Cap- 23

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~~Zaray~~

Zaray se quitó la camisa y se acostó a su lado pensando en lo que paso hace unos minutos sobre el echo de que casi la besa. Adriana quedó momentáneamente deslumbrada por la belleza de ese mujer. Era todo piel bronceada, fuerte y como un chico muy masculino. Y la deseaba a ella.

Zaray sin pensarselo mucho Se puso encima de adriana y le separó las piernas, frotando sus pecho contra su piel.

-Dios, no sabes cuánto he deseado hacer esto -dijo adriana con voz ronca, al sentir el tacto nuevamente de zaray adriana cerró los ojos.

Tenía una idea aproximada, pensó. Probablemente tanto como ella. La cabeza le daba vueltas por su proximidad y por su aroma embriagador.

Cuando se echó hacia atrás para acariciarle los pechos, tembló. Sus pulgares se desgastaban zaray sentia los duros pezones y sentía el fluir de excitación de adriana.

—Esto... esto es una locura, lo sabes -dijo adriana en un Jadeo, abriendo los ojos al notar que su boca ocupaba el lugar de las manos. —Por Dios, ¿qué haces? —Zaray alzó la cabeza para mirarla.

—¿No te gusta? -preguntó soplando suavemente sobre el pezón húmedo, y ella asintió. —Nadie... ningún hombre... ninguna mujer me ha hecho antes. La satisfacción llenó la expresión de zaray. —Así que eres Virgen en cierto sentido murmuró suavemente.

En muchos sentidos, pensó ella deseando tener más experiencia en la materia. Deseando, también, que zaray le quitase el resto de la ropa.

Zaray le desabrochó los pantalones cortos y se los bajó por las piernas acompañados de la braga del biquini, se dio cuenta al sentir el aire frío en la piel. -Por favor... -protestó, pero zaray inclinó la cabeza y le acarició el vientre con la nariz. -Déjame -dijo zaray con la voz ronca.

Adriana notó que unos dedos apartaban los rizos del vértice de sus piernas y llegaban a sus labios.

Zaray notó la humedad, notó la pequeña sacudida que sufría ella cuando la acariciaba. Y retiró los dedos y acercó los labios.

-Oh, zaray-dijo conmocionada, y esa vez satisfecha.

pareció entender lo que sentía. -No me detengas, corazón -susurró ella-. Resultas tan deliciosa como pareces.

Pero entonces, cuando ella abrió mucho los ojos y el color le tiñó las mejillas, le dio lástima.

-Vale, vale-dijo rodando al lado de ella.

Con una sonrisa, se desabrochó el cinturón con un gesto rápido. Se bajó los pantalones sin trazas de timidez. Dejó a la vista unas largas y fuertes piernas cubiertas de oscuro vello. Y adriana, al mirarlo, quedó hipnotizada por su masculinidad, por el abultado miembro que salía orgulloso de entre sus rizos.

—¿Como es esto posible ?....¿Eres trans—Pregunta adrinaa sin apartar la mirada del miembro de zaray.

—No bombón, nací así—Comenta zaray orgullosa.

Era tan grande, pensó adriana. Se le aceleró la respiración. Contempló su erección y tragó con dificultad. ¿Sería bastante mujer para ella? ¿Será que le entra ?—Se preguntaba adriana ansiosa.

Una diminuta gota brillaba en la punta del glande y zaray notó que ella la miraba.

-¿Te he dicho que te deseo? -preguntó antes de inclinarse a besarla. Después, le agarró una mano y la llevó hasta su sexo.

Volvió a besarla mientras notaba el inocente deslizamiento de sus dedos, sabiendo lo cerca que estaba del limite.

Respiró hondo, y dijo:

-Bueno, tomemos eso como un calentamiento-dijo entrecortadamente.

La mano de ella seguía explorando y sabía que no aguantaría mucho más.

Le soltó el cabello y enterró las manos en la vibrante masa.

—Estoy loca por ti—cubrió su frente y mejillas con besos.— Quiero estar dentro de ti, ser parte de ti. No quiero saber dónde acaba mi cuerpo y empieza el tuyo.—Le susurro.

Su boca volvió a la de ella, caliente y exigente. Y la de adriana se abrió para zaray; después siguió besándola hacia los pechos, más abajo por el trémulo vientre, Notaba la respuesta de ella en el modo en que su cuerpo se arqueaba y la rodeó con una pierna.

Adriana gemía con una sensualidad que mecía su universo. Era consciente de que jamás había deseado así a una mujer. Cuando su lengua llegó a su centro, ella se agitó como

forma de protesta, pero sin retirarse, adriana la apartó

los femeninos pliegues para hacer salir su capullo inflamado de deseo. -No... no puedes -dijo adriana en un jadeo cuando la separó del todo las piernas y comprendió qué pretendía.

-Oh, sí, sí puedo -dijo áspera saboreando su esencia-. Estás tan preparada, sería tan fácil hacerte llegar ya.

Adriana lo sabía. Sentía cómo su urgencia lo encendia. -No, así no -susurró ella acariciándole la mejilla a zaray.

Al escucharla así zaray volvió en si.

—Está bien, te respecto amor te voy a esperar vale—Le respondió zaray volviendo en si acariciándole la cabeza a adriana.

—Gracias por esto de verdad—Dice adriana feliz.

Gracias por leer nos vemos en el próximo cap.

Fin de la historia de las madres de darcy, sigamos con la actualidad de darcy y sus alfas.

Disculpen por los cambios repentinos

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