Capitulo 49: No te pierdas en el paraíso

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Pensamientos

Diálogos

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La tensión en la mesa de cartas era palpable. Erza, normalmente serena y segura, temblaba mientras observaba al nuevo repartidor, sus labios moviéndose lentamente mientras pronunciaba un nombre que parecía resonar en su memoria.

Erza: Shou...

El hombre de tez morena y cabello rubio la miró con una sonrisa torcida.

Shou: Hermana Erza, ha pasado mucho tiempo, ¿no es así?

Lucy, incapaz de comprender la situación, miraba a ambos con ojos llenos de confusión. Intentaba juntar las piezas, pero lo único que rondaba en su mente era una pregunta urgente:

Lucy: ¿Dónde está Shirou en un momento como este?

Erza, con el rostro pálido y las manos temblorosas, apenas podía mantenerse firme. Los recuerdos del pasado la asaltaban con una intensidad que no podía controlar. La pregunta se deslizó de sus labios antes de poder contenerse.

Erza: ¿Estás bien?

Murmuró con voz quebrada.

Shou arqueó una ceja, con un tono burlón al replicar:

Shou: ¿Bien?

Erza apretó los puños, apartando la mirada.

Erza: No... no quise decir eso...

Mientras tanto, en otro rincón del casino, Shirou bebía tranquilamente su sake cuando el hombre que se había acercado a él finalmente habló.

¿?¿?: ¿Dónde está Erza?

Preguntó el hombre, con un tono firme.

Shirou lo miró de reojo, tomando otro sorbo antes de contestar con calma.

Shirou: ¿No es cortés presentarse primero?

El hombre, impasible, repitió su pregunta, más tajante esta vez.

¿?¿?: ¿Dónde está?

Shirou dejó la copa sobre la barra y suspiró, levantándose de su asiento.

Shirou: Parece que eres un hombre de pocas palabras...

El hombre no dijo nada más, simplemente comenzó a murmurar algo, como si se estuviera comunicando con alguien a distancia. Después de un breve silencio, dijo para sí mismo:

¿?¿?: Así que la han encontrado... bien, me dirigiré hacia allá después de terminar aquí.

Las palabras hicieron que Shirou, alerta, pensara inmediatamente en Erza. Su mirada se endureció, y sin perder tiempo, proyectó dos espadas: una copia de Onimaru y su vieja espada, Mikazuki.

Shirou: No puedo permitir que te vayas si Erza está en peligro.

Dijo Shirou con firmeza.

El hombre sonrió levemente y murmuró:

¿?¿?: Magia de oscuridad: Sombra instantánea.

El lugar se oscureció de inmediato, cubriendo todo en un manto de sombras impenetrables. Sin embargo, lo que el hombre no sabía era a quién se enfrentaba. Shirou reforzó su vista y su olfato, rastreando los movimientos del oponente en la oscuridad. En un rápido movimiento, lanzó un corte que el hombre apenas pudo esquivar.

Espadas Entrelazadas: Destino Escarlata y Alma de AceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora