CAP 30: Actos de amor.

26 2 1
                                    

Soundtrack: IU - Love wins all

CAPITULO 30: Actos de amor

EMMA DOM:

El corazón se me va a salir, lo sé, o por lo menos voy a vomitar. Mis latidos son tan fuertes que logro escucharlos y las manos me sudan más que cuando me subí al avión de ida a Santorini. Sostengo la bolsa de regalo en mis manos y voy hacia la entrada del museo donde me cito Austin el día anterior.

Giro una a última vez, dudosa. Alan me hace un seña con sus dos manos para que avance y Jeremith me sonríe de manera alentadora.

Hace unos días hemos vuelto de nuestro fabuloso y de lujo viaje, la última noche nos fuimos a bailar a la discoteca del hotel, tomar nuestros últimos cocteles ostentosos y reírnos de todo lo que hicimos durante el viaje, según nosotros no sería nada alocado, pero Jeremith se emborracho igual que aquel día en la casa de Martina y Miley, termino llorando en la barra. Afortunadamente supe gobernarme y no me fue tan mal como a ellos.

En fin, eso no es lo importante y estoy totalmente nerviosa, no sé si es exageración, pero siento hasta mi cabello temblar.

—Cálmate, todo ira bien —Me susurro a mí misma.

Entro al museo y me es imposible no distraerme con los esqueletos de enromes animales que están expuestos y los muchos otros artículos increíbles. Me abofeteo mentalmente y sigo mi camino, indagando entre la gente esa cara conocida.

Allí estas.

Lleno de aire mis pulmones y aquello es mi impulso para caminar hacia Austin, que esta de espaldas a mi con la vista en algún lugar. Sin embargo, cuando ya me encuentro bastante cerca, una voz aguda me hace frenar por su gritito.

—¡Papi! ¡Debemos ir a la sección jurásica!

Tenía toda la razón, es verdad, enserio es su hijo, no hay duda en ello, son iguales.

Los pensamientos me atacan tan rápido y trago con fuerza cuando Austin asiente y extiende su mano para que el niño con mochila roja la tome. La sonrisa del Proum es diferente, diría que única y real, irreconocible.

Sacudo mi cabeza y por fin llego a ellos.

—Hola —Me aclaro la garganta—. ¡Hola!

Austin alza su mirada del pequeño y la posa en mí, sonríe suavemente y los ojos le brillan, quizá creyó que no vendría. Sin saber que más hacer saludo con mi mano a ambos, ganándome una mirada curiosa del niño.

Tiene los mismo ojos que su abuela.

—Eres Emma —Afirma el infante.

Me quedo pasmada en mi lugar, boqueando como una tonta y los ojos bien abiertos. Las mejillas de Austin se elevan y se tornan de un leve color carmesí, pero más que vergüenza parece que de ternura u orgullo. No sabía que ya la habia hablado de mi ¡Ya le habia hablado de mí!

El muchacho asiente varias veces, como alentándome a contestar. Desde el momento en que me dijo que conocería a Jackson, no supe disimular mis nervios y lo mucho que me aterra esto, pues, al fin y al cabo, su hijo es la cosas más importante para él.

—S-si, si, soy yo —Respiro hondo—. Y tú eres Jackson. —Digo sin titubear y el recen nombrado cabecea feliz.

Tanto Austin como yo quedamos sorprendido en el momento en que el niño se me acerca y me extiende su mano educadamente, con sus cejitas fruncidas.

—Te traje un regalo —Muestro la bolsa que mantenía oculta tras mi espalda—. Espero y te guste.

Jackson observa el interior de obsequio, empaque algunos dulces recomendado por Austin, un carrito de juguete y el llavero que compre en Santorini. Seguramente el niño se dio cuenta del accesorio, pues sonríe y luego, tanto Austin como yo quedamos sorprendido en el momento en que el niño se me acerca y me extiende su mano educadamente, con sus cejitas fruncidas.

Solo Una Apuesta MásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora