Capítulo 9.

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Maratón 4/5

Al día siguiente Freen llegó antes que cualquier empleado a la empresa, con un buen humor no característico de ella, no esperaba su café listo pues sabía que su secretaria no había llegado, paso directo a su oficina hasta que escucho un ligero ruido, retrocedió y sus pies la llevaron hacia la oficina de Becky que estaba entreabierta, se asomó y allí estaba la ojimiel, con su bastón, dejando una pequeña bandeja con lo que parecía dos bebidas. Freen sonrió acercándose un poco sin pedir permiso.

– Buenos días – saludó unos pasos más atrás dándole un susto de muerte a Becky quien ponía la mano en su pecho con gracia

– ¡Dios mío Freen! No te escuche, ¡no me vuelvas a espantar de esa manera! ¿Quieres matarme?

Freen se carcajeo ante el drama acercándose a la menor

– Lo siento, lo siento – se disculpaba entre risas

– Y yo que te traía café – murmuró la menor con indiferencia fingida

Freen sonrió con ternura ante el detalle, se acercó a la menor con una confianza mañanera rodeándola con sus brazos y dejando un beso en su frente.

Becky tuvo un revuelco en su mente ante la acción, toda la noche estuvo pensando en cómo continuaría su relación luego de lo sucedido en la cabaña de su socia y ahora estaba entre sus brazos, inhalando el exquisito perfume que emanaba de su cuerpo.

– Buenos días Socia – murmuró la pelinegra con un tono ronco y suave

– Buenos días Freen – respondió la menor como pudo, respondiendo el abrazo y rodeándola de la cintura.

Estaban seguras una con la otra pero ninguna lo sabría ahora.

– Estas preciosa esta mañana, además de que madrugaste. Llegaste primero que yo – rio Freen alejando el abrazo sintiendo el vacío de inmediato.

– Quería llegar antes de la reunión con el amigo de Charlotte, y quería buscarte un café – dijo un poco avergonzada – el chofer de mi papá me ayudo con eso, de hecho ahora olvide cual es el tuyo, debe estar marcado

– No era necesario pero gracias, sin café no tengo vida – dijo con vehemencia la mayor, terminando ambas en una risa.

Faltaban veinte minutos para que llegara el amigo de Charlotte, antes de partir a la oficina de Freen, Becky ocupó sus lentes para salir, la mayor evito decir algo pues sabía que era una persona que ninguna conocía y Becky se sentía mejor usandolos.

Caminaron y los empleados empezaban a hacer presencia, caminando apresurados al ver a sus jefas tan temprano en la mañana, un chico se tropezó golpeando el hombro de Becky sin intención. Freen se detuvo mirando con cara de odio hacia aquel pobre muchacho que seguramente estaba temblando hasta por las narices.

– Fuera de aquí y no regreses – espetó con ásperas hacia el chico quien del miedo no podía moverse

Becky apenas escucho la voz y aquel despido tonto la tomo de la mano y la apretó ligeramente

– Freen, déjalo debe tener su razón para ir apresurado – hablo la menor haciendo que la pelinegra suspirara pesadamente – ¿Por qué vas corriendo si aún no empieza la jornada? Pudiste haber lastimado a alguien más – habló la ojimiel dirigiéndose al empleado

– Yo... yo l.. lo siento... perdón... – tartamudeaba

Freen rodo los ojos, quiso hablar pero de nuevo fue interrumpida

– Ten cuidado, para la próxima no me interpondré en lo que decida Freen – decidió con voz leve

– ¿N... no estoy despedido? – pregunto temeroso

𝐄𝐍 𝐋𝐀 𝐎𝐒𝐂𝐔𝐑𝐈𝐃𝐀𝐃 || 𝐅𝐑𝐄𝐄𝐍𝐁𝐄𝐂𝐊𝐘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora