treinta y cinco

991 213 53
                                    

Horas siguieron pasando y la mayoría de nuestros amigos ya estaban aquí, mi casa se sentía totalmente diferente con tanta gente, pero podría acostumbrarme a la vibra tan hermosa que ellos desprendían 

—Hay que jugar.— propuso Juan a todos mientras estábamos charlando en la sala 

—¿Juegos de mesa?.— preguntó Osvaldo y Rivers le dio un ligero golpe en la cabeza —No mames, era broma.— 

—No vinimos hasta acá a jugar turista mamón.— recordó ella 

—¿Entonces quieres juegos navideños o que morra?.— preguntó Aldo mirando a mi amiga —Debe existir algo divertido que podamos hacer ahora que estamos todos.— 

—¿Sale chupi?.— propuso Ari con una sonrisa traviesa, la mayoría nos miramos sin estar tan seguros —Ándenle, no estamos frente a las cámaras, nada de lo que suceda aquí se contará en las redes.—

—Yo no puedo tomar.— avisé y todos me miraron —Estoy bajo tratamiento y por todo lo de las medicinas me es imposible hacerlo.— 

—Pues ahí está, que Mulán nos cuide.— propuso Ama y la miré mal 

—Mi esposa no es niñera de alcohólicos.— discutió Roier —Solo me cuidará a mí.— se cruzó de brazos 

Todos empezaron a debatir si sería una buena idea hacer un chupi, el propósito esta vez sí sería emborracharse y eso me dejaba bastante intranquila, sabía que habían personas con buena resistencia a la bebida, pero si la mayoría se ponía mal yo no podría cuidarlos sola

—Yo tampoco tomo.— avisó Rodri saliendo también de aquel debate

—¿Santa se nos adelanta o porque los que nos van a cuidar son enanos?.— se burló Osvaldo 

—No mames, los de santa son elfos, no enanos.— se burló Missa —Estás bien pendejo.— 

Ellos seguían hablando así que me alejé un poco para ir a la cocina, no podía concentrarme bien teniendo tanto ruido a mi alrededor

—¿Estás bien?.— al parecer Roier me había seguido —No te alejes tanto porque me preocupas. — pidió 

—Sabes que no me gusta estar entre tantas personas, pero estoy bien.— sonreí lo mejor que pude —Tú no te preocupes por nada, diviértete.— 

—Lo más probable es que si hagan el chupi, si quieres no participo tampoco.— propuso, pero negué

—No quiero que te limites por mi.— dije rápidamente —También me voy a divertir aunque no tome.— 

—¿Segura?.— preguntó tomando mis manos, yo sonreí —No quiero que te sientas excluida o algo así.— 

—Por dios, lo dices como si nuestros amigos no supieran controlar bien las situaciones.— reí

Me miró de una manera extraña, quizás él si tenía miedo de lo que fuera a pasar, pero yo no










(.....)

—¡Wey mira como salto!.— gritó Missa tirándose directamente al colchón inflable que estaba en el suelo —Que cómodo.— soltó y cerró los ojos

Habían pasado todo el día y parte de la madrugada haciendo competencias de bebidas y retos que prácticamente los habían hecho acabar con todo el alcohol que teníamos y todo el que fueron a comprar después. La mayoría ya estaban ebrios, unos estaban dormidos y otros haciendo el ridículo, Carre estaba grabando a los que se estaban humillando, pero yo prefería intentar acomodarlos para que pudieran descansar 

—Si me pudieras ayudar te lo agradecería mucho.— exclamé a Rodri —Ya acomodé a Missa, a Mafer, a Ari, a Molly y a Ama, pero me faltan los demás.— 

—¿Podes disfrutar un poco del panorama?.— pidió y negué —Dale, tenes en poder de molestarlos ahora.—

—Están mal, no quiero molestarlos.— dije 

—Sos tan moralmente correcta.— bufó —Te ayudo con dos, vos decime.— 

—Quédate con Osvaldo, Aldo, Produ, Rivers, Quackity y Filis.— pedí —Están en el setup de Roier jugando Mario Kart y me da miedo que le vayan a romper algo.—

—Te dije que solo dos.— se burló —Además ¿Cómo están jugando los 6?, debiste preocuparte por eso antes.— 

Y sin más se fue, yo intenté hacer un recuento en mi cabeza, me faltaban Juan, Iván y Roier, pero ni siquiera sabía donde estaban. Caminé por toda mi casa buscándolos, al primero que encontré fue a Juan, estaba en una de las habitaciones, pero acostado en el suelo así que lo desperté para ayudarlo a pasarlo a la cama, ya teniéndolo ahí lo arropé, volví rápido a la cocina por un poco de agua y le puse el vaso en un mueble de al lado

Ahora me faltaban dos, seguí con mi búsqueda, entré a la habitación que compartía con mi esposo y ahí estaba él. Parecía un niño pequeño aferrado a una cobija, al menos él había cumplido con no preocuparme y cuando empezó a ponerse mal simplemente se vino a recostar

—Mi lindo esposo.— susurré con una pequeña sonrisa mientras dejaba un beso en su frente —Te amo tanto.— 

Parecía estar en su quinto sueño, ni siquiera se movió así que reí y decidí salir de ahí para buscar al último chico que me faltaba.... ¿Cómo podría imaginarme que aquel argentino podría ocasionarme problemas en aquel estado inconveniente? 

𝐃𝐈𝐄𝐍𝐓𝐄 𝐃𝐄 𝐋𝐄𝐎𝐍 [Roier X Tú] (FDC #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora