Un alfa sin suerte

26: "Bajo el hechizo del deseo"

La forma en que veía a Harry en ese momento se podría decir que era como un cazador a su presa, una que sabía que ya estaba entregada a él, en el deseo y el amor, preparada para recibir y devolver cada movimiento, beso, caricia y desenfreno que le otorgarán. Lo observó, detenidamente, sin perder un solo detalle de la forma en que aquellas manos iban despojando el cuerpo de ropas. Primero la chaqueta, luego la camiseta. Sintió sus latidos empezar un compás eufórico cuando frente a él se presentaba la imagen de su Omega sonriendo, con el torso salpicado de miles de pecas, con el cuello levemente inclinado, dejando a su merced la reciente marca.

Dio el primer paso en su dirección, sacándose su camiseta, dejándolos en igualdad de condiciones, sonriendo al notar que Harry lo veía de la misma manera en ese momento. Su caminar fue lento, casi exasperante, pero totalmente justificado ante los que sus ojos presenciaban. El menor siguió descartando sus prendas, sacándose sus zapatillas, luego las medias y finalmente posando sus manos en el botón de sus pantalones, desprendiéndolos.

Él hizo lo mismo, paso por paso, hasta estar frente al pelirrojo. Ninguno dijo nada, no hacía falta con el hambre que reflejaban sus miradas. La conexión acabó en el momento en que Harry bajo la vista a su cuerpo, sintió sus manos posarse sobre sus pectorales y luego pasear su frío toque por todo la piel de su torso, delineando cada tatuaje con el que se topaba, con una delicadeza impropia del momento, pero que le causaba un cosquilleo donde sea que tocase.

Esas manos viajaron por cada centímetro de piel descubierta que encontraron hasta terminar en el mismo lugar donde habían iniciado. Sus miradas se cruzaron nuevamente, a la vez que agarraba la cintura de Harry, sintiendo cómo apenas se sobresaltaba al atraerlo hacia él. Sus cuerpos chocaron, los juntó hasta que estuvo seguro de que el pelirrojo podía notar aquello que la tela de sus pantalones no le dejaba ver. Pero eso, duró poco, estaba dejando a Harry tomar el control de la situación, dejándose ser en el instante en que una de las manos bajó hasta meterse dentro de su pantalón sin vergüenza alguna, empezando a tocar su erección con un vaivén lento.

Cerró los ojos, completamente absorbido en la sensación que le causaba, dejando escapar de su control algunos suspiros que le permitieran a Harry comprender el impacto que su toque tenía en él, mientras que él dejaba su agarre en aquella cintura y lo trasladaba a los costados del pantalón del menor, bajándolos de un tirón, lo cual hizo que las caricias que sentía se detuvieran. El rostro de Harry por un momento fue de asombro, cambiando velozmente a un sonrojo y una pequeña mueca que parecía una sonrisa, entretanto que se terminaba de sacar aquella prenda, quedando su cuerpo totalmente expuesto y a la merced de sus ojos. 

—Desnúdate, Parker.

—A tus órdenes, Foster

Era la primera vez que llamaba a Harry por su apellido, pero saboreo la forma en se sentía decirlo en esa situación, era excitante de alguna forma. Todo era excitante, si se permitía pensar, pero era avasallador la manera en que percibía tan claramente todo lo que le pasaba al pelirrojo con solo ver como esos ojos verdes veían tan enfocados como él se terminaba de sacar su ropa. No había mucha distancia entre ellos, con cada movimiento que hacía para sacarse el pantalón sus pieles chocaban accidentalmente, y cuando por fin se despojó de ellos volvió a sentir una abrumadora ola de feromonas con aroma a chocolate y caramelo que embriagaron hasta el último de sus sentidos, apagando totalmente el chip de la conciencia.

Jett estaba ahí, pero era su alfa el que estaba al mando ahora. 

Sin cautelas, tal vez hasta un poco brusco, tomo a Harry desde atrás de su cuello acercándolo hasta que sus labios se fundieron en un beso desenfrenado, con el salvajismo de sus lenguas en una interminable tarea de saborear cada rincón disponible de la boca del otro, pero no era suficiente, necesitaba más. Detuvo el beso, separándose apenas pocos centímetros, observo gustoso como aquellos labios se veían algo hinchados y rojizos, mientras que sus ojos estaban humedecidos, respirando de forma errática. Inconsciente desplegó sus feromonas, generando que Harry temblará.