XVIII

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La noche parecía eterna, la mente de Draco trabajaba rápido y los recuerdos iban acumulándose tras sus ojos. Un parpadeo, veía el comedor de su casa, dos parpadeos, los pies de Voldemort frente a él, tres parpadeos, un golpe seco. Seguía recargado en la ventana, mirando el suelo, con el frío pegando en sus mejillas, deseando no haberle enseñado nada a Harry pero al mismo tiempo sintiendo un gran alivio... Miraba a la lontananza, esperando, pero no sabía bien lo que esperaba.
Un ruido lo regreso a la realidad, alguien estaba afuera del aula, se escondió tras un telescopio lo más rápido que pudo.
—Sé que estás aquí...— dijo una voz familiar. —...lo vi. — Harry Potter se descubrió debajo de lo que parecía ser su capa de invisibilidad.

—¿Qué haces aquí? — preguntó Draco acercándose.

—Quería verte.

—¿Por qué?

—No quería que te fueras a dormir pensando que creía que eras una mala persona... Por qué no lo eres.— dijo mirando al rubio a los ojos. Draco no dijo nada, no sabía que responder, su corazón latía muy fuerte. —Las cosas que hacemos tienen una razón.
—Yo...
—Estas protegiendo a tu familia.

—Mi familia...— susurró el rubio.

—No puedo prometerte que todo estará bien... — dijo acercándose más al rubio. — Pero puedo jurarte que haré todo lo posible por mantenerte a salvo y por terminar con todo esto.
—Solo mantente vivo.— respondió Draco y miro a Harry. — Por favor...— dijo y lo abrazo. Harry lo tomo por la cintura y lo acerco más a él. Podía sentir los latidos del rubio.
—Lo haré...— respondió y se separó un poco del abrazo para poder ver a Draco a los ojos. —¿Sabes que te ves lindo con tu nariz roja?

—¡Cállate Potter!— exclamó y hundió su rostro en el cuello de Harry.
—Vamos... Tenemos que dormir.— dijo separándose del rubio.
—¡Espera! — dijo tomando la muñeca de Harry. —¿Dónde está Flitch?
Harry sacó el mapa del merodeador en busca del hombre y tras unos segundos de búsqueda lo encontró cerca de donde estaba

la sala de Gryffindor.

—Mierda...— susurró Harry que a pesar de llevar la capa sabía

que lo podían descubrir.

—Puedes pasar la noche en mi habitación. — dijo Draco rápidamente. —Si quieres. — añadió.

—Bueno.— respondió Harry y abrazo a Draco por los hombros pasándole la capa de invisibilidad encima.

Corrieron en silencio por los pasillos de Hogwarts; debajo de la capa de invisibilidad Draco se sentía protegido de algún modo, sentía el brazo de Harry encima de sus hombros, sentía su respiración cerca de su cuello, sus manos se tocaban por instantes, Harry sonreía tiernamente mientras iban pasando los pasillos... Y se dio cuenta. Draco Malfoy estaba totalmente perdido por Harry Potter.

Al llegar a la sala de Slytherin; y habiéndose asegurado que no había nadie rondando, entraron. Draco condujo a Harry a su habitación, lo tomo de la muñeca mientras lo guiaba. Harry no decía nada, su respiración estaba agitada, miraba al rubio delante suyo, paseaba su mirada por el rostro de Draco.

—No hagas ruido...— dijo entonces el rubio a la par que abría la puerta. No era la primera vez que Harry estaba ahí, pero esta vez se sentía diferente.

Ambos entraron a la recámara, Draco enseguida se quitó los zapatos y se aproximó a su cama, Harry lo tomo de la mano. Draco lo miro. Ambos sonrieron. Y tan solo mirándose entendieron que esa noche era especial. Se tomaron las manos, las estrecharon mutuamente, se abrazaron y comenzaron a besarse.

Besos. Caricias. Todo avanzaba lentamente. Harry comenzó a recorrer la espalda de Draco, y este lo condujo a la cama, sin separarse un segundo Draco se sentó en la cama y Harry se sentó sobre sus piernas.

—No me hagas morir de amor por ti...— susurró Harry entre besos, Draco sonrió y comenzó a acariciar el pecho de Harry debajo de su camisa. El moreno arqueó la espalda dejando que el rubio le quitara la camisa. Draco recorrió el pecho de Harry con sus manos, tratando de memorizarlo. Una de sus manos se posó en la cintura de Harry y la otra subió a su cuello. Harry beso la frente de Draco y se dejaron caer en la cama. Harry comenzó a desabotonar la camisa de Draco. Respiraciones agitadas y suaves gemidos era todo lo que se escuchaba.
Una vez despojado de la camisa, Draco atrajo a Harry hacia él, Harry sonrió y comenzó a besar a Draco, se dejó llevar y comenzó a besar el cuello del rubio, Draco podía sentir los latidos de su corazón en sus oídos. Harry siguió besando el cuello de Draco y enseguida comenzó a bajar por su pecho, dejando un camino de besos, siguió por su abdomen, en cuanto llegó al ombligo del rubio, Draco se desintegró.
Rápidamente Draco tomo a Harry por los hombros y se giró sobre la cama, dejando a Harry debajo suyo, se miraron unos segundos a los ojos, las pupilas dilatadas, los labios húmedos e hinchados, la respiración agitada, su cabello desarreglado... Harry era perfecto a los ojos de Draco.

—¿Estás seguro de esto? — preguntó Harry con voz ronca. Draco sonrió y tomo a Harry por la nuca, lo atrajo hacia él.
—Bésame. — respondió y comenzaron a besarse. El moreno comenzó a profundizar el beso. Cada vez lo besaba con más pasión, como si quisiera llenarse de Draco. Cuando el rubio sintió la lengua del moreno sobre sus labios dio entrada y sus lenguas comenzaron una pelea por ver quién era el dominante.

Aquella mañana se sentía fresca, había un poco de neblina cubriendo los jardines, pero aun así podían verse los rayos del sol asomarse por entre las nubes. Comenzaba a escucharse vida dentro de Hogwarts, los alumnos ya estaban despertando.
—¿Han visto a Harry?— preguntó Ron al salir del baño y ver la cama de su amigo vacía.

—Escuche que alguien bajaba en la madrugada... Pero no sé si era Harry. — comentó Dean.

—Era yo. — respondió rápidamente Neville. — Olvide mi varita en el sillón.

—¿Enserio nadie lo ha visto?

—Tal vez ya bajo a desayunar... — comentó Seamus.
—Sus cosas siguen aquí...— pensó el pelirrojo al ver el uniforme de su amigo intacto. Pensó qué tal vez había tenido pesadillas y estaba en los jardines, o que se había despertado temprano y estaba desayunando en pijama...

—¿Has visto a Harry? — volvió a preguntar el pelirrojo pero esta vez a su amiga. Se encontraban en la sala de Gryffindor, ambos con sus uniformes puestos, listos para comenzar la jornada escolar.

—Ustedes duermen en el mismo cuarto, ¿no se supone que deberías saber eso? — respondió Hermione.

—No estaba en su cama esta mañana.

—¿Qué? — dijo rápidamente la castaña. —¿Y si le pasó algo?
—No creo...

—Vamos a buscarlo. — exclamó Hermione y arrastró al pelirrojo fuera de la sala.

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The Tear In My Heart - |DRARRY|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora