Soundtrack: TIMØ - Luz
CAPITULO 32: Anhelos.
AUSTIN PROUM
—Préstame el color amarillo.
—Dame un segundo, lo necesito.
—Yo necesito el verde —Sin tardar le entrego el color a Emma y fugazmente besa mi mejilla—. Gracias.
—No tienes color marrón —Digo, rebuscando entre la lapicera de Jackson con estampado de "Bob esponja"—. Tengo que comprarte.
—Si tengo.
Mi hijo se arrastra por el mantel blanco que pusimos en el césped y ahora es el quien revisa en su cartuchera, al instante, me pasa el lápiz que necesito para poder colorear una de las imágenes que hemos impreso para pasar el rato. Seguido, me entrega el color amarillo y sigue concentrado en darle color a su hoja.
Aprovechando que mi madre habia salido para verse con la única amiga que le queda, invite a Emma para hacer un pequeño picnic en el patio de mi casa. Compramos dulces y comida de paquetes, buscamos dibujos para hacer una competencia de colorear mientras que escuchamos música.
—¡Queda un minuto! —Avisa Emma, checando el temporizador en su celular.
El gritito que pega Jackson nos hace reír a los dos y sin más, todos aceleramos nuestras muñecas para pintar todo lo que podamos.
El pitido de la alarma, indicando que se nos acabó el tiempo, nos obliga a soltar los colores al suelo como si fuera una competencia profesional, aunque yo sigo con el lápiz en la mano.
—Basta Austin, deja eso —Emma me quita el color de un manotazo.
—Eso es trampa —Me señala Jackson son sus ojitos entrecerrados.
—Okey, okey —Pongo mis manos en son de paz—. Revisemos como quedaron nuestros dibujos.
Nos reincorporamos en la manta, tapando la hoja contra nuestro pecho con mucho cuidado de no dañarla y nos acomodamos en circulo.
—A la cuenta de tres revelamos nuestro dibujos ¿Entendido?
Jackson y yo asentimos, el niño más emocionado que yo, pues dijimos que quien tenga el mejor dibujo se ganara un premio sorpresa. Evidentemente no es tan sorpresa cuando Emma y yo compramos el set de dinosaurios de plástico que tanto me el niño me ha pedido hace tanto.
—Uno, dos y ¡Tres!
Al mismo tiempo, le damos vuelta a los papeles y damos una ojeada al de cada uno. Todo iba bien hasta que los dos miran el mío y de la nada se parte de la risa, rodando sobre la sabana.
Confundido, observo mi hoja, pero no hay nada raro, a pesar de que ellos siguen carcajeándose con tantas ganas.
—¿Qué?
—¡Esta horrible! —Se burla Jackson con dificultad pro la risa.
—¿¡Qué es eso!? —Emma chilla, sonrojada de sus propias carcajadas—. Eres pésimo con esto.
Los miro sin gracia, "ofendido" por sus burlas y del hecho de que no paran de parlotear sobre lo feo que quedo mi dibujo. Qué bueno que no hay un premio en verdad porque o sino ya hubiera perdido.
Tomo las hojas de ellos y me doy cuenta de que es cierto, a comparación del mío, el de ellos es realmente bonito. Es increíble que un niño de siete años sepa colorear dentro de la líneas y yo no.
—Son unos groseros —Bufo y sin más, me lanzo a ellos haciéndoles cosquillas.
Jackson grita entre risas mientras que Emma se retuerce como una lombriz en el suelo con sus carcajadas tan sonoras como siempre, que de vez en cuando la intercala con gritos que parecen de un pájaro, contagiándome por su forma tan resonante.
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Solo Una Apuesta Más
RomanceModa, fotografía, campo, responsabilidad y, para terminar, madurez. Las pasiones con las responsabilidades muchas veces no se llevan de la mano y ambos jóvenes tendrán que encontrar una manera de que sus más grandes anhelos, no interfieran con sus m...