La semana pasó de forma extrañamente tranquila. Luna y carlos apenas hablaban, pero la tensión que normalmente flotaba en el aire entre ellos dos parecía haberse disipado un poco a excepción de Cristhian y cesar que seguian igual. Entre luna y carlos había un entendimiento tácito, una tregua que ambos estaban dispuestos a mantener, aunque ninguno de los dos se atrevía a romper el silencio más de lo necesario.
El miércoles, luna recibió un mensaje de gabito: -¿Nos vemos este fin de semana? Tengo ganas de verte-.
El solo leerlo le sacó una sonrisa. Gabito era un soplo de aire fresco en su vida, alguien que la hacía sentir segura y libre al mismo tiempo. No tenía la carga emocional que sus hermanos le imponían, ni expectativas imposibles que cumplir. Con gabito, luna podía simplemente ser.
Le contestó rápidamente: -Me encantaría. ¿El sábado te parece bien?-
La respuesta llegó casi de inmediato: -Perfecto. Te recojo a las 6.-
Al dejar su teléfono a un lado, luna sintió una mezcla de emoción y nervios. Sabía que salir con gabito significaba enfrentar la realidad de que su relación con sus hermanos iba a cambiar aún más. Pero también sabía que estaba lista para ese cambio.
***
El sábado llegó más rápido de lo que luna esperaba. Se había pasado la mañana preparando su ropa, escogiendo algo que la hiciera sentir cómoda pero también segura de sí misma. Optó por un conjunto sencillo: una blusa ligera de color azul y unos jeans oscuros. Nada extravagante, pero suficiente para sentirse bien.
Mientras se miraba en el espejo, se preguntó cómo reaccionarían sus hermanos. Desde la discusión del domingo, había intentado evitar cualquier confrontación, pero sabía que esta salida con gabito no pasaría desapercibida.
Cuando bajó las escaleras, encontró a sus hermanos en la cocina, revisando algo en sus teléfonos. Se detuvo un momento en el umbral, indecisa sobre si debía decirle a dónde iba o simplemente salir. Sabía que el silencio solo empeoraría las cosas a largo plazo.
-Voy a salir con gabito esta noche,- dijo al fin, con voz tranquila pero firme.
Cristhian la miro de mala manera y con voz firme dijo -De cuando aca te mandas sola?- seguido de cesar que le dijo en un tono muy enojado - A esta hora? Es algo tarde para que salgas y sin permiso- luna preocupada de no tener permiso dijo con voz calmada -prometo volver temprano de verdad solo quiero salir con el- Cristhian mas enojado aun le dijo -no importa vete a tu habitación ahora mismo si no quieres problemas-, luna no dijo nada mas sabia que no tenia sentido discutir con sus hermanos asi que dio la vuelta dispuesta a subir a su habitación, cuando de repente escucho la voz de carlos en un tono ya molesto -pueden callarse un rato los dos?-, luna giro para mirarlo, sus ojos estaban fijos en el. Podía ver cómo sus pensamientos se movían detrás de esa expresión impenetrable, pero no dijo nada de inmediato. Finalmente, asintió lentamente. -¿A qué hora vuelves?-
La pregunta sorprendió a luna. No era una orden ni una crítica, solo una pregunta directa. -No lo sé exactamente, pero no será tarde-, respondió, sintiéndose un poco más relajada.
Cristhian y cesar parecían sorprendidos por la reacción de carlos pero ninguno se atrevió a decir nada. Carlos no respondió de inmediato. Parecía estar procesando algo, y después de unos segundos, simplemente volvió la vista a su teléfono. -Ten cuidado-, fue todo lo que dijo.Luna se quedó quieta un momento, sorprendida por lo tranquilo que había sido todo con carlos a diferenciade Cristhian y cesar, no sabia si carlos no hablo con ellos o ellos no quisieron escuchar pero eso no importaba en esos momentos. No había gritos, ni reproches, ni insinuaciones de que estaba haciendo algo mal. Era como si, de alguna manera, carlos hubiera aceptado el hecho de que ya no podía controlar todo.
Salió de la casa antes de que las cosas pudieran cambiar, sintiéndose más ligera de lo que se había sentido en mucho tiempo.
***
Luna estaba de pie frente a su casa cuando el coche de gabito apareció en la esquina de la calle. El corazón le dio un pequeño brinco de emoción al verlo. Cuando se detuvo frente a ella, gabito bajó la ventana y le sonrió.
-Estás preciosa-, dijo, mirándola con esa mezcla de ternura y admiración que tanto la atraía.
Luna subió al coche, sintiéndose más relajada de inmediato. Con gabito no había juicios ni expectativas imposibles. Solo la simple y genuina compañía de alguien que disfrutaba estar con ella.
-Mira quién habla-, respondió ella con una sonrisa. -¿A dónde vamos?-
Gabito arrancó el coche y comenzó a conducir, con una sonrisa misteriosa en el rostro. -Es una sorpresa. Pero te prometo que te va a gustar-.
El coche se alejó del barrio y luna miró por la ventana, dejando que las luces de la ciudad la distrajeran. Sentía que cada kilómetro que avanzaban la alejaba más de la opresión que había sentido en casa durante tanto tiempo. Era un escape, aunque solo fuera por unas horas, y lo apreciaba profundamente.
Después de unos veinte minutos, gabito estacionó el coche en un pequeño callejón junto a un restaurante acogedor, iluminado por faroles de estilo antiguo. El lugar estaba apartado, íntimo, con mesas al aire libre y una vista hermosa hacia un parque cercano. Era perfecto.
-¿Te gusta?- preguntó gabito mientras se bajaban del coche.
-Es precioso-, respondió luna, encantada por el ambiente.
La cena fue perfecta. Hablaron de todo: sus sueños, sus frustraciones, sus miedos. Luna se sintió libre de ser honesta con gabito, algo que le resultaba cada vez más difícil con sus hermanos. Gabito la escuchaba, no intentaba corregirla ni juzgarla, solo estaba allí para ella. Esa noche, luna comenzó a darse cuenta de que merecía tener ese tipo de relaciones, basadas en la confianza y el respeto.
Después de la cena, caminaron por el parque, bajo las luces de los faroles, disfrutando de la tranquilidad del lugar. Gabito la tomó de la mano, y luna sintió un cálido cosquilleo recorrerle el brazo. Se giró hacia él y, sin decir nada, se dejó llevar por el momento. Se besaron, un beso suave, dulce, que confirmó lo que ambos ya sabían: había algo especial entre ellos.
Cuando la noche llegó a su fin, gabito la llevó de vuelta a casa. Se detuvieron frente a su puerta, y por un momento, ninguno de los dos quiso despedirse.
-Me encantó estar contigo hoy-, dijo gabito, mirándola con una sonrisa tierna.
-Y a mí contigo-, respondió luna, sintiendo que su corazón latía más rápido. -Gracias por todo-.
Se despidieron con un beso suave, y luna entró a la casa sintiéndose más segura de sí misma. Sabía que no todo estaba resuelto con carlos, pero esa noche había descubierto que, fuera de esa relación complicada, había un mundo lleno de posibilidades. Y estaba dispuesta a explorarlo.
Cuando subió a su habitación, se recostó en la cama con una sonrisa. Por primera vez en mucho tiempo, se permitió sentir esperanza. Sabía que el camino hacia su independencia sería largo, pero ya había dado varios pasos importantes. Y con cada uno de ellos, se sentía más fuerte, más capaz de enfrentar lo que viniera, incluso si eso significaba enfrentar a sus propios hermanos.
Y con ese pensamiento, luna cerró los ojos, lista para lo que el futuro le deparara.
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El Lado Oscuro De Ellos
FanfictionEl lado oscuro de ellos Luna siempre había admirado a sus hermanos mayores, Carlos, Cristhian y cesar. Creció creyendo que ellos eran sus protectores, sus guías y sus modelos a seguir. Pero, a medida que los años pasan, luna comienza a darse cuenta...