Capítulo 26.

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El clima estaba frío en aquella ciudad brasileña, eran alrededor de las 11 de la noche. Freen se encontraba en la acera frente a la pequeña casa, hablando con Charlotte por llamada de Skype, la mujer estaba intentando no entrar en desespero con la información que le estaba dando su mejor amiga, de hecho estaba intentando no irse de una vez a New York para arreglar toda esa mierda que estaba pasando.

– ¡No entiendo porque tenías que hacer eso sin mi consentimiento Charlotte, te confié la empresa! ¿Qué demonios tienes en la cabeza? – vociferaba Freen con evidente molestia

– Por eso no te quería decir nada Helena, mira cómo te pones...

– ¿Y cómo demonios quieres que este? ¿Feliz? ¡No!, estoy en medio de una situación delicada, entre la empresa y Valeria con la cirugía

– Freen, cálmate por favor te va a dar algo. A ver respira con calma, vamos ejercicios de respiración.

– No me vengas con esa mierda Charlotte

– Sabes que funciona, hazlo

Freen rodó los ojos pero siguió el consejo, inhalar y exhalar un par de segundos para calmar ese pánico momentáneo

– ¿Mejor?

– Charlotte, ¿están seguros de lo que hacen? Estoy confiando en ti, no sé cómo demonios lo estoy haciendo, pero no tengo otra opción

– Relájate Freen, los detectives parecen centrados en su trabajo. Sé que vamos a salir de esta, yo te mantendré informada. Cambiando de tema ¿Cómo salió lo de Becky? ¿Ya podrá ver y te cambiara por mí? Seguro le gustare más yo cuando me vea. – hablo Charlotte cambiando el tema, si no, nadie aguantaría a esa mujer cuando se pone de mal genio.

– No lo creo – rio un poco Freen, haciendo un corto silencio suspirando – Ya van 4 días apenas de la operación, Becky esta esperanzada y yo intento no perder las esperanzas, pero pensar que no pueda funcionar me da miedo – finalizo con un tono de voz bajo

– Freenky tranquila – pidió su amiga – si no funciona, tu hiciste lo que pudiste y ella no te va a dejar por eso, si no funciona sé que lo que ustedes tienen va a seguir funcionando

– No lo sé Charlotte, no sé porque me preocupa tanto que vaya a terminar decepcionada. Me sentiría culpable ¿sabes cuánto le insistí para esto?, ella no quería, ella no quería otra decepción a su vida.

– Es porque estas enamorada. – afirmó su amiga

– Debo irme, te llamo mañana – y colgó, esas últimas palabras de Charlotte le hicieron dar un vuelco en el estómago y una sonrisa involuntaria floreció en su rostro, ¿estaba enamorada? Con ese pensamiento fue a dormir junto a su hermosa ojimiel.

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El camino hasta la habitación de Becky estaba desierto, ese día le quitarían las vendas de su rostro, ¿Dónde estaba Amanda? Se preguntaba Freen mientras caminaba buscando señales de la ojimiel, abrió varias puertas y en su interior no encontraba a quien buscaba. Su cuerpo le estaba dando una sensación extraña, las palmas de las manos le sudaban y las piernas le temblaban. – ¡No! – escucho un grito proveniente de una habitación al fondo, era la voz de Becky, corrió aun con esa sensación. Las manos sudadas empujaron la puerta y detrás estaba Becky, sin vendas, con los ojos abiertos y de ellos saliendo sangre, unas enfermeras la agarraban de los brazos, Amanda en una esquina llorando, el doctor con una jeringa en su mano frente a Becky.

– ¡Es tu culpa! – Le gritaba Becky y parecía mirarla a los ojos – ¡me prometiste que volvería a ver, todo eso fue por nada! ¡Maldita mentirosa! – gritaba sin piedad la mujer de ojos sangrantes.

𝐄𝐍 𝐋𝐀 𝐎𝐒𝐂𝐔𝐑𝐈𝐃𝐀𝐃 || 𝐅𝐑𝐄𝐄𝐍𝐁𝐄𝐂𝐊𝐘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora