𝐃𝐈𝐄𝐍𝐓𝐄 𝐃𝐄 𝐋𝐄𝐎𝐍 [Roier X Tú] (FDC #2)

cuarenta y tres

Había pasado dos horas conviviendo con Emilio y su familia, sin duda todos eran personas bastante alegres que no dudaron en acogerme en su pequeña celebración por el año nuevo

—Entonces, ¿Cómo es que Emilio trajo a una sirena del mar?.— preguntó su abuelo, yo reí

—Abuelo, ya te dijimos que no es una sirena.— se quejó avergonzado 

Miraba aquella escena mientras disfrutaba de la comida que amablemente me había dado la mamá de Emilio, era raro para mí estar con una familia que se llevara bien, pero me la estaba pasando bien

—¿Crees que tu esposo venga?.— cuestionó el padre de Emilio —Para guardarle un poco de comida antes de apagar la parrilla.— 

—Yo creo que no.— respondí intentando no sonar desanimada, Roier ni siquiera había visto mis mensajes cuando le envié la ubicación —Igual gracias por su hospitalidad, son una familia muy linda.— 

—Linda eres tú.— dijo Emilio y su mamá lo miró mal 

—Respétala.— le ordenó, yo me burlé de aquel chico 

Al principio pensé que la familia se tomaría mal que aquel chico llegara con una chica que estaba casada, pero realmente me estaban tratando mejor de lo que me podría esperar 

—Como sea, hay una fiesta cerca de aquí.— avisó Rod, el primo de Emilio —Mis amigos me enviaron una ubicación, ¿vamos?.— 

La pregunta fue para su primo, él asintió así que supe que era momento de regresar al hotel

—Son casi las 5 pm, yo tengo que regresar.— les avisé mientras me levantaba —Muchísimas gracias por todo, quisiera tener algo para agradecerles.— 

—Puedes agradecernos acompañándonos e invitándonos los primeros tragos.— dijo Rod, yo negué —Vamos.— insistió 

—No puedo salir de fiesta sin mi esposo.— aclaré amablemente —Además prefiero no beber, tengo algunos problemitas de salud.—

—Si no quiere ir no la obliguen.— habló Helena, la novia de Rod —Pero vayan a acompañarla a su hotel, así llega segura.— 

—No quiero molestarlos más.— reí —Me voy.— 

Sonreí mientras pasaba a despedirme de cada uno y cuando terminé salí directamente a la playa. Solo avancé unos metros hasta que Emilio me alcanzó y caminó a mi lado 

—Helena tiene razón, nosotros te trajimos hasta acá, te acompaño.— avisó

—¿Sabes? lo aprecio, pero no me gusta sentir que preocupo a la gente.— conté —Tienes una familia hermosa, me sentí adoptada.— 

—No me preocupas, para nada.— empezó a reír —Al principio no me atrevía a hablarte, ahora solo quiero aprovechar para estar contigo un rato más, soy muy egoísta como para preocuparme por alguien.— 

—Dices ese discurso para que te deje acompañarme y lo lograste.— sonreí —Solo acompáñame hasta el camastro donde estaba, ya de ahí me voy sola.—

—Me parece bien.— exclamó conforme

Caminamos por la playa, ninguno decía nada, lo único que se escuchaban eran los gritos de algunos niños jugando en la playa. Pocos minutos después llegamos a aquel camastro, ese ya estaba ocupado, pero no importaba, de aquí volvería a ver que había pasado con mi esposo 

—Bueno, fue divertido.— exclamé —Tú vete a tu fiesta y yo me voy a buscar a mi esposo.— 

Pude ver que su mirada bajaba hasta mi escote así que de inmediato me tapé y lo miré lo peor que pude 

—Casi te compro la buena onda y la actitud de niño bueno.— exclamé molesta —Lárgate o grito.— 

—Espera.— pidió de inmediato —Noté que tenías una cicatriz en el pecho, no quería ser imprudente.— 

Por un momento había olvidado aquella marca de mi operación, ya no se me veía tan mal, pero era obvio que eso no se iría 

—Odio mi cicatriz.— confesé subiendo un poco mi vestido para que no la viera —Me tengo que ir ya.— 

Estuve por irme, pero tomó mi brazo para impedírmelo 

—Perdón, arruiné esta convivencia.— exclamó —Me ilusioné pensando que podríamos ser amigos, ya sabes, es lo que cualquiera imagina cuando conoce a alguien que sigue en redes y pensé que había un buen ambiente.— 

No dije nada, no pasaba nada, yo hasta hubiera aceptado ser su amiga solo para volver a ver a su familia, tenía mi "familia issues" muy marcado

—Tu cicatriz te da más valor.— habló al ver que yo no decía nada —Ojalá no sea muy atrevido decirtelo, pero te ves muy hermosa con eso.— 

Al escucharlo un recuerdo con Roier vino a mi cabeza.... Era cuando recién me habían operado y me estaba ayudando a adaptar mi guardaropa

—¿Estas segura que te quieres deshacer de toda esta ropa?.— cuestionó mostrándome un montón de blusas que había decidido donar —Algunas parecen nuevas.—

—Son algo abiertas.— respondí —Y por ahora no quiero usar algo así, se verán horribles con la cicatriz gigante que tendré.—

Roier me miró y después de unos segundos rió un poco

—¿Te parece chistoso?.— cuestioné y él negó

—No me estoy burlando de ti, simplemente es curioso que quieras tapar algo así.— dijo y lo miré mal ¿Cómo no iba a querer tapar eso? —A lo que me refiero es que esa cicatriz es lo único que nos demuestra que no eres alguien irreal, la vida tuvo que ponerte un pequeño rasguño para que pudiéramos ver que eres humana y no una diosa.—

Sonreí un poco, comprendí la intención de sus palabras pero me daba la oportunidad de discutir un poco

—¿Estas diciendo que ahora tengo una cicatriz soy como cualquier otra persona?.— cuestioné cambiando un poco mi tono de voz y su mirada cambio a una de preocupación —¿Mi valor disminuyó solo por eso?.—

—No, eso no quise decir.— intentó corregir rápidamente pero pareció quedarse sin argumentos —La cicatriz solo te hace más perfecta ¿sabes?.—

Estaba inmersa en mis pensamientos hasta que sentí que alguien me jaló, levanté un poco la mirada para ver a mi esposo ahí parado 

—¿Realmente crees que ese rasguño le da más valor?.— cuestionó Roier a Emilio —Yo creo que es muy feo.— 

No sabía si lo decía por estar celoso, pero debía medir sus palabras... quizás pensaba que eso ya no me importaba, pero seguía siendo una inseguridad muy fuerte para mí, no era la primera vez que hacía una broma que me dolía, no sabía hasta que punto sería bueno aguantar