Capitulo 35: Despedida de Tesseram: Roran, El Rey Carmesí de las Espadas.

280 31 4
                                    

Un día después de la intensa batalla contra Cathal, Shirou despertó en el interior del palacio. La luz del sol se filtraba suavemente por las cortinas, dándole una sensación de calma que contrastaba con los eventos del día anterior. Justo cuando se estaba incorporando, escuchó un suave golpe en la puerta. Shirou se levanto y contesto todavía un poco adormilado.

Shirou: Adelante.

La puerta se abrió, y Erza entró en la habitación con Fou en sus brazos. El pequeño ser saltó hacia la cama de Shirou y rápidamente se acurrucó a su lado, frotando su cabeza contra él. Shirou sonrió y acarició a Fou con cariño.

Shirou: Si, yo también te extrañe.

Erza lo observó, con una mezcla de alivio y molestia en su rostro, aunque había una nota de reproche en su tono.

Erza: Es bueno verte bien.

Shirou le devolvió una sonrisa tranquila.

Shirou: No era para tanto.

La expresión de Erza se tornó seria, y lo miró con los ojos entrecerrados.

Erza: ¿Cómo que no era para tanto? Después de que vencimos a Cathal, te desplomaste en el suelo.

Shirou se encogió de hombros.

Shirou: Simplemente usé demasiada energía mágica en el último golpe.

Erza cruzó los brazos, sin dejar de mirarlo fijamente.

Erza: Hablando de ese último golpe. ¿Qué se supone que era esa espada que usaste al final? Se sintió completamente diferente a todo lo que habías usado antes.

Shirou suspiró y decidió explicarle.

Shirou: Utilicé una espada llamada Hrunting. Usé mi magia para modificarla en una flecha.

Erza asintió, aunque su mirada indicaba que aún tenía preguntas.

Erza: Eso lo entendí, lo vi con mis propios ojos. Pero eso no explica la velocidad y la fuerza con la que golpeó a Cathal.

Shirou se tomó un momento antes de responder.

Shirou: Hrunting es un arma excepcional. He perfeccionado su uso a lo largo de los años. Sin embargo, no es perfecta. Para que golpee con tanta fuerza, hay que añadirle una cantidad absurda de poder mágico.

Erza asintió lentamente, procesando la explicación.

Erza: Según tú, todas estas armas las puedes utilizar gracias a tu Lost Magic, 'Proyección', que te permite copiar las armas que has visto. Pero, entonces, ¿dónde viste todas esas armas? Nunca he oído de nadie que utilice esas armas en todo el continente.

La mirada de Shirou se endureció ligeramente, notando hacia dónde se dirigía la conversación. Erza lo observó, con los ojos llenos de determinación.

Erza: Entiendo que hay cosas que quieras ocultar. Yo soy igual. Pero en cuanto a tus capacidades de combate, sería bueno que confiaras más en mí.

El ambiente se volvió tenso. Shirou no sabía exactamente cómo responder a eso. Sentía el peso de las palabras de Erza y la importancia de la confianza entre ellos. Sin embargo, había cosas que no podía explicar tan fácilmente. Erza suspiró y relajó la postura, suavizando su mirada.

Erza: Esperaré. Así como tú me esperarás, yo haré lo mismo contigo. Solo... no te sobrepases como ayer.

Justo en el momento en que Shirou iba a disculparse o decir algo más, la puerta se abrió de golpe y el resto del grupo entró a la habitación. Máel, Wendy, Lyon, Hibiki, Charle y Sir Froilan hicieron una entrada, llenando la habitación con su energía usual.

Espadas Entrelazadas: Destino Escarlata y Alma de AceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora