12. ¿Un mes es mucho tiempo?

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Puta manía de llegar antes de tiempo a todos lados, pensaba Juanjo mientras veía como Martin aceleraba el paso para entrar al ascensor en el que se encontraba el maño en esos momentos.

-Buenos días, Bona.

A Juanjo le temblaron hasta las pestañas tras escuchar su apellido de boca de su jefe.

-Buenos días, Urrutia. ¿Todo bien?

-Si... genial. Gracias. ¿Tu?

-Estupendamente. Ayer Denna me llevó a hacerme una movida con peces en los pies y... en fin, nada. Todo bien.

-¿Ictioterapia?- esperó a que Juanjo le respondiera y cuando lo hizo afirmativamente prosiguió -es... divertido. No te imaginaba yendo a esos sitios.

-E imaginabas bien, me arrastró ella, aunque no puedo quejarme, me dejaron las uñas brillantes como estrellas. Pero lo de los peces fue un poco... raro.

-Hablaré con ella para que me lleve, llevo tan poco tiempo aquí y no paro de trabajar que no he podido buscar un local así en condiciones.

Llegaron a su planta, al fin, Juanjo no sabía ni dónde meterse, aunque al menos ninguno de los dos había sacado el tema del pasado sábado. Mejor, menos lío, menos orgullo herido.

-Bueno... nos vemos por ahí. Hasta luego, Urrutia.

-Hasta luego... Bona.

Si Juanjo se hubiera girado en ese momento en vez de salir corriendo del ascensor habría visto cómo Martin le hacía un repaso de pies a cabeza, parando unos segundos para pasar lentamente su mirada por el culo y la espalda del maño. Pero no se giró, y la mañana pasó tan rápido que no tuvieron tiempo de pensar en muchas cosas aparte de las del trabajo. A las 15:30 tenían una reunión en el despacho del jefe. Efectivamente, no tenían ni idea de lo que se les venía encima. Aquella reunión cambió vidas (las de Martin y Juanjo, por ejemplo)...

-¿Cómo que tenemos que irnos a Roma? ¿Cuándo?- Preguntó Juanjo en shock.

-¿Por qué Adidas nos quiere en Italia? No entiendo nada...- siguió Chiara.

-Adidas celebra sus 75 años y han elegido Roma como sede, quieren aprovechar para trabajar codo con codo con las agencias con las que tienen contratadas en Europa. Iremos, si todas y todos estáis de acuerdo, por dos motivos: el primero es que somos una de las pocas agencias invitadas, gracias a los años que llevamos trabajando con ellos y al ultimo proyecto que nos encargaron. El segundo es porque nos parece una buena idea para poder expandirnos por Europa, analizar otra realidad diferente a la nuestra.- Observó en silencio a las cabezas de equipo de la agencia de Madrid, viendo sus caras de desconcierto y varios sentimientos que no supo en ese momento leer con claridad -Se que a penas me conocéis, y que aunque tenga el beneplácito y el apoyo del anterior director os puede generar dudas, porque un mes fuera de aquí, dejando un poco de lado varios de nuestros proyectos para centrarnos en uno solo, es difícil, pero os lo pido como favor personal. También sé que tengo a los mejores profesionales, y que durante años habéis liderado a vuestros equipos para que sean bastante independientes y capaces de encargarse de los puntos importantes. Solo os pido un mes...

Durante unos minutos todo el mundo guardó silencio, que finalmente fue interrumpido por Paul.

-Como siempre, cuenta conmigo.

-Mañana nos volveremos a reunir para que me deis una respuesta final. Si decidís que si, nos vamos en dos semanas. No os vais a arrepentir.

Aquella noche muy pocos de los presentes en la reunión pudieron dormir plácidamente. Algunos pensaban en cómo vivirían otro cambio más en sus vidas de forma tan repentina, otros estaban con los nervios a flor de piel porque si triunfaban sus nombres se oirían hasta muy lejos de Madrid en el mundillo, y algunos simplemente estaban emocionados y expectantes por aquella nueva aventura.

Al día siguiente...

-Si. Queremos acompañarte a Roma.- se dirigió Violeta a Martin directamente después de ver cómo entraban a trompicones a su despacho.

-Yo ya estoy preparando las maletas, loqui. ¿Cómo decís que llaman a Roma?

-La ciudad eterna, Lucas.- Le respondió Juanjo distraído.

-La ciudad eterna... ¿y vos cómo sabés eso? ¡Eres un romántico, yuanyu!

-Aprovecharé para mirar vestidos para la boda, ¡estoy súper emocionada, Martin!

-Es obvio que va a ser una competición, tenemos que ir preparados.

-Tienes razón, Salma. Muy bien lo de la gala y todo eso, pero me da a mí que somos conejillos de indias y... me pongo mala.- dijo Naiara.

-Tranquila, Naiara... tranquilos todos. ¡Lo vamos a hacer genial!- Respondió Martin tras superar el shock. Se iban a Italia, a la ciudad eterna más concretamente, como bien la había nombrado Juanjo. El vasco estaba muy emocionado, y con unas ganas tremendas de que empezara a moverse todo aquello. Por fin se sentía motivado después de meses machacándose mentalmente con el tema de tener que irse a Madrid. Por fin había vuelto aquella chispa que lo había acompañado toda su vida pero que parecía haberse apagado el día en que su padre le pidió que se encargara de la agencia de la capital.

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