4: Primer Encuentro

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Los días pasaron rápidamente desde el último mensaje entre Faye y Yoko. Ambas estaban inmersas en sus respectivas rutinas, pero la emoción de lo que podría ser ese encuentro seguía latente en sus mentes. Faye se encontraba en medio de un exigente entrenamiento para su próximo torneo, pero cada vez que tenía un momento libre, pensaba en Yoko. Por su parte, Yoko no podía evitar sonreír cada vez que recibía una notificación en su teléfono, con la esperanza de que fuera Faye.

Una mañana, mientras Yoko estaba terminando de grabar un episodio de su podcast, su teléfono vibró en la mesa. Miró la pantalla y vio el nombre de Faye. Sintió una mezcla de nervios y entusiasmo al abrir el mensaje.

"Hola, Yoko. Estoy en Bangkok por un par de días antes de mi próximo torneo. ¿Te gustaría que nos viéramos? Tal vez podamos tomar un café o dar ese paseo del que hablamos."

Yoko se quedó mirando el mensaje por unos segundos, asimilando lo que acababa de leer. La posibilidad de ver a Faye en persona la emocionaba, pero también la ponía un poco nerviosa. Finalmente, decidió que no podía dejar pasar esa oportunidad.

"¡Hola, Faye! Claro que sí, me encantaría. ¿Te parece bien si nos encontramos en un café que conozco? Es tranquilo y tiene un ambiente agradable."

La respuesta de Yoko llegó rápidamente, y Faye sintió una oleada de alivio y entusiasmo. Había estado esperando con ansias este momento, y ahora que era real, la emoción era palpable.

"Perfecto. Pásame la dirección y estaré allí a la hora que te venga bien."

Yoko le envió la dirección de un café escondido en una calle tranquila del centro de Bangkok. Era un lugar que le gustaba visitar cuando quería un poco de paz, y pensó que sería ideal para su primer encuentro en persona con Faye.

Horas más tarde, Yoko llegó al café un poco antes de lo acordado, queriendo asegurarse de que todo estuviera perfecto. Se sentó en una mesa cerca de la ventana, desde donde podía ver la entrada. El corazón le latía con fuerza mientras esperaba.

Poco después, Faye llegó al lugar, vestida de manera casual pero elegante. Al entrar, sus ojos se encontraron con los de Yoko, y ambas sonrieron automáticamente. Faye se acercó a la mesa, y por un momento, el mundo exterior desapareció para ambas.

"Hola, Yoko. Es un placer verte en persona," dijo Faye con una sonrisa cálida mientras se sentaba frente a ella.

"El placer es mío, Faye. Gracias por venir," respondió Yoko, tratando de mantener la compostura a pesar de los nervios que sentía por dentro.

La conversación fluyó con naturalidad, como si ambas se conocieran desde hace tiempo. Hablaron sobre sus carreras, sus vidas, y sus sueños. Faye estaba fascinada por la pasión que Yoko ponía en su trabajo, y Yoko se sentía atraída por la determinación y la calma de Faye.

En un momento, la charla se desvió hacia temas más personales. Faye, con un brillo en los ojos, preguntó:

"Yoko, ¿alguna vez pensaste en cómo sería si no estuvieras bajo la mirada pública todo el tiempo? ¿Si pudieras simplemente... ser tú misma, sin que nadie te juzgara?"

Yoko se quedó pensativa por un momento antes de responder:

"A veces lo he pensado, pero creo que de alguna manera, la atención es parte de quién soy ahora. Aunque admito que hay momentos en los que me gustaría desaparecer del radar y vivir una vida más tranquila."

Faye asintió, entendiendo perfectamente el sentimiento. Ella misma había lidiado con la presión y las expectativas durante toda su carrera, y sabía lo que era anhelar un poco de normalidad.

La conversación continuó durante horas, sin que ninguna de las dos se diera cuenta de cómo el tiempo pasaba volando. Cuando finalmente se despidieron, ambas sintieron que este era solo el comienzo de algo mucho más grande.

Mientras caminaba de regreso a su hotel, Faye no podía dejar de pensar en lo cómoda que se había sentido con Yoko. Había algo en ella que la hacía sentir en casa, algo que no había experimentado en mucho tiempo.

Por su parte, Yoko, caminando hacia su apartamento, se dio cuenta de que Faye había dejado una impresión profunda en ella. La idea de volver a verla no solo la emocionaba, sino que también la llenaba de una calidez que no había esperado.

Ambas sabían que algo había cambiado en sus vidas ese día, y aunque el camino por delante era incierto, ninguna estaba dispuesta a dejar pasar la oportunidad de descubrir qué podría suceder entre ellas.



AMOR EN EL JUEGO Y EN EL AIREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora