The Tear In My Heart - |DRARRY|

VII

Las clases de Harry eran todo un éxito, tanto para el ejército de Dumbledore, como para Draco, ahora el rubio podía invocar cualquier cosa a larga distancia, como Harry lo había hecho en cuarto año, podía aturdir a alguien sin tener que decir el hechizo en voz alta y tenía un patronus que lo protegía, por primera vez en mucho tiempo se sentía seguro.

— ¡Ya sé quién es Dragon Fly! — dijo Harry sentándose frente al rubio.

— ¿Que? — preguntó Draco rápidamente.

— Mira esta...— dijo mostrándole una nota escrita en tinta azul.

"Ya sé por qué no eres Ravenclaw. Eres un idiota.
—Dragon Fly"

—Cho Chang. — aseguró Harry.

— ¿La oriental? — preguntó el rubio.

—S-si— respondió el moreno. —Ella es de Ravenclaw.

— ¡JA! — río sarcástico el rubio —Si fuera ella, te hubiera escrito en japonés o lo que sea que ella sea.

—Es de ascendencia china, idiota.

—Como sea. Tengo que ir a mi habitación por mi libro de Pociones. — respondió irritado.

— ¡Carajo! — dijo Harry. — ¡La tarea de Snape!

—No te voy a ayudar. — dijo rápidamente Malfoy.

— ¡Oh vamos! — dijo Harry mirando a Draco.

—No.

—Por... Favor— dijo mirándolo a los ojos. Draco lo miro y lo examinó de arriba a abajo.

— ¿Porque no le dices a Granger? — inquirió el rubio.

—Está muy ocupada con sus elfos domésticos y siendo prefecta. — respondió Harry.

— ¿Con los elfos domésticos?

—Larga historia...— dijo poniendo los ojos en blanco.

— ¿Y Weasley?

—Hermione lo molesta con ser prefecto.

—Yo también soy prefecto.

—Pero nosotros somos compañeros y tenemos que trabajar en equipo. — dijo sonriendo y mirando al rubio a los ojos.

—No te vas a rendir hasta que te diga que sí, ¿cierto?

—Ciertamente.

—En el salón de siempre en media hora, Potter. — dijo Draco alejándose de la mesa.

— ¡Gracias! — exclamó Harry.

— Como sea.

—Shhhh— dijo una alumna de Hufflepuff. —Biblioteca.

—Perdón. — respondió el moreno y se dispuso a terminar su tarea de Historia de la magia.

— ¡Es ahora o nunca Draco! — exclamó Blaise.

— ¡No es ahora ni nunca! — dijo Draco.

— ¡Debes decirle lo que sientes! — exclamó Blaise.

— ¡No!

— ¿Por qué?

— ¡¿Qué pasa si él no siente lo mismo que yo?!

— ¿Acaso eres un idiota? — dijo Blaise sentándose en la cama del rubio.

— ¿Disculpa? — dijo en tono ofendido.

—Potter está más enamorado de ti que nada.

—No, eso no es verdad. A Potter le gusta Chang.