El camino a casa de Becky fue un manojo de nervios para la pelinegra, justo a dos calles estaba arrepintiéndose de aquella inesperada invitación, maldita Charlotte pensaba en voz alta. Ella podría contar las horas desde que la conocía y le parecía una locura todo aquello, pero le estaba dando mucha importancia ¿no? A fin de cuentas era su socia, debía conocerla más si iban a trabajar juntas, si eso, era como una cena de trabajo.
Estaba tan inmersa en sus pensamientos que no se dio cuenta que ya estaba frente a la casa de los Armstrong, apretó sus manos sudorosas en el volante, respiro un par de veces y salió, tocó el timbre. 1... 2... 3... nadie salía, ¿se habría arrepentido? O ¿era una señal? Seguro, debía correr e irse de allí era la mejor opción, miró su reloj plateado 8:10pm
– Buenas noches – Escuchó una voz interrumpiendo su escape perfecto, levantó la vista y una señora con sonrisa dulce la recibió – Freen ¿cierto?
– Buenas noches, esa soy – sonrió la pelinegra
– La niña Becky bajará en un momento, pase adelante – dio permiso la señora para que pasara – el señor Benjamín ha hablado mucho de ti, haces un buen trabajo en la empresa – Elogió con cariño
– Muchas gracias señora...
– Amanda, es mi nombre
– Muchas gracias señora Amanda, no es para tanto. Aunque ahora que su hija estará conmigo... es decir, trabajando conmigo—corrigió más para si misma – la empresa tomará un buen rumbo
– Oh, ella no es mi hija, soy su nana aunque la veo como una hija – habló la señora y su mirada se iluminó al hablar de ella – Es una gran mujer y me alegra que esté llevando todo con calma, espero la ayudes mucho Freen – pidió con voz suave
Freen asintió en respuesta, Amanda sonrió mostrando su blanca dentadura postiza.
– ¿Nana? –
Se escuchó cerca y la voz era única para la pelinegra, se volteó y todo en ella se disparó.
Dicen que cuando vez a alguien que te atrae o te gusta tus pupilas se dilatan, el cuerpo envía una descarga de hormonas a todo el cuerpo causando que el corazón lata hasta tres veces más, la sangre se desvía del estómago hasta las mejillas y por eso nos sonrojamos. Todo eso y el doble le estaba sucediendo a Freen pero ¿ella lo sabía? No, aun no. Sus ojos brillaron ante la hermosa vista que le ofrecía la ojimiel, esa sonrisa tan mágica y sus ojos que en la oscuridad brillaban, solo eso necesitaba Freen para saber que huir no hubiese sido la mejor opción.
La anciana quien observó cada movimiento de la pelinegra sonrió para sus adentros.
—Mi niña, Freen está aquí
—H... Hola Becky—Reaccionó torpemente acercándose a la mujer que vestía un delicado vestido negro ceñido a su cuerpo y su cabello castaño cayendo por sus hombros, era natural, todo en ella era jodidamente hecho por los ángeles. La detalló y se fijó que no llevaba su habitual bastón.
– Hola – Susurró la ojimiel con sus mejillas coloradas, mordiendo su labio inferior.
– Estas hermosa mi niña—Hablo animada la dulce anciana
– Gracias nana – agradeció ruborizada – ¿nos vamos?
– Si claro, ¿Por qué no usas tu bastón? –preguntó con cuidado
– Conozco cada lugar y donde esta cada cosa en esta casa – respondió sonriente – A menos que Amanda cambie algo de lugar, aunque aún no lo ha hecho – rieron las tres – aún me quiere – dijo esto último como un secreto que escucharon todas siguiendo su risa
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𝐄𝐍 𝐋𝐀 𝐎𝐒𝐂𝐔𝐑𝐈𝐃𝐀𝐃 || 𝐅𝐑𝐄𝐄𝐍𝐁𝐄𝐂𝐊𝐘
FanfictionEl destino tiene formas extrañas de unir dos almas, dos corazones. Desde la manera más cliché hasta simples momentos rutinarios del día a día. Pero ¿cómo sucedería todo si una joven ciega tropezara en el camino de una prepotente mujer? ¿Que podría l...