Capítulo 12.

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Esa noche luego de dejar a Becky en casa, Freen estaba molesta consigo misma por haber confiado en alguien que apenas conocía, por creer que ella era diferente. Pero ahí estaba, era ex del imbécil de Nop, el mismo con quien Lena le había sido infiel. Los recuerdos llegaban fugaces a su mente, las lágrimas aparecieron nublando su vista en la carretera pasando el límite de velocidad, pero no le importaba. ¡Maldita sea! Gritaba golpeando el volante que no tenía culpa de nada, ¿Qué le sucedía? Ella no debía estar así, ella no debía entrometerse con alguien de ninguna manera, ahora no sabía que era lo que realmente le dolía o tal vez solo se estaba negando a sí misma.

El sonido de la sirena policial y el alto parlante la detuvieron a un costado de la autopista, maldijo entre dientes buscando dentro su cartera los papeles, una policía se acercó a su ventana tocando ligeramente el vidrio.

– Buenas noches, identificación por favor – hablo la policía.

Freen se la tendió sin siquiera mirarla, se limpió como pudo para no parecer patética con lágrimas.

– Por favor salga del auto

Accedió de mala gana, fijo su vista en la policía y juraba que la conocía de algún lugar

– No pensé verte de nuevo y menos en estas circunstancias – empezó la policía con media sonrisa

– Lo siento, me pareces conocida pero...

– Por supuesto que no me recuerdas, estabas bastante ebria esa noche – sonrió – ¿te parece si olvidamos que ibas sobre el límite y comenzamos de nuevo? Ya estoy terminando mi turno – Propuso entregándole la identificación.

Freen suspiro cansada, en otro momento habría aceptado sin titubear pero este no era el día, no quería a nadie con ella.

– Discúlpame, solo dame mi boleta necesito irme – hablo como pudo, la otra mujer asintió, anoto en un papel y se lo entregó a la pelinegra

– Entiendo, si algún día necesitas una amiga puedes llamarme – dijo y se fue a la patrulla

Freen observo el papel, no era la multa si no el número de teléfono y su nombre, Lía. Lo guardo en su bolsillo por inercia, monto su auto y salió de allí rumbo a su departamento. Al llegar se miró al espejo, el rastro de sus lágrimas con el maquillaje la hizo bajar la cabeza, apretó sus nudillos con fuerza  no era momento de ser débil, no volvería a pasar lo mismo de hace unos años.

No de nuevo.

-

El lunes llegó a la oficina sin mirar a su alrededor, si algo se estaba incendiando ella no se habría dado cuenta, no estaba molesta, no estaba triste solo estaba allí intentando cumplir lo que la vida le había dado como trabajo, algo que ella podía controlar a su antojo y no como sus sentimientos. Su fin de semana lo paso trabajando en su departamento con el teléfono apagado y solo su mente en lo que era importante, no en tonterías que le podrían desviar su atención.

– Buenos días señorita Chankimha, su café está listo ¿quiere que le diga su itinerario de hoy? – Pregunto Diana al percatarse del posible mal humor que su jefa traía esa mañana

– Dime

– Hoy tiene las entrevistas de los arquitectos para el puesto, luego una reunión con la señorita Armstrong...

– Cancela con Armstrong

Diana anotó continuando

– La Señorita Engfa quiere hablar con usted, ¿le dejo el espacio de la señorita Armstrong para ella?

– Sí, que la reunión solo sea entre Engfa y yo ¿Ok? No quiero a Armstrong por aquí a menos que sea urgencia

– Urgencia ¿Cómo cual señorita?

𝐄𝐍 𝐋𝐀 𝐎𝐒𝐂𝐔𝐑𝐈𝐃𝐀𝐃 || 𝐅𝐑𝐄𝐄𝐍𝐁𝐄𝐂𝐊𝐘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora