Capitulo 28: Cada uno por su propio camino: Dos conclusiones.

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Pensamientos 

Diálogos

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El rey observó con atención el intercambio de palabras que acababa de ocurrir, permitiendo que el silencio reinara un momento antes de romperlo, con una voz grave y profunda, mirando a Shirou y los demás.

Rey Amlaib: Estoy contento de que Fiore haya enviado a sus magos, espero que este acuerdo se lleve a cabo de manera exitosa. La magia tiene un potencial que podría beneficiar enormemente a nuestro reino.

Cathal, quien había estado observando con una expresión seria, se adelantó, sus ojos brillando con una mezcla de desdén y determinación.

Cathal: No estoy de acuerdo, su majestad. La magia no es necesaria en Tesseram. Yo y las otras tres Espadas Santas somos más que suficientes para proteger el imperio. No hay ningún mago que pueda vencernos, ya que dependen demasiado de la magia y nunca podrían derrotar a alguien que camina por el sendero de la espada.

Lyon, que había estado escuchando con los brazos cruzados, frunció el ceño y dio un paso al frente.

Lyon: No estoy de acuerdo con eso, Cathal. Posiblemente nunca te has enfrentado a un verdadero mago. Hace mucho que los magos dejamos de depender únicamente de la magia. El mejor ejemplo lo tienes frente a ti, con Titania y Emiya.

Cathal lanzó una mirada penetrante hacia Lyon, pero luego se volvió hacia el rey, ignorando la provocación.

Cathal: No importa. Tesseram será el imperio más fuerte, con o sin magia. Y mientras yo esté en la cima, eso no cambiará.

Con esas palabras, Cathal se giró, su capa carmesí ondeando tras él, y comenzó a alejarse. Las otras tres Espadas Santas lo siguieron, cada uno con una expresión imperturbable, como si nada de lo que se había dicho los hubiera afectado en lo más mínimo. El rey observó su partida con una mirada de cansancio, y una vez que estuvieron fuera de vista, se volvió hacia los magos de Fiore.

Rey Aimlab: No juzguen demasiado a Cathal. Él adoptó esa actitud cuando falleció la Reina. Su lealtad al imperio y su deseo de protegerlo se han convertido en su único propósito, al punto de despreciar todo lo que no se alinee con esa visión.

Erza, Shirou, y los demás intercambiaron miradas, comprendiendo que las palabras del rey eran más que una simple advertencia; eran un reflejo del dolor y la pérdida que habían moldeado a Cathal en la figura poderosa y despiadada que acababan de conocer. Shirou se acercó un poco más al rey, con una expresión seria.  


Shirou: ¿Puedo preguntar cuál es el motivo por el que Cathal odia tanto a los magos?

El rey suspiró profundamente, su mirada se perdió por un instante en algún punto distante, como si estuviera reviviendo un doloroso recuerdo, comenzó a decir, con una voz que reflejaba una mezcla de tristeza y resignación.

Rey Aimlab: Cathal es el hermano menor de la difunta reina, mi amada esposa, cuando era un niño, Cathal admiraba mucho la magia. Veía en ella un poder casi divino, algo que podía protegernos de cualquier mal. Pero todo cambió hace algunos años...

El rey hizo una pausa, como si las palabras le costaran salir, antes de continuar.

Rey Aimlab: Un gremio oscuro fue contratado por otro país para asesinar a la familia real. Yo me encontraba en una misión diplomática en el extranjero, pues en aquel entonces era considerado el guerrero más fuerte de nuestro reino. Pero mi fuerza no sirvió de nada porque no estuve presente cuando más me necesitaban. Mientras estaba fuera, el gremio atacó. Los guardias hicieron lo que pudieron, pero no fue suficiente. La reina, mi esposa, protegió a nuestra hija, la princesa Máel Muire, que apenas era una bebé, pero... ella perdió la vida en el proceso.

Espadas Entrelazadas: Destino Escarlata y Alma de AceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora