𝐃𝐈𝐄𝐍𝐓𝐄 𝐃𝐄 𝐋𝐄𝐎𝐍 [Roier X Tú] (FDC #2)

catorce

Los días antes de la despedida pasaron jodidamente rápido, ahora estábamos en el aeropuerto esperando que saliera mi vuelo.

Tanto Roier como yo estábamos sentados en la sala de espera usando lentes oscuros, ninguno se atrevía a hablar

—¿Sabes cuanto falta para que salga mi vuelo?.— me animé a hablar con una pregunta tonta

—¿Me ves cara de que trabajo aquí?.— cuestionó y le di un pequeño pellizco, él se burló un poco

Suspiré, era la primera vez que nos alejábamos, no debíamos aferrarnos tanto el uno al otro aunque no hacerlo era imposible

—¿Me llamarás cuando aterrices, verdad?.— preguntó y asentí —También si te sientes mal llámame, si es necesario tomaré un vuelo para ir por ti.—

—Ya te dije mil veces que estaré bien.— recordé —Ya verás que cuando regrese estaré un poco más tranquila.—

—Realmente me aterra pensar que te irás una semana.— confesó y lo miré confundida —Te amo Mulán y sé que eres tan chingona como para sobrevivir sin mí, pero yo estaré aquí ansioso de verte de nuevo.—

—También me harás falta, pensé que era obvio.— dije y tomé su mano —Extrañaré a mi tripón y pensaré en él todos los días.—

Vi que sonrió y señaló su anillo de matrimonio para después señalar el mío

—Donde esté Mulán siempre estará Roier ¿recuerdas?.— exclamó sin borrar aquella sonrisa, por inercia también sonreí

—Y donde esté Roier ahí estará Mulán, así será hasta el fin de nuestras vidas.— completé

Ambos unimos nuestros dedos donde estaban nuestros anillos, era un momento lindo entre nosotros

—No sé por qué dramatizamos tanto, la semana pasará volando.— dijo y lo miré sin creer lo que acababa de decir, él era el más dramático así que no era el indicado para decirlo

—Hay parejas que se separan más tiempo.— reí

—Cuando las parejas se separan mucho tiempo se le llama divorcio.— se burló —Así que en una semana te quiero aquí.—

En los altavoces del lugar se escuchó que anunciaron mi vuelo así que supimos que era el momento de despedirnos

—Debo ir a abordar.— exclamé obvia

—¿Llevas todo?.— cuestionó y asentí —¿Tu maquillaje, tu ropa, tu cepillo, tus cremas, una foto de tu familia...?.—

Reí al escuchar como preguntaba por aquella foto cuando él se había encargado de meter en mi maleta una foto nuestra con mushu

—Todo listo gracias a mi lindo esposo.— dije dándole un beso corto

—Si no regresas tendré que hacer canon mi lore con Cell.— dijo y volví a reír, pero esta vez por su amenaza —No estoy bromeando.—

—Si regresaré, deja de decir esas cosas.— pedí entre risas

Ambos nos levantamos de aquel sitio para caminar hasta la puerta de abordaje, mientras pasábamos entre las personas volvimos a quedarnos en un silencio abrumador

Llegamos a la fila para entrar al avión y era momento de que él se fuera, no podía estar aquí si no viajaría

—Por cierto, una última cosa antes de que te vayas.— dijo y lo miré atenta —Tengo que confesar que me enojé un poquito cuando planeaste tu viaje sin mí y soy una persona algo resentida.—

—Ya lo sé, ¿hiciste algo para vengarte de que me voy?.— me burlé pero asintió

—Me conoces tan bien.— se burló también —Tengo varios viajes planeados ya, la mayoría con quackity o missa.—

Sabía que no estaba en posición de quejarme, pero yo solo haría un viaje y él dijo que haría varios

Estuve a punto de decirle algo hasta que noté que la fila empezó a avanzar

—Hablaremos bien de esto después.— amenacé y se burló —Me dijiste cuando no tenía tiempo de reclamarte, eres inteligente Sebastián.—

—Ya, te voy a dar la bendición.— dijo y reí al ver como si me estaba persignando como lo hacían algunas madres cuando sus hijos se iban —Ve con cuidado.—

Lo abracé fuertemente y me aferré a él durante algunos segundos

—Si no te vas ahora no te voy a dejar ir después.— dijo así que rompí aquel abrazo, él dejó un pequeño beso sobre mis labios —Diviértete mucho y gana la competencia de pingpong.—

—Traeré el premio directamente desde Argentina.— aseguré

—No traigas nada más de allá.— pidió y reí

Ya no había fila así que era el momento para irme, pero simplemente no quería hacerlo tan pronto

—El que mucho se despide es porque no quiere irse.— habló burlón

—Pude haberte reclamado por no decirme lo de tus viajes, si me daba tiempo.— me lamenté escuchando su risa —Como sea, me voy.—

Le di un pequeño beso y me despedí con un pequeño movimiento de mano

—Nos vemos en una semana guapoier.— sonreí

—Hasta la próxima semana Mulán.— sonrió también

Por fin me alejé y entré a la puerta de abordaje, crucé un pasillo largo hasta llegar al avión donde simplemente subí y busqué mi lugar

Cuando me senté me quité los lentes por fin y solté un suspiro, antes se hubiera sentido totalmente normal viajar sola, pero ahora me hacía sentir un hueco en el pecho