treinta y ocho

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Noche buena había llegado, todos estabamos "desayunando" a las 3 pm gracias a que a esa hora estábamos despertando, sin duda lo del chupi de ayer había sido una muy mala idea 

—No volveré a venir a algo organizado por estos weyes.— se quejó Missa mientras se agarraba la cabeza con una mueca de dolor 

Mafer le pasó una pastilla junto con un vaso de agua, todos rieron al ver como aquella chica se preocupaba por su novio como si fuera un niño pequeño 

—¿No tenes una de esas para mí también?.— pidió Iván 

Durante todo este rato ambos nos estábamos evitando, era como si en el fondo él supiera que había hecho algo malo, igual yo lo hacía más por sentir las miradas de mi esposo sobre mí, lo había pensado durante la noche y sabía que no debía hacer algo que pudiera hacerlo sentir mal 

—Para vos nada, da gracias al cielo que pude traerte acá casi arrastrando, sino te quedabas en el jardín.— lo regañó Rodri, al parecer se había quedado ahí después de nuestra plática, probablemente se la había pasado mal por mi reacción, pero no podía ser de otra forma 

—¿Cómo lo arrastraste?.— se burló Juan —Hubiera pagado lo que fuera por verte jalando a este wey.— 

—Pues para empezar te hubieras quedado despierto, eran el que estaba más tieso.— reí recordando como lo había dejado ayer 

—Pero para mi suerte estuvo "súper Múlan" para evitar que hiciera showcitos de cuarta en el jardín.— dijo el de gafas para después reír con su risa tan única 

—Un showcito bastante lamentable.— susurró mi esposo ganándose la mirada de todos los que estábamos ahí 

Sabía más que nadie que mi esposo solía contarles prácticamente todo a sus amigos, pero pensaba que sabía que no podía decir algo que pudiera dañar la imagen de otro de nuestros amigos, entendía que seguía molesto, pero pensaba que habían limites 

—¿Lo viste hacer algo vergonzoso?.— cuestionó Rodri —Cuando llegué lo vi tirado y pensé que le había dado una congestión o algo.— 

Miré de la manera más discreta a Iván, tenía la mirada perdida en un vaso de agua que sostenía fuertemente con ambas manos, me daba un poco de pena verlo así 

—Lo oímos cantar y bailar, siendo sincera daba miedo.— mentí para que mi esposo no dijera nada más —Roier quería grabarlo, pero logré quitarle esa idea.—

—Que ojetes, lo vieron así y no lo metieron a la casa.— dijo Rivers, yo la miré para que entendiera que tenía algo que contarle después, ella sorprendentemente lo entendió 

—Yo también lo hubiera dejado ahí, imagínate, pobre Mulán, cargando dos borrachos más altos que ella.— dijo Aldo y asentí, al menos en eso estábamos de acuerdo —Denle crédito, fue la que nos cuidó aunque dijimos que no nos íbamos a poner tan mal.— 

Estaba mal que centrara toda la atención en mí cuando Rodri había hecho mas que yo para cuidar a os demás, pero al menos así cambiábamos un poco de tema

—¿Ahora la defiendes?.— preguntó Osvaldo —Que bonito men, ya se siente la unidad por el espíritu navideño.—

Lo miré mal, no podía burlarse después de toda la escena que había hecho en la madrugada cuando dijo que Roier y yo éramos sus papás

—Cállate, al menos me defiende y no me quita mi cama como cierto personaje que se quedó a dormir con mi esposo y me sacó de mi habitación.— me crucé de brazos 

—Atrás ata as.— se burló el chico de gorro —No mames, pinche gata rompe hogares.— 

—¿Nadie me va a defender a mí?.— dramatizó 

Miré a mí al rededor, nadie dijo nada y eso fue extraño, desde que llegaron no habían guardado silencio como lo habían hecho durante estos segundos exclusivamente para joder a Osvaldo

—Como sea, ¿hoy que haremos?.— preguntó Ama —¿Vamos a salir a algún lado?.— 

—En esta ciudad no hay cosas buenas para ver, no es muy turística y todo podría estar muy lleno por la época festiva.— conté 

—¿Entonces como se divierten aquí?.— preguntó Rivers —No pueden decir que su matrimonio los mantiene divertidos.— 

Realmente eso era cierto, podía ser extraño, pero tan solo con estar juntos no nos aburriríamos 

—Siento que eran más divertidos antes de que se casaran.— se burló Osvaldo y lo miré mal 

—No mames, más de uno aquí quiere que nos divorciemos Mulán, ¿lo tomamos como señal?.— preguntó Roier abrazándome por detrás  

Sabía que ese comentario era por lo que había escuchado que me dijo Iván, al parecer si se lo estaba tomando bastante mal y lo entendía, pero aún así me provocaba incomodidad que quisiera molestar al otro chico usándome a mí 

𝐃𝐈𝐄𝐍𝐓𝐄 𝐃𝐄 𝐋𝐄𝐎𝐍 [Roier X Tú] (FDC #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora