El viaje de regreso a casa después del encuentro con Min Jae estuvo cargado de silencio. Faye conducía con las manos firmemente apretadas al volante, mientras Yoko miraba por la ventana, absorta en sus pensamientos. Ambas sabían que este enfrentamiento no había terminado, que lo peor probablemente estaba por venir.
—No puedo creer que Min Jae haya llegado tan lejos —dijo Yoko en voz baja, rompiendo finalmente el silencio.
—Lo sé, pero lo que me preocupa es lo que no sabemos. Ella está jugando un juego peligroso, y tenemos que estar preparadas para lo que sea que planea —respondió Faye, su voz tensa.
Al llegar a casa, Faye revisó cada rincón de la casa antes de dejar que Yoko bajara del auto. Era una rutina que había adoptado desde que las amenazas comenzaron, pero ahora más que nunca, sentía que necesitaba ser extremadamente cuidadosa. La sombra de Min Jae se cernía sobre ellas, y la sensación de peligro era ineludible.
Una vez dentro, Yoko fue directamente a la cocina, buscando alguna manera de distraerse de lo ocurrido. Faye, sin embargo, no podía quedarse quieta. Decidió llamar a su abuelo para actualizarlo sobre la situación.
—Abuelo, Min Jae apareció en el estudio. Nos enfrentó directamente —dijo Faye, mientras caminaba de un lado a otro en la sala de estar.
—Lo suponía, pero no te preocupes, mis hombres siguen vigilándola. No se saldrá con la suya —respondió su abuelo, con un tono seguro.
—Lo sé, pero ella tiene aliados. Dijo que no está sola. Eso es lo que me preocupa —Faye frunció el ceño, sintiendo cómo la frustración crecía dentro de ella.
—No te preocupes, querida. Nos encargaremos de eso también. Mantente alerta, pero recuerda que tienes a mucha gente de tu lado. —El abuelo de Faye sonaba más tranquilo de lo que ella se sentía en ese momento.
Faye colgó la llamada y suspiró profundamente. Sabía que no podían confiar únicamente en la seguridad de su abuelo. Necesitaban estar un paso por delante de Min Jae y anticipar su siguiente movimiento.
Esa noche, mientras cenaban, Yoko miraba a Faye en silencio, notando la tensión en su rostro.
—Amor, no podemos vivir con miedo para siempre. Sé que todo esto es aterrador, pero tenemos que mantenernos fuertes —dijo Yoko suavemente, extendiendo su mano para tomar la de Faye.
—Tienes razón, pero no puedo evitar sentir que no estamos haciendo lo suficiente. Min Jae es impredecible, y no quiero que te ocurra nada —respondió Faye, apretando la mano de Yoko con fuerza.
—No me va a pasar nada. Tenemos seguridad, tenemos a tu abuelo y tenemos el uno al otro. Eso es lo más importante. —Yoko sonrió, intentando tranquilizar a Faye.
Faye asintió, pero en su interior seguía sintiendo esa inquietud. Sabía que Min Jae no se rendiría fácilmente, y que lo próximo que haría probablemente sería más peligroso.
Esa noche, mientras ambas intentaban dormir, Faye no podía dejar de pensar en Min Jae. Su mente repasaba todas las posibilidades, todas las maneras en que Min Jae podría atacarlas. Yoko, a su lado, respiraba profundamente, sumida en un sueño tranquilo, algo que Faye envidiaba en ese momento.
A la mañana siguiente, Faye recibió un mensaje de su abuelo: "Min Jae está moviéndose de nuevo. Mis hombres la han visto en contacto con alguien más. Cuidado."
Faye se quedó mirando la pantalla de su teléfono por un largo momento, sintiendo cómo su corazón latía más rápido. La amenaza era real, y ahora parecía estar evolucionando.
—Amor, creo que tenemos que estar más alertas que nunca —dijo Faye, mostrándole el mensaje a Yoko.
—Sabíamos que esto iba a suceder. ¿Qué sugieres que hagamos ahora? —preguntó Yoko, mientras su expresión se endurecía.
—Primero, vamos a mantenernos cerca de la seguridad del abuelo. No me siento segura sin ellos alrededor. Segundo, tenemos que empezar a investigar más sobre los aliados de Min Jae. No vamos a esperar a que ella haga el siguiente movimiento —dijo Faye, tomando el control de la situación.
Yoko asintió, y juntas comenzaron a planear cómo mantenerse a salvo y, al mismo tiempo, adelantarse a Min Jae.
Mientras el día avanzaba, ambas sentían que se acercaban a un momento decisivo. Sabían que estaban entrando en una etapa crítica en esta batalla por su seguridad y su relación.
El teléfono de Faye vibró de nuevo, esta vez con un número desconocido. Al responder, la voz de Min Jae resonó del otro lado de la línea.
—Espero que estés preparada, Faye. Porque lo que viene a continuación no será tan fácil de manejar como nuestros encuentros anteriores —dijo Min Jae, con un tono amenazante.
Faye no respondió, solo colgó el teléfono y miró a Yoko.
—Esto está lejos de terminar —dijo Faye, su voz decidida y llena de una furia contenida. Sabía que la guerra con Min Jae acababa de escalar, y que lo peor aún estaba por llegar.
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AMOR EN EL JUEGO Y EN EL AIRE
FanfictionFaye Peraya, una tenista profesional de 29 años, ha dedicado toda su vida a la competición, alcanzando la cima de su carrera con determinación y disciplina. Sin embargo, su vida personal siempre ha quedado en segundo plano. Todo cambia cuando Yoko A...