Desagrado mutuo | AouBoom

capítulo 10

entró a la consulta con muchas dudas formándose en su interior, ¿de qué le serviría esto?

— tome asiento. — invitó el hombre, su terapeuta. — ¿prefiere que lo llame Thanaboon o Aou?

— Aou está bien para mí. — contestó, sentándose con lentitud. — me sentiría más cómodo si me tuteara.

no era cierto, él solo quería irse.

— primero que todo, te felicito por atreverte a dar este paso. — dijo el terapeuta, como si leyera su pensamiento indeciso.

— gracias, supongo.

— ¿cómo estás? — le preguntó.

— si estuviera bien, no estaría acá. — suspiró. — estoy mal.

con dificultad, Aou le platicó lo que había sucedido los últimos días. sintiéndose incómodo al ver al terapeuta escribir en su agenda.

— así que, este resentimiento contra B. — así lo llamó para proteger su identidad. — surgió por causa de tu padre, ¿te sientes preparado para hablar de tu infancia?

no, no lo estaba.

— yo lo llamaría desagrado. — murmuró Aou, un desagrado mutuo. — ¿qué quiere que le cuente?

— ¿qué es lo primero que recuerdas?

Aou tragó saliva, intentando deshacer el nudo que se formó en su garganta.

— recuerdo utilizar un traje negro la primera vez que mi papá me golpeó. — recordó. — después del funeral de mi madre, cuando tenía 9 años.

— ¿te sentirías cómodo diciéndome de qué murió ella?

no. no quería abrir esa puerta. no quería recordar más.

la madre de Aou murió en un accidente automovilístico. una camioneta impactó de frente con su auto.

un delincuente al volante, que huía tras un robo, le arrebató a su madre.

antes de eso, su vida era tranquila, agradable. tenía padres afectuosos, y recibía mucho amor.

— ¿por qué lloraste? — su padre lo abofeteó al quedar solos en la casa. — ¿eres una niña?

Aou llevó su mano a la mejilla lastimada, le ardía. — estoy triste, mamá dice que si lloras dejas de estarlo.

— tu madre está muerta, ¿no viste su ataúd? — su padre lo sacudió tomándolo de un brazo. — debiste morir con ella, ¿qué haré yo con un inútil como tú?

mientras hablaba, lo arrastraba hacia el armario. era una habitación muy oscura, porque su padre rompió el foco. era estrecho, si se sentaba en el suelo, sus rodillas terminaban cerca de su pecho. y era húmedo, un lugar muy frío.

— papá, déjame salir. tengo miedo. — suplicó, golpeando la puerta.

— saldrás de ahí, cuando dejes de ser una niñita. — su padre golpeó la puerta una vez, haciéndolo quedarse quieto.

no quería otra bofetada.

Aou se esforzó por ser un hijo ejemplar. era cariñoso, educado, hacía absolutamente todo solo, colaboraba con las tareas domésticas, y no le pedía nada material a su padre.

aún así, lo abofeteaba cada vez que se lo cruzaba.

no tenía permitido alzar la vista, o sonreír. porque su padre se molestaba.

al entrar en secundaria, Aou se sintió motivado. creía que tendría más independencia, y podría estar lejos de su padre.

que iluso.