Capítulo 18- Venenos diferentes

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Bueno, para quiénes querían saber qué había en la botellita

Y sin querer tocó mini maratón de fin de semana, espero les guste

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Las sirvientas de la Concubina la recibieron y la acompañaron al Salón Jade donde se hacía la fiesta del té, la anfitriona ya estaba sentada en la mesa junto a otras invitadas, Y mientras avanzaba hacia ella, Liyuen se preguntó por qué su padre estaba tan apegado a aquella mujer. Era joven aún y bella, mucho, pero sus ansias de poder eran obvias, aunque quizás era el común denominador entre todos los que vivían en Palacio. ¿Pero podía una mujer ser más importante que sus hijos? Aunque él también tenía hijos con ella, y con otras concubinas, así que quizás no le importaba aquella guerra interna porque todos ellos llevaban su sangre. Aún así le costaba entenderlo, ella priorizaba a Yichen y de tener más hijos hubiera tratado de que vivieran armoniosamente juntos. Se preguntó también cómo serían las cosas si su madre, la emperatriz , siguiera viva. ¿Algo sería distinto?

Al menos estaba segura que no debería ser ella quien entrara a Palacio con temor, cautelosa y portando una pulsera que detectara el veneno.

-Su alteza, bienvenida, gracias por honrarnos con su presencia- le dijo la concubina cuando ella estuvo suficientemente cerca

-Al contrario, el honor es mío- dijo ella juntando sus manos y haciendo una leve reverencia antes de avanzar hasta su sitio. Intercambió saludos con las demás y se unió, más como observadora que como participante , a su charla. Cuando le trajeron el té, con mucha sutileza, mientras tomaba un pastelillo que ya las demás estaban comiendo, hizo que su pulsera rozara la bebida y la comida, y esperó unos segundos por si cambiaba de color. Nada sucedió, así que estuvo más alerta, pensando en cuál sería el ataque de la concubina Shuang.

Las mujeres hablaron de las nuevas telas que habían llegado recientemente a las tiendas principales, halagaron a la concubina por sus vestidos con un tono evidente de envidia, las sedas rojas que llevaba eran exclusivas de palacio, igual que la joyería. Luego comentaron los chismes recientes que tenían que ver con bodas , nacimientos y muertes. Allí Liyuen prestó atención, por si había alguna información que le sirviera, entonces miró a la Concubina Shuang .

-Nuestra Princesa también es una novia reciente, aunque ya han pasado más de dos meses de la boda, ¿verdad?- preguntó y ella asintió. En verdad casi no había notado el transcurrir del tiempo- Me pregunto si tendremos pronto noticias sobre un nuevo miembro para la familia, imagino que el Ministro Fei está ansioso por tener un hijo, me he enterado que está muy encariñado con el pequeño Príncipe – dijo y esa fue la confirmación de que ella había estado detrás de la insistencia de la familia Zhang.

-Así es, es una bendición que mi esposo y mi hijo se agraden mutuamente. Y aún no tenemos noticias, pero podría ser pronto- le dijo solo por molestar, estaba segura que tendría espías a su alrededor y quería disipar sus dudas sobre la naturaleza de su relación con Longxuan. Después de todo aquella mujer no tenía certezas, sino ya hubiese hecho algo al respecto.

-Ha sido en verdad afortunada, quien diría que tras perder a su primer marido lograría volver a casarse y con alguien tan confiable – comentó.

-Es verdad- comentó otras de las mujeres y la conversación siguió otros rumbos. Pero Liyuen sabía que significaba , que estaba atenta a ellos, y que no confiaba en su unión.

-Más té, por favor – pidió la anfitriona- y en ese momento comentó sobre la pulsera de Liyuen- Princesa, su pulsera es muy inusual, no sabía que estuviera de moda la plata para alguien de su estatus.

-Como siempre, su vista es tan aguda, Su Alteza. Tiene una artesanía muy bella, que hace que pase a segundo plano su material, no siempre lo más caro es lo mejor, el valor es tan relativo. Lo que hoy brilla puede perder su valía y algo que parece no valer tanto puede ser inestimable, o al revés. Es fascinante como todo puede cambiar, ¿verdad? – musitó Liyuen.

-Así es – respondió la concubina e hizo un gesto leve para que sirvieran té nuevamente. En ese proceso, quien le servía a Liyuen tuvo un "descuido" y al servir volcó té hirviendo sobre la mano de la princesa. Fue muy poco pero bastó para quemarla. La sirvienta se arrodilló pidiendo perdón y la concubina ordenó que la retiraran para castigarla. Llamó inmediatamente para que vinieran a curar la mano de Liyuen mientras se mostraba afligida y preocupada ,pero el mensaje estaba más que claro, si quería, podía hacerle daño sin importar cuántas precauciones tomara.

Fei Longxuan y Yichen habían estado esperando ansiosos el regreso de Liyuen, los dos estaban nerviosos y ni siquiera el weiqi había funcionado para tranquilizarlos.

-A mi madre no le gusta ir allí- había dicho el niño apenas la princesa había partido y desde entonces, la inquietud del niño se le había contagiado. Habían fracasado en jugar weiqui pues no podían concentrarse, tampoco la lectura había funcionado y finalmente se habían quedado en el jardín principal, mirando hacia la entrada como si eso apresurara el regreso.

Y cuando al fin llegó, Yichen corrió hacia ella. Longxuan se quedó mirándola desde lejos hasta que notó que llevaba la mano vendada, entonces ese acercó.

-¿Qué te sucedió? – preguntó el niño que también lo había notado.

-Nada grave, sólo me cayó un poco de té en un descuido, pero el médico de palacio me curó- le respondió a su hijo con una sonrisa. Y al levantar la mirada se encontró a Longxuan mirándola fijamente.

-¿Está bien?

-Sí- respondió e intentó sonreírle también a él, pero fracasó, porque sabía que él podía ver a través de su mentira.

-¿Solo fue eso?

-Sí, solo eso - respondió ella. Se acercó más y tomó la mano de ella para verla, era la misma en la que llevaba la pulsera. Descubrió brevemente la venda y vio la piel aún enrojecida, no había sido un poco de té e imaginaba que tampoco un accidente. Debía doler. Volvió a cubrir la mano antes de que el niño la viera- Será mejor que descanse, tengo trabajo que hacer- dijo y se retiró.

Se veía enojado pero Liyuen no lograba dilucidar si ese enojo estaba dirigido a ella o a alguien más.

-También te estaba esperando, como yo - dijo Yichen tomándola de la mano que no estaba herida. Y ella se quedó observando la silueta del hombre que se alejaba.

La Grulla y la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora