Soundtrack: Noah Kahan - False Confidence
CAPITULO 36: Traición
AUSTIN PROUM:
Quiero llorar. Tirarme al suelo y gritar de la rabia hasta que me canse. Nada más.
Estoy cansado de afrontarla, de discutir con la mujer que me dio la vida e intentar enderezarle el camino a quien debió enderezar el mío.
¿Qué le he hecho a ella?
Se supone que ella debería sufrir las consecuencias de sus decisiones, pedir perdón e intentar ser mejor luego de haber traicionado a toda su hogar, pero el único que perece soy yo.
—Es linda, la pelirroja —Hecha su cabeza para atrás de manera tonta—. Lástima que ahora sepa cómo es tu madre realmente. ¿Te das cuenta de que puede que te deje?
—Confió en Emma, pero si eso ocurre, jamás te lo perdonare. —La voz me tiembla y eso me enoja conmigo mismo.
—¿Así de importante es? —Chasquea su lengua—. El contentillo te dura un mes y luego ya estás solo de nuevo.
—Te equivocas, ella es más que un solo mes y no voy a permitir que dañes esto.
—Tarde, porque creo que ya lo hice —Me fijo en su rostro, esta muy hinchado—. Loreta, una amiga, me dijo que te puede presentar a su hija, si terminas con Emma ya tienes a otra.
—Cállate, te lo pido —La paciencia esta al borde de un profundo precipicio.
—No le hables a tu madre con ese tono —Regaña seria y de golpe, suelta una risa que suena igual que una tos seca.
Se me aguan los ojos, quiero llorar y hasta anhelo estar en sus brazos siendo consolado como cuando era niño. Se está burlando de mí.
¿En qué momento llegamos a esto? ¿Por qué contra mí? Ya no son cenas familiares, sino peleas. Ya no son abrazos, sino insultos y ese espacio quedara para siempre en mi corazón.
Todos sus movimientos son descuidados, sus ojos cerrados y su voz tan lenta que da más impotencia. Seguramente sus "amigas" la llevaron a beber y como a la gente le gusta la desgracia ajena, la dejaron tomar hasta llegar a este punto.
Mi madre se pone en pie y arrastrando los pies se acerca al refrigerador, abriéndolo y sacando una cerveza. Solo me cuesta dar unos cuentos pasos para llegar a su lado y arrebatarle la bebida.
—¿¡Qué es lo que tienes en la cabeza!? —Abre sus ojos de más, ida en sus ebriedad— ¿Si quiera tienes algo en la cabeza?
—Tengo más cosas de las que debería.
—¿¡Y qué piensas que logras con todo esto!? —Ataco enojado. No contesta, solos se encoje de hombros—. Te has encargado de dañarme.
—¡Ay, por favor! Cierra esa boca, el mundo no gira a tu alrededor. Déjame beber.
—¡No! ¡Y si, este era mi mundo!
Ella hace un sonido de exasperación.
—Lo era Austin, lo era.
Muy pocas veces me quedo sin argumento con mi madre. La verdad es que la mayoría de las veces termino siguiéndole el juego y me altero, le contesto hasta que nos cansamos de discutir o ella decidí callarse con una cerveza. Los intento de ayudarla no los puedo contar con los dedos de la manos, perdí la cuenta y también las ganas de pelear.
He intentado buscar que es lo que quiere mamá con todo esto, para dárselo de una vez por todas y que deja su obsesión por las bebidas alcohólicas, pero deje de comprenderla hace mucho.
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Solo Una Apuesta Más
RomanceModa, fotografía, campo, responsabilidad y, para terminar, madurez. Las pasiones con las responsabilidades muchas veces no se llevan de la mano y ambos jóvenes tendrán que encontrar una manera de que sus más grandes anhelos, no interfieran con sus m...