CAPITULO 23: Familia Proum
AUSTIN RPOUM:
El estrepitoso y chirriante ruido de ollas chocar unas con otras son lo que me despiertan, sin embargo, mantengo los ojos cerrados volviendo a envolverme en un sueño. Pronto otro golpe en la cocina me hace abrir los ojos algo enojado, despabilando la somnolencia.
Respiro hondo y me quito la frazada por el calor, la ventana deja pasar algunos rayos potentes de un día soleado. Me siento sobre el colchón en el suelo y rascando mi barriga, a ala vez que suelto un bostezo.
Le doy una ojeada a toda la habitación hasta que veo a Jack con su pijama verde y una pierna sobre su rodilla, en la cama de mi primo y lo bastante ensimismado en la televisión como para darse cuenta de que lo veo.
—Buenos días.
El me mira instantáneamente y sonríe. Se arrastra por la cama hasta que logra lanzarse a mis brazos soltando risillas.
—¡Papi! ¡Casi que no despiertas!
—Lo siento, estaba cansado —Jackson vuelve a subir a la cama, quedando frente a mi—. ¿Y tú tío?
—Se despertó hace rato, dijo que nos iba a hacer el desayuno —El retoma su atención al programa de Animal Planet, donde enseñan sobre nutrias—. Creo que eso fue hace como tres horas.
—¿Tres horas? ¿Y sigue en la cocina?
El niño asiente sin quitar la vista de la televisión, Me pongo en pie rápidamente, bastante asustado de que mi primo este quemando la cocina de su propia casa o peor, nos intoxique con algo mal hecho.
—¿A dónde vas?
Sus ojos verdes, llenos de curiosidad me siguen hasta la puerta.
—Iré a ver que tu tío no este confundiendo la sal de la azúcar o que mezcle cítricos con lácteos —El asiente y ríe—. Ya vuelvo.
Bajo corriendo de dos en dos las escaleras de la casa de mi primo y antes de salir del pequeño pasillo a saludar, escucho a Alan hablando solo.
—¿Por qué sigue crudo?
Salgo de mi "escondite" ante su pregunta llena de estrés. Me acerco en silencio, de lejos veo que tiene un sartén con varios huevos crudos y otro con tocino en el mismo estado, el pequeño problema es que la estufa esta apagada.
Ruedo mis ojos y sin decir nada, enciendo la estufa.
—Ahh era por eso —Alan cabecea lentamente como si hubiera descubierto el mejor invento del mundo y después, me observa sonriente—. Buenos días, primo.
—Buenos días, creí que nos estabas dando las croquetas de Sirius —El pastor alemán me mira y yo acarició su cabeza. Me apoyo sobre el mesón y el se mantiene pendiente de los alimentos, dándome la espalda—. Para trabajar en una cafetería, eres bastante malo cocinando.
—Y por eso, sirvo mesas.
—Oye, Alan —Me quedo callado a medio hablar y el rubio me da un rápido vistazo sobre su hombro—. Umm gracias, por dejarnos dormir aquí.
—Oh, cuando quieran, me gusta estar acompañado, sabes que mamá acompaña a papá a donde sea —Alan es hijo único, razón por la cual se la pasa o con sus amigos, o solo en su casa. También por eso éramos tan unidos en el pasado—. Además, no te iba a dejar ir con mi tía helena, ayer no fue un día fácil para ti.
—Si, tienes razón —Murmuro—. Lo ultimo que quería era toparme con mi madre.
Juego con el frutero de madera que esta sobre la barra, acomodándolos de menor a mayor tamaño sobre la base de la decoración.
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Solo Una Apuesta Más
RomanceModa, fotografía, campo, responsabilidad y, para terminar, madurez. Las pasiones con las responsabilidades muchas veces no se llevan de la mano y ambos jóvenes tendrán que encontrar una manera de que sus más grandes anhelos, no interfieran con sus m...