once

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Los días antes de mis análisis y los días de las pruebas llegaron. Yo me sentía bastante nerviosa

—No seas tan chillona, no es la primera vez que te sacan sangre.— se burló mi esposo

Él me estaba acompañando en todo esto, había liberado su día para estar presente en mis estudios y eso se lo agradecía bastante

—Pensé que pasaría tiempo antes de que volviera a hacerme estudios de este tipo, odio las agujas.— avisé

—Tranquila, voy a estar contigo.— dijo algo que sabía —Mientras te saquen sangre voy a tomar tu mano para que sepas que estaré ahí.—

—Eres tan cursi que logras hacer románticas hasta esta clase de situaciones.— me burlé logrando que riera

Caminamos por el pasillo de ese frío hospital, nos habían dado algunos tickets para ir a pedir los análisis correspondientes a las distintas áreas

—También necesito tomografías y un electrocardiograma.— murmuré leyendo lo que tenía en mis manos —Después tendremos que ir a comer un poco y regresar a que me hagan pruebas de esfuerzo físico mientras monitorean mi ritmo cardíaco.—

—¿Estaremos todo el día aquí?.— preguntó

—Básicamente sí.— sonreí —Ya sabes, todo para asegurarnos de que esté bien.—

—Ya verás que todo será una pérdida de tiempo porque estarás muy sana.— aseguró

Llegamos al lugar de mis primeros estudios y entregamos la receta, la enfermera que estaba ahí nos indicó donde ir así que le agradecimos

Entramos a una especie de mini espacio con una silla y una mesita con varios tubos pequeños para guardar la sangre. Me senté esperando que entrara quien se encargaría de mí

—¿Estás nerviosa?.— preguntó burlón y lo miré mal

—No estaba nerviosa hasta que me preguntaste.— me quejé

La enfermera entró junto a otra chica, yo simplemente miré curiosa por ver a más de una

—El hospital está recibiendo practicantes así que yo solo estoy aquí para supervisar que todo salga bien.— avisó una de las enfermeras

Miré a mi esposo con un poco de miedo, estaba a punto de quejarme y pedirle que lo hiciera alguien con más experiencia, pero la mirada tierna de Roier me calmó, no sería tan malo ¿no?

—Está bien.— sonreí —Voy a girarme para no ver la aguja, me da un poco de miedo.—

—Tranquila, lo haré bien.— aseguró la enfermera que me sacaría sangre

Puse mi brazo sobre una base que estaba en el asiento y sentí como aquella chica empezó a tocar mi brazo como si buscara algo

—No encuentro el punto.— escuché que susurró y me tensé

Apreté la mano de Roier y él empezó a reír discretamente, parecía disfrutar mi situación

—Dejame ver.— se acercó la otra enfermera y también empezó a palpar mi brazo —Puedes ponerle la liga para que se vea mejor la vena.—

Aplicarían presión en mi brazo para que pudiera ser más fácil para ellas, yo estaría contenta mientras se apuraran

Sentí como apretaron aquel resorte, incluso sentí que estaban acabando con mi circulación

—Procederé a poner la aguja.— avisó la chica así que simplemente tomé aire para liberar la tensión que había en mí

—No le avisen porque va a llorar.— pidió Roier y lo miré mal, alguien tendría problemas cuando llegáramos a casa

Sentí la aguja en mi brazo pero de inmediato la sacaron así que miré a las enfermeras

—Me equivoqué.— habló apenada la enfermera así que la miré sin creer lo que acababa de decir —Lo intentaré de nuevo.—

—¿Está segura que no es mejor que lo intente la otra enfermera?.— habló Roier, al parecer había sentido mi miedo

—A veces estos incidentes pasan, no se preocupe.— avisó la enfermera experimentada —No fue precisamente mala mano de mi compañera, también tiene que ver que la vena de la paciente es difícil de encontrar.—

La miré mal, estaba justificando algo cuando incluso su compañera ya había admitido que se había equivocado

—Está bien, acabemos con esto.— pedí

Volví a girarme a donde estaba Roier, pero ahora él no parecía divertido con la situación, parecía concentrado en lo que la enfermera hacía

Sentí que la aguja volvió a entrar a mi brazo, esta vez ni siquiera me habían avisado y mantuvieron la aguja ahí durante algunos segundos, de repente la sacaron

–Creo que me equivoqué de nuevo.— escuché y me giré a ver mi brazo, tenía dos piquetes con algo de sangre al rededor

—No mamen.— soltó mi esposo y apreté su mano para que no fuera grosero

—Ya lo haré yo, disculpen.— avisó la otra enfermera así que cambiaron de lugar

Preparó mi brazo para volver a picarlo, miré a Roier de nuevo sabiendo que sería la última vez que me pondrían la aguja

Al sentir de nuevo la aguja empecé a sentirme mareada así que solo levanté un poco la mirada, no entendía que estaba pasando, incluso empecé a sentirme un tanto débil

—Listo.— avisó la enfermera, ni siquiera medí el tiempo esta vez

Me giré a ver como tenían un tubo con mi sangre además de algunos algodones sucios porque me habían limpiado

—Lamentamos lo que pasó, por su bien es mejor que espere aquí sentada unos minutos mientras le traemos un poco de agua y...— la voz de la enfermera empezó a escucharse de alguna manera más baja y mi vista se volvió borrosa

De un momento a otro todo se volvió negro para mí

𝐃𝐈𝐄𝐍𝐓𝐄 𝐃𝐄 𝐋𝐄𝐎𝐍 [Roier X Tú] (FDC #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora