¡Hola!
Es el Día del amigo en mi país, así que pensé en dejarles como regalo esta nueva historia que apareció, no estaba planeada, ni fue buscada pero llegó...
Está en curso , así que ya saben es a su propio riesgo. Las actualizaciones serán quincenales o mensuales . Si se animan, con paciencia
Abrazo grande, espero les guste, bienvenidos a otro mundo
(Está ambientado en una china antigua e imaginaria, con todas las licencias literarias del mundo)
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Era más de medianoche , en silencio y soledad, la princesa sopesaba sus opciones. Sus pensamientos giraban turbulentos, casi como una bandada de pájaros desorientada por un vendaval, porque más allá de cualquier camino que eligiera, había una verdad ineludible, necesitaba ayuda para sobrevivir.
Su hermano mayor, heredero al trono estaba lejos, en la frontera combatiendo. Y quizás muriera allí. Muchos lo deseaban.
Su padre era más rey que padre, ella nunca había sido importante para él, era mujer y una pieza más que podía usar en sus luchas por asegurar el poder.
Su madre había muerto cuando ella era niña. Y la mujer más influyente en el reino, la concubina favorita de su padre, madre de sus otros hermanos, la veía como una amenaza. A ella y a su pequeño hijo que también estaba en la línea de sucesión al trono.
Su marido, un general poderoso e influyente, había muerto cuatro años atrás.
Y más allá de que ella era inteligente y hábil en manejar los asuntos de la corte, pues no conocía otra vida más que la de las intrigas palaciegas, también sabía que estaban en peligro. Era viuda y su padre podía decidir volver a casarla , incluso enviarla al extranjero si significaba una alianza que pudiera beneficiarlo. Hasta era posible que la obligaran a dejar a su hijo atrás. Estaba agotada de intentar distinguir enemigos de aliados, de estar todo el tiempo en guardia, de temer que cualquier paso en falso los pusiera en peligro
Ni siquiera tenía mucha gente que pudiera llamar suya, apenas podía contar con los dedos a aquellos que le eran leales y la mayoría eran viejos sirvientes que la habían visto crecer
Estaba envuelta en capas y capas de fina seda pero se sentía sofocada, iba a ahogarse en su propia piel si no encontraba una solución. Y la única que se le ocurría era casi tan oscura como la misma noche que la rodeaba.
Iba a pedirle a un enemigo que fuera su esposo.
Tras tomar su decisión, la princesa Liyuen caminó por el pasillo, que llevaba su estudio hasta las habitaciones de su hijo, por alguna razón esa noche recorrer ese tramo iluminado por los farolillos y escuchando el lejano sonido de las cigarras la hizo sentir muy vieja. Tenía veintiséis años, y su hijo cumpliría siete en unos días, también era maduro para su edad y ella deseó que no fuera así, por un instante deseó poder ser una joven despreocupada y más intensamente deseó que su hijo conservara su inocencia mucho tiempo, sin que las intrigas políticas lo tocaran.
Había guardias y las sirvientas que lo atendían custodiando su puerta, la saludaron con una inclinación cuando ella entró a verlo. El pequeño Yichen dormía profundamente, eso la hizo sonreír levemente. Se inclinó a darle un beso en la frente y lo arropó bien
-Voy a protegerte, estaremos bien- susurró intentando convencerse a sí misma. Luego le dio un beso en la frente y salió. Sabía que para ella sería una noche de insomnio.
Al día siguiente, envió una esquela para establecer una cita con el Ministro Fei Longxuan. Era posible que rechazara el encuentro, ella esperaba que no.
Era el ministro más joven de la corte de su padre, había ganado mucho poder en los últimos años, incluso el rey estaba en deuda porque había descubierto un caso de corrupción de los más poderosos y , de esa forma había recuperado gran cantidad de oro para las arcas reales. Y había ganado muchos enemigos.
Era un hombre sumamente inteligente y solitario, no confiaba fácilmente. Pero estaba soltero, era apenas tres años mayor que ella y se beneficiaria de la alianza que iba a proponerlo.
El único inconveniente era que la despreciaba y no dudaba en demostrarlo cada vez que podía.
Alguna vez se había enfrentado a su marido en la corte cuando este había pedido más fondos para su ejército, y a ella la ignoraba, o peor , con pequeños gestos mostraba su animadversión. En un reciente banquete había brindado con los presentes, menos con ella, había bajado su copa al llegar a su lado. O cuando ella había pedido participar de una asamblea para organizar asistencia a los afectados por una inundación se había encargado de que no fuera invitada . Ella se había enterado que había sido él porque ni siquiera se había molestado en ocultarlo. Y así en muchas ocasiones, no era nada demasiado grande como para declararle la guerra abiertamente o para que ella pudiera quejarse con su padre, pero siempre le recordaba que no era de su agrado.
Y ahora iba a proponerle un pacto que podría beneficiar a ambos, darle protección a ella y su hijo y darle más influencia a él en la corte. Pero si Longxuan aceptaba, estaba segura que el precio sería demasiado alto.
Cuando llegó la respuesta a su mensaje, Liyuen no supo si estar contenta o no, había aceptado reunirse con ella. La invitaba a su mansión en tres días, al atardecer, cuando él terminara su trabajo en el Ministerio. Era como si le recordara que le concedía una gracia, pues su tiempo, a diferencia del de ella, era muy valioso. Al menos aceptaba verla.
-Madre, madre – la llamó su hijo y se dio cuenta que debía haber estado llamándola sin que ella notada su presencia.
-Chen Chen, lo siento, estaba distraída, ¿qué me decías?- le dijo usando el apelativo cariñoso que usaba con él.El niño frunció el ceño, no le gustaba que usara aquel apodo, porque ahora se sentía mayor.
-¿Qué haremos el día de mi cumpleaños? ¿Iremos al río como prometiste? – preguntó ilusionado y entonces ella fue consciente que el día del cumpleaños del niño era el día que el Ministro la había convocado. Por un instante pensó que él lo sabía y lo había hecho a propósito, pero era imposible que supiera que era el cumpleaños de su hijo o que fuera tan retorcido, lo más probable era que fuese una casualidad, una muy mala casualidad.
-Lo siento, no podremos ir ese día. Tengo una reunión.
-¿Y no puedes cambiarla? – preguntó. Hubiera deseado decirle que sí, pero sabía que no tendría otra oportunidad de reunirse con Fei Longxuan si no iba cuando él había indicado.
-Lo siento, Yichen. Festejaremos aquí e iremos al río otro día, lo siento- se disculpó nuevamente.
-Está bien, ¿tomarás el té conmigo? – preguntó y ella asintió. Luego se paró y le dio la mano. Era tan pequeño, y era lo más valioso que tenía.
ESTÁS LEYENDO
La Grulla y la Luna
Storie d'amoreLa Princesa viuda Liyuen necesita protegerse a ella y su hijo de las intrigas del Palacio, por ello toma la decisión de proponerle una alianza a través del matrimonio a un hombre poderoso pero que la desprecia, el Ministro Fei Longxuan.