Capítulo 25.

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– ¿Estas lista?

– Desde que me dieron la esperanza, lo estoy doctor – respondió con voz calmada Becky .

– Vamos a proceder con la anestesia ¿vale?, poco a poco vas a dormirte. Te repito: ¿esta lista?

La ojimiel no respondió, solo sonrió y sintió como sus párpados se hacían pesados cayendo en un profundo sueño. Había pasado una semana exactamente desde que la examinaron, dando el visto bueno para programar la operación, ahora se encontraba allí acostada imaginando como seria su mundo si esa cirugía llegara a funcionar. Muy dentro de si había una gran esperanza. Y así, con una sonrisa en el rostro quedó Becky bajo las máquinas de aquel quirófano y con su vista en manos de aquellos cirujanos.

En la sala de espera se encontraban dos mujeres nerviosas, una rezando y la otra intentando no hacer un hueco en el piso de la sala de tanto caminar. No había pasado mucho desde que habían trasladado a Becky al quirófano, según Freen ella parecía muy tranquila para una situación tan importante... Pero, ¿Qué iba a saber cómo se sentía la oji gris en ese momento?

– Freen, quédate tranquila. Todo va a salir bien

– Estoy muy nerviosa, creo que estoy más nerviosa que ella ¿y si no funciona? , me sentiría culpable. Le insistí tanto para que aceptara a hacerlo que ahora cada segundo que pasa, se me hace eterno y apenas está comenzando – dijo casi apurada la pelinegra causando una risa fugaz en el rostro de la mayor.

– Ven acá, Freen – Llamó y la pelinegra obediente se sentó a su lado – quiero agradecerte por todo lo que haces con mi niña. Yo tengo fe en que funcionara, y si no es así solo Dios sabrá el porqué.

Freen suspiró pesadamente, Amanda tenía razón. Lo estaban intentando, pero igual no lograba dejar los nervios a un lado.

Las horas pasaban, café tras café en aquella sala de espera eterna, Amanda parecía dormirse en la silla, tambaleando la cabeza levemente. Freen no había podido dejar su mente tranquila, ya había pasado tiempo y nadie salía de aquel cuarto de blanco.

– Quieres mucho a Becky – rompió el silencio Freen al percatarse de que la nana se despertó tras intentar no caerse de la silla por el sueño.

Amanda la vio con cariño, pensando por un momento en aquel recuerdo que la invadió un par de horas antes. Becky era la niña de sus ojos, daría la vida por ella. Ahora esa niña estaba con alguien que la apoyaba y la quería tanto o más, sabía que podía confiar en ella.

– Freen – llamó con cariño la señora, tomando la palma de su mano en las suyas – debes saber algo, algo que Becky aún no sabe y vivo con el miedo que me rechace cuando llegue el momento de decírselo.

Freen la miraba con un gesto de confusión y comprensión a la vez. Intentando que confiara en ella.

– No creo que sea tan malo nana, puedes confiar en mi – dijo con cautela la pelinegra y haciendo sonreír levemente a la señora por como la llamó.

– Becky es mi nieta – soltó sin rodeos la mayor

Freen tardó unos segundos en reaccionar, su boca se abrió levemente intentando soltar alguna palabra coherente ante esta declaración. Ella siempre había sentido algo más, Amanda siempre estaba al pendiente de Becky, a pesar de que ya era una mujer nunca la dejo de tratar como lo hacía cuando era niña, nunca se rindió a pesar de tener el tormento de Elizabeth en la casa ¡Eso era!, Elizabeth por eso no la quería, pero entonces ¿Cómo había pasado todo?, definitivamente no estaba entendiendo nada.

La señora miraba con duda el rostro confundido de Freen suponiendo que podría esperar algún tipo de explicación. Amanda respiro profundo y comenzó a contarle a Freen todo lo que había sucedido.

𝐄𝐍 𝐋𝐀 𝐎𝐒𝐂𝐔𝐑𝐈𝐃𝐀𝐃 || 𝐅𝐑𝐄𝐄𝐍𝐁𝐄𝐂𝐊𝐘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora