Draco Malfoy se encontraba paseando por Hogwarts, perdido en sus pensamientos. En cambio, Harry corría y corría atravesando Hogwarts.

— Perdón. — se disculpó Harry al tropezar con alguien.

—No te perdono. — respondió Draco con una sonrisa.

— Ah. Hola. — dijo Harry un poco sonrojado. — Tengo que irme... ¿Nos vemos luego?

— ¿Qué pasó? — preguntó el rubio mirándolo.

—Hagrid volvió. — susurró Harry y continuó corriendo.

Draco sonrió y recordó la vez que vio en los recuerdos de Harry a Hagrid con un enorme pastel rosa frente a un Harry de once años. Lo poco que había visto de la vida de Harry era un poco solitaria, sus tíos lo odiaban, no tenía un cuarto propio y esta tan solo como él.

— ¡Draco! — grito Pansy desde lejos y le hizo señas para que se acercara, el rubio la miro y camino hacia ella.

— Hola, Pansy. — dijo Draco y se sentó junto a la chica.

— ¿Estas bien? — pregunto Pansy con tono preocupado.

— Creo.

— Tus padres me dijeron que te quedaste aquí en Navidad.

— ¿Viste a mis padres? — pregunto el rubio mirando a la chica a los ojos.

— Bueno... — empezó a decir Pansy. — No realmente... — el rubio bajó la mirada. — Me enviaron un regalo y una carta.

The Tear In My Heart - |DRARRY|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora