La mañana siguiente, Faye y Yoko se despertaron con un sentido de determinación renovado. Sabían que la amenaza de Min Jae aún estaba presente, pero también estaban decididas a no dejar que el miedo dictara su vida. Después de una rápida reunión con el abuelo de Faye y algunos de sus hombres, trazaron un plan que involucraba vigilancia y una red de apoyo en caso de que algo saliera mal.
Faye miró a Yoko, quien se preparaba para salir. Estaba vestida con un atuendo casual pero elegante, lista para asistir a una reunión en el estudio. Faye la observaba con admiración, su corazón latiendo más fuerte al pensar en lo que estaban por enfrentar.
—Recuerda, cariño, mantente alerta y ten tu teléfono siempre a mano. Si algo no se siente bien, llámame de inmediato —dijo Faye, mientras abrazaba a Yoko.
—Lo sé, amor. No te preocupes por mí. Estoy lista para esto —respondió Yoko, con una sonrisa confiada.
Faye besó suavemente la frente de Yoko antes de que se dirigiera a su auto. Mientras observaba a Yoko conducir lejos, un nudo de ansiedad se formó en su estómago. Pero sabía que tenía que confiar en ella.
Una vez que Yoko llegó al estudio, recibió una notificación en su teléfono. Era un mensaje de texto de uno de los hombres de seguridad del abuelo, informándole que habían estado monitoreando los movimientos de Min Jae y que parecía que estaba planeando algo.
Con el corazón en la mano, Yoko decidió que debía mantener la calma y seguir adelante con su día. Se concentró en el trabajo, pero la inquietud en su interior nunca desapareció por completo. En su mente, cada ruido, cada sombra parecía un recordatorio de la amenaza que se cernía sobre ellas.
Mientras tanto, Faye se encontraba en casa, revisando los detalles del plan con su abuelo y el equipo de seguridad. Las horas pasaban lentamente, y la tensión aumentaba con cada minuto. Alrededor de las tres de la tarde, Faye recibió una llamada inesperada. Era uno de los hombres que había enviado a seguir a Yoko.
—Señorita Peraya, necesitamos que venga al estudio de inmediato. Hay una situación —dijo el hombre, con voz grave.
Faye sintió que el aire se le escapaba de los pulmones.
—¿Qué sucede? —preguntó, intentando mantener la calma.
—Min Jae ha sido vista en las mediaciones del estudio. Parece que la están siguiendo.
Sin perder un segundo, Faye salió corriendo de la casa, subió a su auto y condujo a toda velocidad hacia el estudio. Su mente estaba llena de imágenes de Yoko, y el miedo la impulsaba a llegar lo más rápido posible.
Al llegar, los hombres de seguridad la recibieron y la llevaron rápidamente al interior. Allí, vio a Yoko hablando con uno de los productores, pero al instante notó su incomodidad. La tensión en el aire era palpable.
—¿Qué está pasando? —preguntó Faye, acercándose a Yoko y tomándola de la mano.
—Me dijeron que Min Jae estaba vista cerca, pero no la he visto —respondió Yoko, intentando mantener la calma, aunque su voz temblaba ligeramente.
De repente, el sonido de gritos resonó en el pasillo. Faye se dio la vuelta y vio a uno de los hombres de seguridad corriendo hacia ellas.
—¡Faye, Yoko, aléjense! —gritó, y Faye sintió que su corazón se detenía.
Yoko y Faye se giraron, y en ese instante, Min Jae apareció, saliendo de las sombras con una sonrisa burlona.
— ¿Crees que podrías escapar de mí? —dijo Min Jae, su voz cargada de desafío.
Faye sintió que la rabia comenzaba a burbujear en su interior.
—¿Qué quieres? —gritó, su voz firme mientras se interponía entre Min Jae y Yoko.
—Solo quería asegurarme de que supieras que no puedes escapar de lo que hemos comenzado —dijo Min Jae, mirando a Yoko con desdén.
Faye dio un paso adelante, lista para enfrentar a Min Jae.
—No te atrevas a acercarte a ella —amenazó, su voz fría como el hielo.
Min Jae se rió, un sonido desagradable que resonó en la habitación.
—Y ¿qué harás? ¿Vas a protegerla de mí? Sabe que no estoy sola. Tengo más aliados de los que imaginas.
Faye sintió que la ira crecía en su interior, pero se obligó a mantener la calma. Sabía que no podía dejar que Min Jae las intimidara.
—No tienes poder aquí. No dejaré que te acerques a Yoko. Haremos lo que sea necesario para protegernos —dijo Faye, su voz resonando con determinación.
Min Jae se enojó, pero esta vez había algo más en su mirada. Una chispa de desafío, como si supiera algo que Faye no.
—Tienes razón, quizás no tenga poder aquí... pero eso no significa que no haya formas de hacerte sufrir.
En ese momento, una oleada de miedo atravesó a Faye, pero no podía permitir que eso la detuviera. Sabía que tenían que salir de allí, y rápido.
—Vamos, Yoko, tenemos que irnos —dijo Faye, tirando de la mano de Yoko.
Mientras se alejaban, escucharon a Min Jae reírse de una manera perturbadora.
—Esto no ha terminado, Faye. Te prometo que volveré.
Al salir del estudio, Faye sintió que su corazón latía con fuerza. Era un momento de peligro, pero también era un recordatorio de que estaban juntas, y que lucharían hasta el final.
Mientras caminaban hacia el auto, Yoko la miró con preocupación.
—¿Estás bien? —preguntó, su voz suave.
Faye se detuvo y la miró a los ojos.
—Ahora que estamos juntas, nada nos detendrá —respondió Faye, sintiendo la fuerza que provenía de su amor.
Con determinación, se subieron al auto y condujeron hacia el horizonte, decidieron a enfrentar la tormenta que se avecinaba.
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AMOR EN EL JUEGO Y EN EL AIRE
FanfictionFaye Peraya, una tenista profesional de 29 años, ha dedicado toda su vida a la competición, alcanzando la cima de su carrera con determinación y disciplina. Sin embargo, su vida personal siempre ha quedado en segundo plano. Todo cambia cuando Yoko A...