CAP 40: Desde siempre.

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Soundtrack: Once in a lifetime • One Direction

CAPITULO 40: Desde siempre

EMMA DOM:

Como si no hubiera sido suficiente todo lo que llore en mi casa al despedirme de mis padres y de Sam, ahora, en la terminal de buses, siento ese nudo incontrolable que hace doler la garganta por saber que debo despedirme de ellos. No es tanto el hecho de la distancia, sino más bien de ver la superación personal que hemos tenido. Al fin y al cabo, en unos días me veré con Jeremith quien vivirá con Austin, y Miley y Martina, pues las tres viviremos en el departamento de la primera.

Las pocas cajas que saque de la mudanza serán llevadas por mis padres, pues me dijeron que ellos mismos deben revisar mi nueva vivienda y le añadieron, que irán en mi camioneta luego de que salga del taller, cosa que es solo una excusa para visitarme tres días después de haberme ido y hasta Alan termino metido, porque entonces: ¿Cómo volverán mis padres a su casa? (El también ira)

Como sea, eso no me molesta en lo absoluto.

—Espero que tengan un buen inicio de Universidad —Martina se acerca después de abrazar a Austin e imita la acción conmigo, transmitiéndome su entusiasmo—. ¡Nos vemos en unos días!

De un costado llega Miley, extendiéndome un llavero muy elegante junto con las llaves que cuelgan de él y al mismo tiempo las hace sonar.

—Aquí están las llaves, instálate con confianza y cualquier cosa escríbeme —Recibo las llaves con un agradecimiento bajito y la abrazo fuertemente—. Tengan un buen viaje.

La morena se va a un lado de Martina y las dos enganchan sus brazos, definitivamente les debo mucho a las dos por la hermosa amistad. Sin embargo, es a los dos chicos a los que me quedo viendo con muchísima nostalgia.

Jeremith sonríe de lado y su cabello despeinado le da como siempre, esa apariencia tierna. Con una mano acariciando el hombro de su novia y con la otra, le da un suave golpecito a Alan en su espalda para que deje de cubrirse el rostro con las manos y suba la mirada.

Ya cuando los dos me mira, me lanzo entre ambos cerrando los ojos con fuera y soltando unas lagrimillas.

—Gracias por estar conmigo desde el inicio —Beso las mejillas a ambos con mucho cariño—. Los quiero.


¿Qué es lo que tiene en la cara? —Farfullo una niña

¿Viste sus zapatos? —Revisé mis botas y por primera vez, les vi un defecto por las burlas—. Es tan rara.

Debería volver a su granja y quedarse a vivir con las gallinas.

El grupo de niños se hecho a reír por los estúpidos chistes que entre todos lanzaban al aire y algunos señalaban. Llevaba poco tiempo en la escuela y lastimosamente me habia llevado la atención de todos cuando participe como la encargada del vestuarios en la obra de teatro, así que no eso fue suficiente para buscarle algún "defecto"

Dime ¿En el campo también te enseñaron a coser así de feo? —El niño dio un paso enfrente y sonrió solo cuando los demás rieron.

Aquello hizo que mis ojos se aguaran y la barbilla me empezara a temblar, mientras que intentaba buscar el coraje para defenderme y no soltarme a llorar. Ya era el tercer día que se burlaban hasta de mi forma de hablar.

Al único al que le falta que le sueñen algo, es a ti. ¡Una clase de respeto!

Subí la mirada y a mi lado estaba un niño rubio, perfectamente peinado y con el uniforme sin una sola arruga, perfectamente colocado.

Solo Una Apuesta MásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora