XVI

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—Ahora ve a descansar...— susurró el rubio alejándose de Harry con lentitud.

—No....— dijo acercándose a Draco. — Quiero estar contigo.

—Harry...—susurró el rubio y cerró los ojos al sentir los labios del moreno sobre los suyos, pasó sus brazos por sobre los hombros de Harry.

Harry acerco más a Draco y paseo sus manos por toda la espalda del rubio, sus respiraciones se agitaban al igual que su pulso. Draco sentía en cada toque de Harry una corriente eléctrica, quería seguir, pero estaba asustado. Sentía como si todo estuviera bien por un momento, como si todo lo malo desapareciera y solo estuvieran ellos dos, seguros y felices. Miro a Harry a los ojos, verde contra gris. Sintió como su camiseta se empezaba a mojar de algo, bajo la mirada y miro la mano de Harry.

—Harry...— susurró Draco entre besos.

—Shhh... —contestó Harry y comenzó a desabrochar la camisa de Draco, quería sentir la piel del rubio, quería acariciarlo, abrazarlo y no soltarlo.

—Tu mano...— dijo el rubio. —...está sangrando. — dijo y tomó la mano de Harry entre las suyas, acaricio la venda. El moreno miro su mano, la venda estaba de un color carmesí y había manchado la camisa de Draco.

—Perdón... Tu camisa...

—No hay problema... Pero ve a descansar. — dijo dándole un beso en la frente al moreno.

—No quiero descansar... Quiero que todo esto se acabe... Quiero que estés a salvo...— dijo recargándose en el hombro del rubio.

—Si descansas tu mente y logras evadir que entre... estaré a salvo Harry. — dijo el rubio y sonrió.

—Yo sé... pero...

—Pero nada. Ve a descansar. — dijo señalando la puerta del baño. — Mañana te veo aquí mismo para darte el ungüento.

—Muy bien... Pero esto... — señaló a Draco y luego a él. —... seguirá en otro momento. — el rubio sonrió y sus mejillas se colorearon.

—Ya vete, Potter. — dijo sonriendo.

Harry recorría el castillo en silencio, pensando en todo lo que podía pasar si no lograba controlar su mente y se sintió enojado, como si un fuego le subiera de los pies a la cabeza. Apretó los puños y trato de tranquilizarse, pero se detuvo al darse cuenta que ninguno de los cuadros que cubrían las paredes de las escaleras se encontraban, solo eran muros en blanco y sintió un vacío en el pecho y en el estómago, casi podía sentir la presencia de un dementor que se robaba la felicidad.

Por los altavoces se escuchaba a Umbridge recitar algunas de las reglas que había impuesto y el cielo empezaba a perder su color, el olor a tierra mojada invadió la nariz de Harry y con eso un sentimiento de nostalgia, dolor y de culpa.

—¡Harry! — dijo Hermione al verlo entrar a la sala de Gryffindor. —¿Dónde estabas? — dijo acercándose, miró la mano de su amigo. —¿Fuiste a la enfermería?

—No.— respondió — Estaba en el baño...— dijo y miro alrededor, los cuadros de la sala seguían ahí. — ¿Cómo está tu mano?

— Pues me punza, pero todo está bien. — respondió Hermione sonriendo.

— No me mientas... Sé que les duele mucho...— dijo y se sentó en un sillón.

— Harry... nosotros te lo pedimos a ti, no es tu culpa...

— ¡Yo accedí Hermione! — grito — Pensé que podía ayudar... Pero solo lo arruine.

— No arruinaste nada... Sino todo lo contrario, nos ayudaste mucho.

The Tear In My Heart - |DRARRY|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora